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Jordi y Mireia son el vivo ejemplo de lo que el Empordà puede hacer por ti. Él, ingeniero electrónico, trabajaba como investigador. Ella tenía una compañía de títeres para adultos con la que había recorrido medio mundo. En 2013 hicieron las maletas y comenzaron una nueva vida: "Desde pequeño tenía la idea de irme a vivir al campo. No pensaba seguir siendo científico a los 60 años. Hice el doctorado y trabajé en un centro de investigación. Se me planteó la posibilidad de venirme al Empordà y Mireia se puso de mi parte".
Ahora están al frente de una de las masías más auténticas y personales de la zona, en el pequeño pueblo medieval de Casavells, en el Baix Empordà. Tapizada de enredaderas y bañada por la luz del Mediterráneo, se empeñan en que sus huéspedes estén tan a gusto que quieran mudarse allí como hicieron tantos artistas e intelectuales desde hace más de un siglo atraídos por una tierra fronteriza de espíritu libre. Fue precisamente uno de ellos, Josep Niebla, quien les vendió la propiedad y un impresionante lienzo que es un habitante más de la casa.
"El cambio fue fantástico. Aquí hay mucha gente que huye de la ciudad y te acoge con los brazos abiertos. No necesitas quedar con nadie, ya sabes dónde se reúnen y simplemente te encuentras con unos y otros". Esa es la filosofía con la que la pareja al frente de 'Encís del Empordà' te recibe nada más llegar.
Siete suites, de entre 35 y 60 metros, en las que la proliferación de detalles induce a descubrirlos como si fuera un juego. Como hilo conductor cada una de las habitaciones responde a uno de los personajes que han ido configurando la identidad del Empordà.
Una antigua torre de vigilancia con vista al macizo del Montgrí alberga un dúplex individual repleto de poesía. "Esta es tierra de poetas, Josep Pla, Mercè Rodoreda –que se instaló tras el exilio– o Caterina Albert", relata Jordi mientras sube las singulares escaleras-cubo de madera que conducen al piso de arriba y recuerda cómo una de sus clientas se emocionó al leer el poema de Joan Maragall escrito a tamaño XXL en la pared. Era el mismo que su madre le cantaba.
La hereu es otra de las habitaciones-escenario ubicada en la planta principal de la masía e inspirada en la tradición del norte de Cataluña que dictaba que el hijo mayor heredaba las tierras. Frescos de pigmentos naturales sobre el techo abovedado y un sofá que en las antiguas masías se situaba frente al fuego, de altísimo respaldo para no dejar escapar el calor, convertido ahora en cabecero de la cama. El espíritu payés mezclado con el mundano se revela también en la dedicada a la pubilla, la heredera en caso de que no hubiese varón, con un baño a la altura de una estrella de Hollywood.
"Pieza esencial ha sido el tío de Mireia, Jordi Bulbena, director artístico de Comediants. Juntos han ambientado las habitaciones. Es un genio y a la vez un niño de 70 años. Pensamos cómo tenía que ser cada habitación y luego buscamos los objetos en las naves de los restauradores. Hay mucho conocimiento y se nota".
Meterse en la piel de un viajante, que guarda los tesoros recopilados aquí y allá, o imaginar que has cruzado los siete mares. Si lo prefieres, sentirte como un artista en su estudio. O como el indiano de vuelta a sus orígenes. Montarse una película propia en cada habitación es casi lo natural. "Al ser una masía tradicional decidimos teatralizarla como si fuera un museo que explica las raíces de esta tierra" revela Jordi.
"La decoración llegó a ser una obsesión. La pluma, el barco, la máquina de escribir, el teléfono de pared. Lo que íbamos a hacer en un mes se transformó en seis meses de éxtasis creativo". Jordi trata de recomendar la habitación en función de los gustos de los clientes. "Vienen artistas de la galería de aquí al lado y les encanta la dedicada a ellos con vistas al campanario de la iglesia de Sant Genís".
Mireia, junto con un amigo jardinero, se han ocupado de crear esos ambientes al aire libre. "En esta zona hay mucho turismo familiar pero escasa oferta pensada para parejas que quieren estar solas o padres que han dejado a los hijos. La intimidad que buscan no se reduce solo a la habitación. El jardín está diseñado para fomentar momentos para dos, con muchos rinconcitos para que puedan estar a su aire. El reto era cómo preservar la privacidad de los clientes" cuentan.
Un desayuno contundente a base de embutidos de la zona como bull, fuet, butifarra blanca y negra, y queso brie, artesano de cabra, emmental, cereales y frutos secos, yogures naturales, mermeladas del cercano museo de la confitura, pan de horno de leña, croissants recién horneados, zumos naturales o magdalenas y bizcochos elaborados por ellos mismos.
Tras el desayuno estamos listos para recorrer los parajes naturales, las calas recónditas, los pueblos medievales y todas las joyas que esconde esta comarca de Girona asesorados por Jordi y Mireia. "El turismo del Empordà valora el cuidado del medio ambiente. Al llegar se relajan, les cambia la cara, el estrés se evapora. Muchos clientes son de Barcelona y del resto de Cataluña, hasta del pueblo de al lado. También americanos y del norte de Europa que se quedan impresionados por el sitio y el entorno".
En verano buscan mar. "Les indicamos los caminos de ronda que van de playa en playa, calitas pequeñas y dónde comer frente al mar. No recomiendo nada que no haya hecho. Tras la siesta, visitan pueblos medievales: Monells, Palau Sator, Foixà, Peratallada. Tenemos un par de bicicletas para los clientes y la posibilidad de dar paseos a caballo, practicar deportes acuáticos o jugar al golf".
En invierno la casa es ideal para disfrutar de los pueblos y el mar. Después de pasar el día de excursión resulta reconfortante un baño y sentarse a leer con la chimenea encendida y pedir a Jordi una cena a la medida. "Cocino yo. Me lo paso bien preparando arroz negro, cordero, albóndigas con sepia o alguna de las recetas propias de la zona".
ENCÍS D'EMPORDÀ - Carrer Sant Genís, 13. Casavells. Girona. Tel. 646 09 80 09.