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La primera propuesta es un exclusivo hotel para adultos donde todo se confabula para relajarse y disfrutar de un tiempo en pareja. Ubicado en el municipio de Casavells (Girona), en el centro del Pla de l’Empordà, a los clientes de 'Encís d'Empordà' les esperan amplias habitaciones con chimenea, un jardín con rincones discretos y la magia de una masía del siglo XVII, cuya fachada, cubierta por viña virgen, va mutando de color con el paso de las estaciones. Las siete estancias de este hotel cuentan con magníficas vistas, bañeras de fundición y chimenea, cuyas llamas iluminarán caricias y relatos secretos.
Desde cualquiera de los diez cubos de madera integrados entre pinos y encinas, uno se siente parte del agreste y apabullante entorno natural de El Matarraña. En el hotel 'Consolación', el lujo es la naturaleza. Aquí uno penetra directamente en un cuadro. La mente se vacía y solo queda sitio para absorber tanta belleza, sentado en la silla Butterfly o sumergido en la bañera excavada, contemplando el atardecer, alumbrado por la chimenea colgante que preside una esquina de la pieza.
El antiguo palacete Ordoño II vivió sus años de esplendor durante la primera mitad del pasado siglo, cuando la burguesía leonesa competía entre sí por cada metro cuadrado de una de las arterias principales de la ciudad. Ahora es el hotel 'Palacete Colonial', un bed & breakfast boutique donde se aúnan elementos de aquel refinamiento burgués con detalles modernos. Una de sus suites dispone de terraza privada de 30 metros cuadrados, con chimenea y perfectamente equipada para que el frío de las noches de León no sea impedimento para sacarle el máximo partido.
En 'Arbaso' (ancestro en euskera) todo gira en torno a la tradición, cultura y materiales del País Vasco. Las hermanas Aramburo han plasmado la esencia euskalduna en un alojamiento boutique en el corazón de San Sebastián, justo frente a la catedral del Buen Pastor y con diseños de Norman Foster y Rafael Moneo en su interior. Entre sus 50 habitaciones, con vistas a la plaza o a la bahía de La Concha, están los áticos dúplex de la quinta planta, con salón y chimenea.
Esta habitación única del Cardenal (la 329), en el Parador de Santiago de Compostela, cuenta con más de 500 años de historia. Los Reyes Católicos la mandaron construir en 1499 como parte del hospital de Peregrinos, frente a la plaza del Obradoiro. Desde 1954 es hotel y en ella han dormido monarcas, políticos, artistas, deportistas, desde el cardenal Roncalli, que sería Papa, al rockero Mick Jagger, bajo el espectacular artesonado mudéjar y en cama con dosel. La chimenea, que se enciende en contadas ocasiones, está coronada con un espectacular cuadro barroco de Santa Dorotea.
Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia y señora de Arteaga, mandó reconstruir la torre que sus antepasados tenían a orillas del Urdaibai, muy cerca de Gernika. En 1856, el arquitecto Couvrechet diseñó este castillo neogótico, imponente, que rezuma estilo francés, pero que no pudo ser habitado nunca por la emperatriz y el emperador Napoleón III. Ahora es un Relais&Chateaux y en su honor está bautizada una de sus seis suites, todas ellas con chimenea, pues en la época no había calefacción central, aunque ahora son decorativas y no pueden encenderse para contemplar las noches frías de la Reserva de Urdaibai, en el corazón de Bizkaia.
Ubicado en una antigua abadía del siglo XV, este hotel se halla rodeado de las impresionantes montañas del Pirineo aragonés, en pleno corazón del Valle de Tena y de la Reserva de la Biosfera Ordesa–Vignemale. Las habitaciones, donde se fusionan la piedra y la madera, cuentan con ventanales por los que se cuela, como un huésped más, el paisaje nevado durante los meses de invierno y parte de la primavera. Algunas de las suites disponen de jacuzzi privado y chimenea en el salón, frente a la que sentarse a contemplar las estrellas.
Cuatro suites temáticas (El Sol, La Luna, El Desierto y El Bosque) componen este pequeño hotel rural construido en un antiguo pajar en Losana de Pirón, en el municipio de Torreiglesias (Segovia). Un rincón del planeta donde el huésped puede desconocer mientras contempla las llamas que brotan del fuego de la chimenea con la que cuenta cada estancia. El entorno de naturaleza y villas, como la turística Pedraza (a 30 minutos), invitan al paseo, aunque no muy largo para volver a cobijarte al calor de tu habitación.
En estas cabañas en los árboles podrás fundirte con la naturaleza y sentirás que eres parte del bosque. Ubicadas en el interior de la ría de Muros y Noia, están en pleno Camino de Santiago a Finisterre, con vistas a la impresionante Costa da Morte. La chimenea de las cabañas de Arturo, Amalia o Carlos serán tu perfecto aliado para abrigarte junto a los castiñeiros, laureles y abeneiros del entorno.
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