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Le hemos pedido a Julio que nos haga una lista de vinos ricos, localizables y asequibles. Todos, con su breve descripción, por si queremos hablar con propiedad delante de la familia y los amigos.
Son proyectos de pequeños productores, con producciones limitadas, por lo que lo más directo para adquirir sus botellas es contactar con las bodegas.
En cambio, para la tropa malagueña, lo aconsejable es pasar por ‘Vertical’ (Juan de Padilla, 13), descubrir alguna joyita y llevarse la compra a casa. Sea como fuere, lo bueno, bonito y barato, cuanto antes, mejor.
“Se trata de un espumoso brillante, fresco y ligero para el inicio de cualquier evento familiar y con amigos”, cuenta el sumiller. “Pepe Raventós y Francesc Escala elaboran este ancestral -una fermentación inacabada que se embotella- con la variedad autóctona montonega, dentro del proyecto Can Sumoi, vinos de altura en el Penedés catalán. Un proyecto de biodinámica plural que acerca esta agricultura al terroir, al origen y al Mediterráneo”.
VINS PEPE RAVENTÓS. Precio: 14 euros.
Y siguen las burbujas con “un espumoso ancestral de la variedad catalana xarel.lo, que permite evoluciones largas, como en este ejemplo donde la Familia Bartra i Roig lleva documentada desde 1540 en Sant Pere de Ribes”, revela Julio. “Un espumoso crujiente y cremoso que se embotella tras un período en bota de castaño. Un auténtico placer gustativo para guisos, cocciones largas y complejas”.
VEGA DE RIBES. Precio: 15 euros.
“Nos desplazamos a Binissalem para ver el proyecto de cuatro amigos en cooperativa, que trabajan desde 2013 en la fruta, el olivo y la verdura. En 2020 sale a la luz su trabajo en viña de recuperación de variedades ancestrales mallorquinas. El proyecto Soca-rel lo traduciríamos como ‘Pura Cepa’ en mallorquín. Un blanco limpio, sin filtrar, radiante, eléctrico y muy ágil en boca de las variedades locales macabeu y prensal blanc, fermentado en depósitos de acero inoxidable y crianza en botella”.
SOCA-REL. Precio: 17 euros.
“A cinco kilómetros al sur de Laguardia llegamos a El Villar de Álava, Rioja Alavesa, donde Melanie Hickman y David Sampedro nos abren las puertas de su casa, ‘Bodegas Bhilar’. Allí la biodinámica nos transmite purismo, vinos consagrados y redondos. Fruto de ello es este Plots Blanco, un vino tierno y amplio a base de viura y garnacha blanca, que se trabaja en tanque de concreto con sus pieles y tiene una crianza de seis meses en barrica de Borgoña”.
BODEGAS BHILAR. Precio: 12 euros.
“Mario Rovira es un productor joven en España, consagrado con cuatro proyectos a sus espaldas. El clarete que presentamos es de su primer proyecto en el Bierzo leonés, de viñas de 75 años en la villa de San Lorenzo. Es un clarete de palomino fino y mencía que nos lleva décadas atrás, donde la mezcla de estas uvas nos daba los primeros vinos del año; con mucha fruta, divertido, limpio, a cada sorbo quieres un poco más. Maceración carbónica con raspón y cuatro meses de lías en tanques de acero”.
MARIO ROVIRA VITICULTOR. Precio: 14 euros.
“En la localidad de Corbera d’Ebre, en la Terra Alta, encontramos a Joan y Francesc. Se trata de dos hermanos que, en 2009, decidieron poner en valor las maravillosas tierras que sus antepasados, durante más de 200 años, trabajaron a través de la payesía. Este rosado es una mezcla de tres variedades que se comportan de maneras diferentes, pero que, trabajadas conjuntamente, se han ensamblado en un rosado de garnacha blanca, tinta y gris en un resultado brillante, plácido y adictivo”.
CELLER FRISACH. Precio: 9 euros.
“Goyo nos presenta este tinto fino, de altura, en La Aguilera (Burgos), en una viña de 40 años en vaso, donde busca concentración y madurez. Todos sus vinos son maduros, complejos y muy bien equilibrados, con textura y amplitud, pero con la tranquilidad extrema del perfecto cuidado de todos sus procesos. Son vinos vivos, que representan a la perfección el lugar de donde vienen. Este Joven de Viñas Viejas es el primer escalón de Goyo en su bodega en la Ribera del Duero. Un placer máximo sentir la fruta madura en un vino de baja intervención, como lo es este, vino cuya crianza se produce en botella”.
GOYO GARCÍA VIADERO. Precio: 16 euros.
“En el interior del Baix Empordà se encuentra una familia que perdura en el tiempo, la familia Molla, desde 1338, en generaciones y generaciones de payeses que consiguieron su libertad con mucho esfuerzo. Hoy en día, Nuria, la hija mayor de la familia, enóloga, encabeza el trabajo en la viña familiar donde se cultivan 50 variedades locales. Sus vinos son los de toda la vida, los de los payeses, casualmente, libertarios y vivos, como en esta última década se está promulgando, todo es una vuelta atrás… El tinto de la variedad local jaqué es un vino rústico, salvaje, diferente, vigoroso y de eterno placer, que Nuria y su familia trabajan con esmero vendimia a vendimia. Los vinos descansan en barricas con más de cuatro siglos”.
MAS MOLLA. Precio: 8 euros.
“Alvar es un viñador zamorano que en 2009 heredó las viñas de su abuelo, Aciano, al sur de la D.O. Toro, en lo que conocemos como Bajo Duero. Trabaja un total de diez hectáreas para sus nueve vinos, la gran mayoría tintos. Camino de los Arrieros es un vino del pueblo de Villadepera, mezcla de varias viñas viejas y de variedades autóctonas tales como: trincadeira, bastardo, mandón, mencía, rufete, gajo arroba, tinta jeromo, garnacha y Juan García, junto a otras desconocidas. Trabajado todo con raspón, y entre seis y ocho meses de barrica. Un vino afilado como un cuchillo, que marca suelo y verticalidad, verdor, frescor y muy buena acidez”.
ALVAR DE DIOS HERNÁNDEZ. Precio: 15 euros.
“A 600 metros de altitud encontramos, en la Axarquía malagueña, la localidad de Moclinejo. Allí, desde hace siete años, los enólogos Vicente Inat y Juan Muñoz aportan a Málaga un proyecto que muestra la sensibilidad de las variedades locales con influencia mediterránea. Noctiluca es un vino naturalmente dulce de talla mundial, fresco, radiante, largo en boca y muy afrutado. Un estilo de vino en el que la uva moscatel de Alejandría se recoge un poco antes, se asolea durante diez días, se fermenta y se mantiene a menos tres grados durante tres meses, para conservar su acidez. El resultado es un riguroso vino de postre para disfrutar estas Navidades con amigos, familiares y compañeros de trabajo y dar colofón a este año 2022”.
VIÑEDOS VERTICALES. Precio: 18 euros.