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En Argentina se preparan los buñuelos y los ñoquis. Los primeros se elaboran a partir de la masa clásica, a la que agregaremos las espinacas que habremos sofrito previamente. Se fríen, como siempre, en abundante aceite, y pueden consumirse fríos o calientes.
Este país latinoamericano conserva todavía una sinergia importante con Italia, y de los italianos han tomado algunas de sus costumbres en la cocina. Los ñoquis, por ejemplo, son ya un plato nacional (algunos aseguran que se inventaron allí en una época en la que escaseaba la harina) y los preparan también con espinaca. Habrá que hacer una pasta con las hojas -sin tronco- cortadas muy finas para mezclarlas con huevo, queso parmesano rallado, requesón, sal y pimienta. Cuando tengamos una masa homogénea formaremos pequeñas bolitas que herviremos en abundante agua. El requesón puede sustituirse por patata cocida.
Viajamos de América a Asia para conocer la cocina turca. Allí acompañan algunos platos con una salsa de espinaca blanqueada, yogur griego, eneldo, perejil, jugo de limón, menta, ajo y aceite de oliva. Otra propuesta es mezclar la verdura con nuestros quesos preferidos (recomendamos que no falte el parmesano), espinacas salteadas y nata. En esta segunda versión se pueden incluir alcachofas en conserva.
También es turca la tarta de espinacas. No hay más que elaborar un bizcocho clásico y añadir un puré con el vegetal crudo. Se puede decorar con nata montada para dar un toque más especial. El mismo sistema de añadir espinacas a una receta conocida es el que se sigue con el pan. Pueden ser congeladas, guisadas o frescas. Otra manera simple de incluirlas en nuestra dieta es añadiendo unas hojas al relleno de los San Jacobos.
Ya hemos resaltado su versatilidad, que queda demostrada al ver la cantidad de maneras de cocinarla que existen. Podemos freírlas (pasándolas previamente por una tempura simple de agua helada, harina, huevo y, si tenemos, una cucharadita de sake japonés); o usarlas a modo de tortilla mexicana, blanqueándolas para luego rellenarlas del ingrediente que más nos apetezca: carne picada y especiada con piñones, setas, verduras asadas o, en frío, aguacate, tomate y brotes de alfalfa.
Nos falta una para llegar a las 10 recetas. Las crepes de espinacas pueden encontrarse empaquetadas, pero no tardaremos nada en hacerlas de forma casera. Prepararemos una masa básica con huevo, sal y harina y añadiremos las espinacas trituradas que, de nuevo, pueden estar crudas o cocinadas. Después iremos haciendo las crepes sobre una sartén antiadherente. Los rellenos pueden ser infinitos.