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Y es que para llegar hasta 'Safari Madrid' no hace falta tener un 4x4, vestir pantalones y camisa color caqui ni vacunarse contra enfermedades raras. A 60 kilómetros de Madrid, cogiendo la A-5 y luego la M-507, llegamos a Aldea del Fresno donde se encuentra este curioso lugar que en su día estuvo dirigido por Félix Rodríguez de la Fuente y que abre todos los días del año.
La filosofía de Safari Madrid es diferente a los zoológicos tradicionales. Aquí, en lugar de ver personas "en libertad" y animales en jaulas, vemos personas "enjauladas" dentro de sus vehículos observando a los animales en su hábitat natural.
De esta manera, es posible observar cómo se comportan los animales en manada, mientras se recorre con el coche un circuito de 54 hectáreas de terreno en donde conviven diferentes especies, como osos, monos, búfalos, elefantes, tigres…
Como recomendación, si es la primera vez que vais, no os olvidéis llevar unos cartones para colocar en los laterales del vehículo para evitar que los animales, sobre todo las cabras, hagan rayones cuando se les da de comer durante el recorrido.
Pero lo que hace de este lugar una experiencia inolvidable para los más pequeños es que pueden alimentar, sin bajarse del coche, a algunos de estos animales. Así pueden ver muy de cerca a cebras, ciervos, llamas, camellos y avestruces. En vez de ser meros espectadores, los más pequeños pueden interactuar con ellos dándoles de comer zanahorias, su alimento favorito.
Los niños se lo pasan de cine (garantizado) y además, aprenden. Porque aparte del recorrido con animales en libertad, hay exhibiciones de aves rapaces y de reptiles dos veces al día. Los sábados y domingos también se puede ver cómo dan de comer a los cocodrilos.
En el reptilario descubrirás especies tan raras y bonitas como uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo o una tarántula de color azul que no te gustaría encontrarte jamás debajo de tu cama.
También hay un mini zoo, donde el 40 % de los animales han sido rescatados por el Seprona; algunos incautados del tráfico ilegal, como unos monos capuchinos que llegaron muy pequeños en la parte interior del abrigo de un hombre que volaba a España procedente de Sudamérica.
Y por si esto fuera poco, los niños pueden montar en pony (por tres euros más) o visitar el 'rincón de los mansos', una zona con cabras y cerdos vietnamitas de visita obligada. Para muchos pequeños la parte más divertida de todo el recorrido. De hecho, oí a uno decirle a su madre: "Yo no me quiero ir nunca de aquí" y yo al mío llevo prometiéndole toda la semana que volveremos.
Cómo llegar: Desde Madrid hay que ir a la A-5, salida 32 y luego, M-507 hasta Aldea del Fresno.
Precio: Adultos 18 euros, niños 14 y los menores de 3 años, entran gratis. Si vuestra intención es pasar el día en el safari –hay muchas cosas que ver y los niños van a querer irse–, es recomendable llevaros vuestro propia comida, pues hay zonas habilitadas para pícnic. Dentro de las instalaciones también hay un restaurante de comida rápida y menú del día.