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Restaurantes decocina internacional en Málaga

Viaje gastro por el mundo sin salir de Málaga

Actualizado: 23/02/2021

Fotografía: Daniel Pérez

Hay un puñado de valientes que viajaron a Málaga para cumplir su sueño. Proceden de medio planeta y son, en parte, responsables del boom gastronómico que la capital vive desde hace unos años. Visitamos cuatro restaurantes internacionales que son cuatro pedazos de Suecia, Polonia, Bélgica y Perú. Platos basados en el producto local. Y, sí, funcionan. ¡Nos vamos de viaje sin salir de la capital malagueña!
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1. 'MIMO Vegan Bistro': cocina natural desde Polonia

Difícil encontrar platos más coloridos en Málaga. Difícil tratar con un equipo más acogedor. Difícil, también, saborear tan exquisitos platos veganos en toda la Costa del Sol. 'Mimo', restaurante que llegó en la primavera de 2019 al barrio del Soho sin hacer ruido, se ha convertido en uno de los lugares que deben aparecer en las agendas de cualquier que visite o resida en la capital malagueña. "Esta provincia es un paraíso para veganos, porque hay productos todo el año. Y son de muy buena calidad", dice Bartek Karwowski, que atiende la sala y que explica cada línea del menú con delicadeza y paciencia.

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El 90 % de su materia prima la cultiva la familia Hevilla, en Coín. A partir de ahí, ellos hacen magia en la cocina, incluyendo fermentos caseros, licuados y otras sorprendentes delicias. Ania Nieszczerzewicz, pareja de Bartek, manda en la cocina. Su suegro, Jacek, está en todas partes. Y a su suegra, Aneta, se le ve menos porque anda con el papeleo. Es la primera aventura hostelera de este equipo familiar y todos ponen su granito de arena.

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"En 'Mimo' toda la comida es orgánica, vegana, sin gluten, sin azúcar y con productos de temporada", subraya Bartek, que pasó años buscando un restaurante adecuado a sus gustos hasta que, finalmente, decidió abrirlo él. Volvió a pasar, esta vez meses, buscando los proveedores que de verdad cumplieran con sus requisitos. Ahora toda esa filosofía se sirve en la mesa en forma, por ejemplo, de rollitos de sushi veganos –con un buen número de verduras y una salsa a base de frutos secos– que suponen una de las mejores formas de arrancar el menú. Éste también ofrece raviolis de colinabo, tartar de setas o ramen vegano, así como un tartar royal a base de shiitake marinado, cebollino, melón, alcaparras, crackers deshidratadas y mostaza. La presentación de los platos va en sintonía con su sabor: cada plato parece una fiesta.

Su carta cambia cada temporada, así que siempre hay sorpresas. También hay platos que repiten por petición popular. Uno de ellos el Kashotto, una de las especialidades de la casa. Se trata de una especie de risotto pero a base de trigo sarraceno que cambia cada estación y que a principios de otoño contaba con salsa de calabaza hokkaido y tomillo, se servía con tofu crujiente, judías verdes y rábano, y se decoraba con nueces de pecán y eneldo. Merece la pena probar –aunque en realidad dan ganas de comerse toda la carta– la patata asada rellena con chile de yaca, otro de los fijos. Sidra y cerveza ecológica, así como vinos naturales y orgánicos acompañan los platos, además de una amplia variedad de batidos y licuados. Los postres merecen un capítulo aparte. Todo se puede también pedir para que te lo lleven a casa.

