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¿Quién no ha disfrutado con el dulce balanceo de la gelatina? Aquí, además de contar con un tembleque hipnótico, la receta de gelatina de vino blanco con frutas garantiza un exquisito fin de banquete. Los ácidos propios de la combinación frutal, equilibrados con el dulzor del azúcar y la frescura de la menta, provocan un éxtasis gustativo al alcance de cualquiera.
Preparación de Gelatina de vino blanco con frutas
Poner, para empezar, las frutas a remojo junto con la vainilla y la piel de limón. Procurar que el agua de remojo coincida con la cantidad necesaria para el postre y un poco más, para cocinar las frutas. Remojar en agua fría, escurrir sin secar e introducir en el frigorífico una flanera de un litro y un litro y medio de capacidad u otro molde metálico más alto y estrecho que bajo y ancho. En cualquier caso, el que se tenga. Dejar en el frigorífico también las frambuesas y las hojas de menta, bien lavadas y escurridas, para que estén frías.
Calentar el agua de remojo en un cazo con la vainilla y la piel de limón, una vez escurridas las frutas. Mientras, cortar los orejones de melocotón si son muy grandes. Cuando el agua esté casi hirviendo, introducir las frutas escurridas -no las frambuesas- y añadir el azúcar indicado. Cuando hayan hervido diez minutos, retirar del fuego y añadir la gelatina con las indicaciones del fabricante. Luego, mezclar con el vino. Probar de dulzor y añadir un poco más de azúcar si estuviera muy soso. Esperar a que casi se enfríe sin que llegue a cuajar.
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Como se aprecia, este postre tiene un colorido que garantiza el deleite.
Verter en el molde que está en el frigorífico una capa de medio centímetro del líquido preparado con el vino. Introducir de nuevo en el frigorífico y esperar a que cuaje. Entonces, colocar en el fondo -teniendo en cuenta que lo que se va a ver al desmoldar es la parte inferior del molde- unas hojitas de menta y 3 mitades de frambuesa haciendo un dibujo navideño.
Dejar en frío un rato y, luego, colocar por encima y con cuidado los orejones de melocotón y albaricoque y poner en la parte exterior del molde, al tiempo que se colocan las frutas, hojitas de menta y cinco medias frambuesas. El resto de frambuesas, excepto seis o siete, introducirlas entre los orejones. Verter, cucharón a cucharón y con mucha delicadeza, el líquido de cocción de los orejones -sin la vainilla ni la piel de limón y pasado por un colador fino-. Debe cubrir bien la fruta. Introducir en el frigorífico para que repose y cuaje durante tres o cuatro horas como mínimo o hasta el día siguiente, si se cubre el molde con [film] plástico alimentario, junto a la fuente de servicio donde se vaya a desmoldar, para que esté bien fría.
Cuando se acerque la hora de servir, preparar un barreñito -o el propio seno del fregadero- con agua caliente del grifo. Pasar un cuchillo pegado a las paredes del molde -si es liso- y hasta la mitad de su profundidad. Introducir en el agua caliente, sin soltarlo, para que el agua no entre dentro del molde, unos 20 segundos, sacar de inmediato y volcar en la fuente fría de servicio. Dejar en frío.
Adornar la gelatina con las frambuesas y las hojitas de menta, una encima, y las demás alrededor, sobre la fuente de servicio.
NOTAS: Si en la mesa hay niños será mejor hacer este postre con mosto o zumo de uva, lo que se prefiera, para evitar el alcohol. No pierde nada de su gustosidad, sólo el aroma del alcohol, que es un matiz agradable para adultos, pero no es nada apropiado para los menores de edad.
Si se desea, se puede añadir al líquido del postre antes de llenar el molde, sobre todo si se hace con mosto, un poco de leche de coco espesa, que le dará un aspecto blanco muy bonito también y muy navideño, en contraste con los adornos de frambuesa y hojas verdes. Cambiará el sabor y, entonces, se puede perfumar el almíbar de las frutas con una mezcla de piel de limón y cinco o seis granos de cardamomo verde, en lugar de vainilla.
Las frambuesas se pueden sustituir por una cantidad equivalente en peso de grosellas rojas, si se encuentran, que se parecen más a los frutos del acebo y quedarán también muy bonitas. De todos modos, con frambuesas queda muy bien.