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Blancanieves y los siete enanitos protagonizan la Ruta de los Cuentos.

EL 'BOSQUE ENCANTADO' DE SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIAS (MADRID)

Un bosque recortado por las hadas

Actualizado: 14/09/2018

Fotografía: Alfredo Cáliz

A 75 kilómetros de Madrid, existe un pequeño bosque donde conviven dragones alados con dinosaurios, delfines con jirafas y centauros con personajes de cuento. Todos ellos esculpidos en aligustre. Estamos en el 'Bosque Encantado' de San Martín de Valdeiglesias, un parque botánico para visitar en familia, evadirse de la ciudad y dejar volar la imaginación. Cuenta la leyenda que sus 350 esculturas fueron creadas por hadas, ninfas y gnomos, aunque bien podrían ser obra del mismísmo Eduardo Manostijeras.
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Juan Antonio Pizarraya comenzó por afición a recortar los setos de su jardín en forma de patos y cocodrilos. Llegó a tener tantos que, para salir de casa, tenía que saltar sobre ellos. Cuando vio la película Eduardo Manostijeras (Tim Burton, 1990) lo tuvo claro. Como si emulara al propio Johnny Deep, este sevillano afincado en Madrid imaginó en su cabeza un lugar donde dar vida a diferentes esculturas vegetales, un museo al aire libre que pudiera visitar la gente y despertar su imaginación.

Las figuras de dinosaurios atraen a niños y mayores.
Las figuras de dinosaurios atraen a niños y mayores.

Ahí comenzó su sueño: compró un campo de cultivo muy cerca de San Martín de Valdeiglesias, a 75 kilómetros de Madrid, y contactó con varios escultores de arte topiario de toda Europa, una técnica de jardinería que ya se practicaba en el Imperio Romano. Después de tres años de mucho trabajo, en julio de 2011 el Bosque Encantado cobró vida. Hoy, este rincón natural de la Sierra Oeste de Madrid expone un total de 350 figuras vegetales elaboradas con aligustre y arbustos boj, repartidas en 25.000 metros cuadrados salpicados de arroyos y charcas.

"El Bosque Encantado es un lugar muy especial", cuenta María José Flores, coordinadora del sitio. "Además de ser un parque temático de arte vegetal, es un experimento botánico. Aquí podemos observar más de 500 especies diferentes, desde el bosque mediterráneo propio de la zona –encinas, pinos, romero, tomillo…– a ejemplares traídos de diferentes partes del mundo". De esta forma puedes pasear entre fotinias de China, enebros de Japón, feijoas de Brasil, aligustres del este de Asia o tamariscos de Inglaterra.

En uno de los rincones del bosque hay una exposición de cáctus por donde pasear. ¡Cuidado que pinchan!
En uno de los rincones del bosque hay una exposición de cáctus por donde pasear. ¡Cuidado que pinchan!

El interés botánico que tiene este jardín se completa con una colección de más de 100 bonsáis que se distribuyen sobre una colina, una zona que emula un desierto con tierra rojiza lleno de diferentes tipos de cactus y hasta un laberinto que invita a niños y mayores a perderse en su interior. "No hay nada igual en Europa", dice la coordinadora con cierto orgullo, sin olvidarse de mencionar que el bosque se encuentra en una zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Los carros que aparecen al principio del camino están hechos a tamaño real.
Los carros que aparecen al principio del camino están hechos a tamaño real.

Don Quijote y Sancho Panza son las primeras esculturas con las que se topa el visitante nada más llegar. También un torero, gnomos con carretillas, una mujer con una cesta de flores que representa a la madre de Pizarraya. Todas ellas tienen una estructura metálica que sirve de soporte para la planta que sigue viva, creciendo día tras día. A pocos pasos, un dragón alado que alcanza los cuatro metros de alto desde la boca hasta la cola, se convierte en una de las figuras favoritas del público. "Con esculturas como esta tardamos hasta cuatro años", recuerda María José, "fue de las más difíciles", porque este tipo de planta enredadera solo crece hasta tres metros y medio.

Don Quijote y Sancho Panza son las figuras que reciben al visitante.
Don Quijote y Sancho Panza son las figuras que reciben al visitante.

El mantenimiento del bosque tampoco es cosa sencilla. Wadie Elbahlolly es uno de los cuatro jardineros que junto a dos personas de mantenimiento trabajan en el bosque. "En primavera y verano tenemos que recortar las figuras cada semana, con mucho cuidado, porque sino perderían la forma de la silueta", cuenta el marroquí, que lleva en el parque desde su apertura. "Utilizamos una máquina para recortar las 350 esculturas. Con tijeras tardaríamos más de una hora y media por figura, sería imposible", añade.

