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Parece obligado para quien ama con pasión preparar para la pareja un menú que estimule los sentidos de ambos y así celebrar esta fecha del calendario, marcada desde hace años para los amantes con un corazón rojo carmesí. Los expertos aseguran que, en momentos como este, no hay en el mundo nada tan afrodisíaco como el ambiente bien buscado, la iluminación correcta, los platos más apetecibles para compartir entre dos y, desde luego y en primer lugar, la compañía de la persona amada. La mejor forma de poner el broche de oro es con una tarta de San Valentín, elaborada con el cariño que merece una ocasión tan especial.
No se puede echar en saco roto el aroma de algunas especias, que desde hace milenios se han aconsejado para preparar los encuentros amorosos, sólo porque no sean tan estimulantes como nuestros antepasados creyeron. Sin duda colaborarán al ambiente apropiado que hay que crear... con amor. Están muy buenas y... ¿quién sabe?, llegarán a ser un aliciente que convierta el encuentro y la cena en momentos perfectos. Tras un banquete a dos tan emocionante, no podría faltar un postre de chocolate.
Rosa Tovar se decanta por esta receta para honrar a los enamorados.
Aquí está. Es un ejemplo más de un bizcocho que, en realidad, es una mousse de chocolate asada, heredera de lo que se llamaba en Francia fondant en el siglo XIX, que se perfumaba con ralladura y zumo de naranja o con concentrado de café -como los aromas más clásicos-, excelentes ambos. Para una noche como esta será también perfecta una mezcla de especias -canela, nuez moscada, cardamomo, cilantro en grano, pimienta, clavo y ralladura de limón- al estilo mexicano del chocolate y, con el mango, será algo excepcional. El que cocine tendrá que elegir los aromas que añade a este postre maravilloso y elegir el sorbete o el helado que le resulte más apetecible.
Las especias son fundamentales para dar matices especiales a esta tarta.
Preparación de Tarta de San Valentín
Estas cantidades están pensadas para un postre para dos ... y una parte dulce de sobra para el desayuno.
Tendencias del chocolate con los maestros José Fernández y Saray Ruiz
En primer lugar hay que engrasar con mantequilla el interior de un molde de bizcocho de unos 18 centímetros de diámetro y encender el horno a 175º C.
Hay que procurar mantener el baño maría del chocolate a una temperatura suave.
Sobre un baño maría suave, fundir los dos chocolates juntos con la mantequilla -los 30 gramos indicados-. Mientras se funde el chocolate, que hay que remover de vez en cuando y retirar del agua caliente del baño cuando aún queden algunos trozos de chocolate sin fundir, batir las claras hasta que comiencen a subir. Añadir entonces el zumo de limón y, sin dejar de batir, ir añadiendo el azúcar poco a poco. Reservar.
El batido de claras se reserva cuando haya cogido la textura idónea.
Añadir las yemas y el cacao al chocolate ya fuera del baño, templado y fundido por completo, y mezclar bien hasta que espese, incluso batirlo un poco. Integrar alrededor de la quinta parte del batido de claras para suavizar la mezcla de chocolate y, luego, terminar con el resto en dos veces. Verter el batido en el molde engrasado y hornear durante unos diez minutos, ni uno más.
Los moldes con forma de corazón son los más indicados para esta ocasión especial.
Sacar del horno y cubrir el molde con un paño, para que repose y baje lo suficiente para que luego no pierda demasiada altura. Al cabo de 7-8 minutos, volcar el bizcocho en la fuente de servicio y espolvorear con azúcar molida.
Una vez se ha templado el bizcocho, se añade una cucharada de sorbete de mango.
Servir caliente o templado con el sorbete de mango o cualquier otro sorbete o helado que sea del gusto de los comensales enamorados.
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