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Mística, portentosa y eterna
Sus 1.130 metros de altitud sobre el nivel del mar y su ubicación, entre el valle de Amblés, la Sierra de Ávila y la Sierra de Gredos, explican bien por qué son tan copiosas las nevadas y el frío invernal en esta portentosa ciudad, unida para siempre a trascendentales episodios de la historia de España. Junto a su nombre, figura en la tarjeta de presentación de Ávila el título de Patrimonio de la Humanidad por el excepcional estado de conservación de su casco histórico que, tras unas murallas de 2,5 kilómetros espléndidamente conservadas, encierra auténticas maravillas medievales.
La Catedral de Ávila, por ejemplo, es la más antigua de todo el arte gótico español. Destaca en el templo su retablo mayor, pintado por Pedro Berruguete y Juan de Borgoña, y su incomparable Museo de Arte Sacro. El Convento de Santa Teresa, del siglo XVII, es otro de los lugares mágicos de Ávila. Fue edificado donde supuestamente nació Santa Teresa de Jesús. De hecho, la cabecera del templo se sitúa en lo que fue la habitación de la mística española. La figura de la religiosa continúa también en otros excepcionales recintos, como el Convento de la Encarnación, en el que Santa Teresa ingresó en 1533, y como el Convento de San José, que ella misma mandó fundar y que hoy es el Museo Teresiano de las Carmelitas Descalzas.
La relación de iglesias, monasterios, conventos y ermitas es aquí desbordante. Pero conviene mencionar la Basílica de San Vicente, la Iglesia de San Pedro, la Ermita de San Segundo, el Real Monasterio de Santo Tomás, la Iglesia Parroquial de Santiago y las iglesias de San Andrés, San Nicolás y San Juan Bautista. El etcétera que sigue seguramente superaría los templos enumerados. Así es la grandiosa monumentalidad de Ávila.
En el apartado de edificaciones no religiosas bien podría decirse otro tanto. Ávila dispone de un sinnúmero de palacios y casonas de entre los siglos XV y XVIII. La mayoría las podemos encontrar en la zona alta del recinto amurallado y en los barrios comprendidos entre la Iglesia de San Pedro y de San Vicente. Destacan el palacio episcopal, el palacio de los Lesquinas, el palacio de los Rengifos, el palacio del Marqués de Fuente el Sol, la Casa de los Guillamas, la Casa de las Carnicerías, la Casa del Cordón y la Casa u Hospital del Caballo. Todo ello con el Parque Regional de la Sierra de Gredos como mural que la naturaleza ha dispuesto en este irrepetible municipio.