'MIMO VEGAN BISTRO' - Calle Vendeja, 29. Málaga. Tel: 952 06 19 79.
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2. 'Dynamit': La exquisita sencillez nórdica

Dylan y Devrim cambiaron las motos de nieve para desplazarse por la fría localidad sueca de Longyearbyen por el sol y la playa de Málaga. Ambos son los responsables de 'Dynamit', territorio sueco en la capital de la Costa del Sol. Allí, todo es sencillo. Desde el menú hasta la decoración, acogedora y con un estilo nórdico al que le sienta muy bien la luz de Andalucía. También sus propietarios, una risueña pareja llegada a principios de año desde Suecia. Trabajaban en un pequeño restaurante de sushi en Longyearbyen, en el archipiélago de Svlabard, donde la nieve cubre el paisaje buena parte del año. Hasta que el año pasado, tras una visita a Málaga, decidieron que era el momento de tener restaurante propio y, por qué no, abrirlo en la Costa del Sol. "La idea siempre fue crear un sitio al que nosotros nos gustaría ir", aseguran.

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Aterrizaron en Málaga en enero y, con poco presupuesto, en febrero encontraron un pequeño local cerca de la plaza de la Merced y la casa natal de Picasso. Luego llegó el confinamiento y hasta el verano no pudieron empezar con las reformas, que realizaron ambos con la ayuda del padre de Devrim. Con mucho trabajo a sus espaldas, el 19 de agosto inauguraron y, desde entonces, han lidiado con la pandemia cambiando horarios y medidas sanitarias. También el menú. Esa es, de hecho, una de sus principales características: cuentan con un puñado de sabrosos platos en la carta, que cambia prácticamente cada semana. "Nos apetecía que fuese todo fresco, de temporada e ir haciendo diferentes propuestas para que siempre sea interesante venir. Algo posible gracias al increíble producto que hay en este país", explica Devrim.

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Sus platos tienen aires suecos y una clara influencia nórdica, pero se centra en platos internacionales protagonizados por productos locales. Los prepara Dylan con paciencia, maña y especial meticulosidad. No despliega un gran ejercicio de técnicas, porque no le hace falta. Esta pareja cuenta que lo importante es el sabor y lo demuestra con la práctica. Basta saborear la raraka –masa de patata frita– con queso manchego, pepino, crema de eneldo, cebollino, berro, rábano y gambas de Málaga, la corvina –y su estupenda cocción– con puré de calabaza, tocino, semillas de soja y salsa de vino blanco o el sabroso steak tartar con chalota en escabeche, semillas de mostaza, nueces, berro y mayonesa de hierbas, además de un huevo de codorniz.

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Para el postre, hay ricas propuestas como la crema de manzana batida y caramelizada, avellanas, nueces y crumble de coco o una sabrosa tarta de queso con helado de chocolate y naranja confitada. Más allá, ofrecen cócteles y una buena música acompaña en todo momento. Dan ganas, sin duda, de que la sobremesa se expanda hasta el infinito.

'DYNAMIT' - Merced, 4. Málaga. Tel. 744 61 30 95.
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3. 'La Pachamama': una fiesta tropical con platos del Perú

Radicalmente colorido y festivo, adentrarse en 'Pachamama' es hacerlo en la exuberancia de Perú, los ritmos tropicales, los sabores intensos. Dan ganas de bailar, aunque quizá en eso tengan mucho que ver los excelentes cócteles pisco sour que sirven de aperitivo y que acompañan también durante el menú y los postres. Este restaurante tiene la mitad de su alma peruana y la otra mitad española. La primera es la de Carlos Chávez, nacido en Cajamarca, al norte del país latinoamericano. La segunda la de Cristina González, malagueña. Se conocieron en Lima, donde ella había viajado por su anterior trabajo. Más tarde decidieron emprender en Málaga, donde se gestaba un boom gastronómico del que ellos han participado. Abrieron en julio de 2016 y, desde entonces, son la alegría de la calle Beatas, en pleno corazón del casco histórico.

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"Desde el principio teníamos algo muy claro: no queríamos nada de fusión, apostábamos por la comida peruana cien por cien", dice Cristina. "Plasmar aquí lo original de allá es un reto, pero es increíble cuando la clientela te dice que con nuestra comida viajan a mi país", subraya Carlos. Arrancaron con una carta de una decena de platos. Ahora rondan los 40, con el ceviche tradicional como bandera culinaria. "La base es fácil: limón fresco, cebollita, picante y un buen pescado", dice el chef, que trabaja especialmente con lenguado, pulpo y salmón. El arroz verde de cilantro con pato es otra de sus exquisiteces, como el anticucho, la causa limeña, el pulpo al olivo, el chupe de camarones, la leche de tigre o el tallarín a la huancaína con lomo. Hay para elegir.

