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En Europa se estila más eso de comer un plato único. Quizá les falta pasión gastronómica o es que realmente no necesitan meter tantas calorías en el cuerpo. Nuestro ADN tiene grabado a fuego el formato de entrante, principal y postre. Y si puede ser también un licorcito de hierbas para hacer la digestión. Una herencia viejuna que algunos empiezan a ver excesiva por la cantidad, teniendo en cuenta los hábitos actuales, sobre todo en las ciudades.
En Donosti, paisaje de la buena mesa por excelencia, eso de comer en plan frugal parece que no cuadra en un destino que en sí mismo tiene el comer rico, y sobre todo abundante, como uno de sus mayores atractivos. Sin embargo, algo está cambiando. Sitios como 'Casa Agus', 'Zazpi', 'Mapa Verde' o clásicos como la 'Bodega Donostiarra' o 'La Espiga', se apuntan al plato del día y tienen cada vez más clientes abonados a esta fórmula.
Aquí han hecho del plato del día su leitmotiv y fue uno de los primeros, sino el primero, en ofertar un plato único en San Sebastián. El argentino Agustín Elbert lleva 18 años en Donosti, pero antes ya cocinó por medio mundo, y abrió 'Casa Agus' en diciembre de 2014, en un polígono industrial y de oficinas alejado del centro, en el barrio de Igara. En vez de poner menú del día se la jugó a una carta. "Yo estaba convencido de que iba a funcionar, buscaba ofrecer algo asequible, fresco y casero en un solo plato", comenta Agustín.
Es un sitio pequeñito, cinco mesas y una barra, al igual que la cocina, un cuartito de solo 8 m². Dan un plato único contundente que cambia cada día (por 8 euros), "pero que te permite seguir trabajando después", dice Agustín. Por 1 euro más se puede sumar una crema y por otros 1,20 euros, un postre. Para beber, agua, caña de cerveza o vino. Pueden dar entre 50 o 60 servicios por jornada. Algunas combinaciones pueden ser: cremita de verduras y picaña con tximitxurri, humus y ensalada; cremita de vainas y patata y ensalada de lentejas con rulo de cabra planchado; cremita de guisantes y risotto de calabaza y gorgonzola… y nunca falta su plato estrella, el lasañón.
Txema Castro comanda este local histórico, que cumplió 90 años de vida en noviembre pasado, a dos pasos de la Playa de la Concha. Según cuentan, los impulsores de 'La Espiga' fueron los precursores de las banderillas en Donosti. Con el tiempo el negocio echó raíces y la carta se estiró para ofrecer raciones y platos de más enjundia, y hace diez años el local se reformó por entero. Hoy es todo un restaurante hecho y derecho con una barra de 11 metros de largo a la entrada y un comedor en la planta baja para darse buenos homenajes.
Arzak, Berasategi o Arguiñano suelen dejarse ver por allí para ponerse morados de pimientos rellenos, anchoas, gulas estrelladas, revuelto de bacalao con almendras y pasas, morros de ternera, callos, pintxo de txuleta, etcétera. "Y de lunes a viernes tenemos plato del día. Cosas sencillas como un guiso de garbanzos, un arroz con hongos o con verduras, chicharro a la plancha, y así", revela Txema. Dependiendo de lo que se pida puede salir entre 6,50 euros y un máximo de 8,50 euros (sin bebida). Y según el hambre, se puede pedir uno o dos. ¡Buen provecho!
Saúl Arrillaga y Maite Mújica son unos cracks de los pintxos. De hecho, desde la barra de 'Zazpi' (Seleccionado por Guía Repsol) ya han ganado unos cuantos premios en lo poco que llevan en marcha. Todo se hace al momento, por si alguien busca en las vitrinas su mini bocado. Ravioli cremoso de rabo; pintxo de bacalao con ajoarriero de sus callos; papada, manzana y encurtidos; alcachofas fritas; yema de huevo con puré de patata, trufa y jamón ibérico… ¡Una locura! Sin embargo, lo que no sabe todo el mundo es que entre semana tienen una oferta de platos del día suculenta (8 euros sin bebida), donde la cocina raya a gran altura, al igual que sus miniaturas.
Se pueden pedir por enteras o medias raciones, así se armonizan más sabores. A veces despachan más de 100 platos del día y suelen acudir muchos grupos, compañeros de trabajo o amigos que se montan su particular degustación. Por ejemplo, para abrir boca se puede pedir una media de arroz cremoso con hongos y luego otra media de merluza en salsa verde con patatas. Hay muchas combinaciones posibles, según el apetito.
También, pochas con pulpo, entrecot, carrillera de ternera, entre otras carnes y pescados, y unos postres celestiales como la compota de manzana con crema de queso y crumble. Todo exquisitamente presentado y servido con simpatía, y a toda pastilla, por Maite.
'ZAZPI BAR' - San Marcial, 7. Donostia, Gipuzkoa. Tel. 943 50 67 67.
Y al arrullo de las olas, frente a la playa de Zurriola, en plena zona surfera, Patri Serrano y Maitane Aranaz tienen un bar coqueto. 'Mapa Verde' lleva poco más de dos años consagrado a una cocina vegetariana, casera y con mucha conciencia medioambiental. Es de las pocas ofertas que hay en Donostia para los que solo comen verde, aunque casi el 90 % de su carta es vegana. Tratan de que lo que llegue al estómago sea lo más sano posible.
La oferta suena así de bien: albóndigas de quinoa con salsa de manzana al curry; tortitas de brócoli y pimientos; garbanzos salteados con comino, boniato, espinacas, brócoli, setas shiitake y alioli; lentejas Dupuy ecológicas con calabacín al horno, boniato, pimientos asados, tomates cherry y vinagreta de albaricoque… y así suma y sigue en un espacio pequeño que saca mucho rendimiento a su terraza con vistas oceánicas.
De martes a viernes a mediodía ofrecen unos platos únicos coloridos (11,50 euros y fines de semana y festivos por 14 euros, bebidas aparte), grandotes y variados que incluyen ensalada, una crema o sopa, algún hidrato de carbono y algo de proteína vegetal. "La verdad es que una fórmula que cada vez nos piden más", explica Maitane. Todo casero y hecho con cariño. Como muestra, un botón: potaje de azukis, quinoa especiada y temphe salteado con verduras y teriyaki.
Cierra la lista uno de los puntos calientes del barrio de Gros. La 'Bodega Donostiarra' (Recomendado por Guía Repsol) suele estar hasta los topes un día sí y otro también. Muchas veces en los bancos corridos se sientan cocineros famosos con ganas de saborear la cocina tradicional vasca.
Luce una barra de pintxos a precios populares donde destaca un incunable: el pintxo Induráin, en honor al mítico ciclista, que no es otra cosa que un taco de atún con anchoas, guindillas, cebolleta y aceituna. Además, raciones, brochetas y bocatas y un plato del día (por 9,90 euros) que incluye pan, bebida y postre y se repite cada semana.
El calendario funciona así. Los lunes, conejo a la brasa con alioli; los martes, marmitako (en temporada) o alubias rojas de Tolosa con los sacramentos; los miércoles, menestra de verduras; los jueves, un éxito de la casa: arroz a la brasa con calamar; y los viernes, el pescado del día. Al frente, Miguel Montorio, que cogió las riendas en 2009 y no quería perderse en las moderneces de la nueva cocina. "Yo quiero cuidar y tratar con cariño a la gente de Donosti", dice Miguel, y sus paisanos (y también los forasteros) responden llenando el comedor.