El dragón mide más de tres metros de altura.
El dragón mide más de tres metros de altura.

El bosque se divide en varias sendas temáticas conectadas entre sí, todas con nombres que nos dan pistas de lo que nos espera a continuación: la Ruta de los Habitantes del agua, la de los Amigos del Hombre, la Ruta de las Artes, la de los Inventos, o la Ruta de la Jungla. Así hasta 13 senderos diferentes por donde los niños pueden corretear sin peligro.

Y para los días de más calor, una ducha se convierte en un refrescante juego.
Y para los días de más calor, una ducha se convierte en un refrescante juego.

Hay merenderos, bancos para sentarse, un bar y varios caminos alternativos para poder llevar carritos de bebé evitando las escaleras. Y desde este verano, una zona con aspersores para refrescarse, todo un juego para los más pequeños. "No hay un recorrido establecido, lo mejor es perderse por el parque y dejarse llevar", propone María José.

Nessie, el monstruo del Lago Ness, es una de las esculturas más llamativas del bosque.
Nessie, el monstruo del Lago Ness, es una de las esculturas más llamativas del bosque.

Dos niños llaman con insistencia a sus padres. Han descubierto a Nessie, el monstruo del Lago Ness, que despliega su cuerpo ondeante de diez metros sobre un mar de césped. Junto a él conviven dinosaurios, soldados romanos, centauros, barcos pirata, cupidos, carromatos tirados por caballos a tamaño real, locomotoras e incluso un pianista o una banda de músicos que recuerdan a los míticos The Beatles.

El bosque cuenta con más de 300 esculturas vegetales.
El bosque cuenta con más de 300 esculturas vegetales.

También es posible ver de cerca a Luperca, la loba que amamantó a Rómulo y Remo; animales salvajes –los que más gustan son las jirafas y el elefante–, varios instrumentos musicales, tres delfines que parecen saltar de una de las charcas, sapos y otras muchas esculturas que acaban fundiéndose con el paisaje natural que les rodea.

Con guitarra, saxofón o batería, un grupo de músicos llama la atención del visitante.
Con guitarra, saxofón o batería, un grupo de músicos llama la atención del visitante.

"De todas, la ruta que más gusta a los niños es la de los cuentos", dice María José mientras camina hacia una figura que representa a Blancanieves, con los pliegues del vestido bien recortados sobre la planta. Junto a ella los siete enanitos, el genio de Aladín, Peter Pan con Campanilla y Pinocho provocan en los más pequeños auténtica admiración. Un niño de tres años se entretiene repasando los nombres de cada uno de los enanitos, desde Mocoso a Gruñón, pasando por Mudito y Dormilón. Sale contento, no falta ninguno.

Un laberinto vegetal promete un divertido juego donde no siempre es fácil encontrar la salida.
Un laberinto vegetal promete un divertido juego donde no siempre es fácil encontrar la salida.

Cada rincón de este paraje formado por terrazas ajardinadas esconde una pequeña sorpresa. Puedes encontrarte un buda, un mirador improvisado hacia las montañas, un cenador de madera o una cascada natural, como la de Barbellido, que en primavera muestra todo su esplendor. Fíjate bien, porque también hay casitas de hadas repartidas por el parque con el cartel Welcome.

Los budas, las cascadas y las casitas de hadas aparecen en todos los rincones del bosque.
Los budas, las cascadas y las casitas de hadas aparecen en todos los rincones del bosque.

"Hace dos años empezamos a contar a los visitantes la leyenda de un clan de hadas y duendes llamados Topis cuya magia les permitía crear con plantas todo aquello que veían", cuenta Wadie. "Tras ser desterrados de su hogar por el espíritu maligno Kades, llegaron hasta San Martín de Valdeiglesias donde transformaron este rincón natural en su nueva casa. Aquí construyeron todas las figuras basándose en lo que habían visto en su largo viaje y, ayudados de un conjuro, ahuyentaron a todos los malvados".

Los delfines invitan a parar en el camino y escuchar el sonido del agua.
Los delfines invitan a parar en el camino y escuchar el sonido del agua.

Con esta historia, los niños se quedan embelesados, más aún cuando en el camino del bosque, se encuentran con las puertas de las casas de hadas incrustadas en la corteza de olivos y encinas. "Sshh, ahora duermen, no se les puede molestar", advierte el joven marroquí a unos chiquillos locos por abrir la morada de estos pequeños habitantes. "Solo salen de sus casas cuando cerramos el parque".

BOSQUE ENCANTADO - Camino de Marañones, 217. San Martín de Valdeiglesias. Madrid. Tel. 608 745 400
En la senda de la música, no hay niño que se resista a tocar el arpa.
En la senda de la música, no hay niño que se resista a tocar el arpa.

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