Eddy Herrera es el jefe de cocina, Erick Venturi dirige la barra como bartender y Karel Gómez y Steven Vázquez completan el equipo en cocina. "Creo que es una forma de disfrutar la comida más allá de un vino o una cerveza. Ayudan a que entre hambre, acompañan la comida y luego funcionan como digestivo", subraya Carlos Cháez, cuyo cóctel favorito es el pisco sour de maracuyá, aunque entre sus recientes creaciones está Charapa, a base de lichi, ron blanco, ron coco y limón. "Es exótico, nuevo y está riquísimo", destaca para subrayar que las chicas son las primeras que se apuntan a estos cócteles. Ellas sí que saben disfrutar.

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'LA PACHAMAMA' - Calle Beatas, 6. Málaga. Tel. 952 00 05 17.
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4. 'Fonzo': la huerta local en platos internacionales

En 2015, Julie Impens y Pieter De Dobbeleer tenían una duda. Básicamente, geográfica. "¿Abrimos un restaurante en Bélgica o en España?", se preguntaban entonces. Conocían Málaga, donde viajaban con frecuencia. La playa era un atractivo, pero la montaña existente en la provincia les convenció. Hicieron las maletas, encontraron un viejo local que renovaron y en mayo de 2016 abrieron 'Fonzo', un pequeño rincón del centro histórico lleno de color, baldosas hidráulicas y buena música. También una curiosa decoración estilo kitsch que incluye pequeñas figuritas, un floreado papel en la pared y algunas plantas de interior.

A partir de la humildad, la simpatía y la simplicidad, en su pintoresco espacio siempre hay algo por descubrir. Generalmente ese algo está escrito en la pizarra donde relatan su menú, siempre a base de productos ecológicos y cocinados por cualquiera de los dos con mucho cariño. El mismo que le dedican al pan que ellos mismos elaboran diariamente.

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"Cambiamos la carta cada dos o tres meses, siguiendo las estaciones y los productos de temporada, que siempre son mejores", cuenta Pieter, de brazos tatuados y con cierto deje malagueño en el habla. La ciudad no solo le ha influido en el acento, también en los platos. Ahora sirven hasta boquerones en vinagre, aunque lo hacen junto a un jardín de verduras locales: judías verdes, patatas baby al vapor con té ahumado y vinagreta de chalota, además de mayonesa de parmesano y un huevo macerado en té y soja.

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Para el otoño han preparado un puré de batata, calabaza, apio nabo, zanahoria con chalota y crema de lima y cilantro. Y unas tostas de rillettes con mango agridulce. En su menú también caben un "albondigón persa" con salsa de tomates cherry, guisantes secos, hierbas frescas y granada, pancakes con mascarpone, ricota y lima. También hay quesos de mahón y muchas otras sorpresas, como los postres y las limonadas caseras, una de ellas de mango de Málaga.

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Una decena de vermuts y una interesante selección de vinos nacionales e internacionales –algunos ecológicos– ayudan a mejorar el viaje alrededor del mundo en este pequeño local, que cuenta con una exquisita barra y una minúscula cocina. Es el lugar al que escabullirse para tomar unas cervezas –como la sabrosa Axarca– y tapear, pero también para sentarse con calma a saborear su carta. "Ahora nos estamos reinventando a cada momento, porque dependemos de las restricciones sanitarias", subraya el hostelero belga. De hecho, trabajan en propuestas para llevar y ofrecer "pizzas originales" elaboradas con masa madre. 'Fonzo' se puede saborear de mil maneras.

'FONZO' - Calle Mariblanca, 4. Málaga. Tel. 653 20 35 86.

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