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La Silla de Felipe II es posiblemente una de las escapadas cercanas más bonitas que se pueden hacer cerca de Madrid. Y cerca es cerca: hay que conducir poco más de 50 km del centro de la ciudad para sustituir el plan de ver escaparates por el de explorar cuevas y recorrer caminos con privilegiadas vistas.
Este paraje se denomina Silla de Felipe II porque cuenta la leyenda que el rey venía a este punto a seguir las obras del Monasterio de El Escorial, que se realizaron desde 1563 hasta 1584. Si el monarca eligió este punto, merece la pena que nosotros también lo aprovechemos.
La llamada Silla de Felipe II es en realidad una roca de granito situada en una montaña que pertenece al término municipal de El Escorial. En lo alto de la misma están labrados varios asientos, con reposabrazos incluidos, desde donde podremos divisar en toda su plenitud el Monasterio de El Escorial, el Monte Abantos y el resto de la sierra. Para muchos, aunque no lo hayan visitado, la estampa puede resultar familiar, pues ilustraba el reverso de los billetes de 100 pesetas.
Una vez visitada la Silla de Felipe II nuestra propuesta es hacer una ruta por el Bosque de la Herrería. Es una senda perfecta para hacerla con los pequeños de la familia, porque no tiene dificultad ni mucho desnivel. Apenas se recorren 4 kilómetros, así que en dos o tres horas caminando tranquilos con los niños se termina. El lugar tiene mucho encanto paisajístico y también didáctico. El bosque tiene castaños, robles, fresnos, sus caminos son fáciles y en ellos encontrarás bien marcados carteles en los que se da información botánica para que todos vayamos aprendiendo de forma divertida.
La sensación de libertad y de conexión con la naturaleza es real. La tensión y la prisa desaparecen en este lugar. Para los niños no hay mejor atracción que tirar piedras, buscar hormigas, reconocer animales, aprender sobre plantas y descubrir cómo son las hojas de este árbol y de aquel. Uno de los puntos que más les atraerá la atención es la Cueva del Oso, una formación rocosa muy peculiar en la que siempre quieren entrar a ver si encuentran al 'oso'.
Por supuesto el plan completo es acercarse al Monasterio de El Escorial y terminar el día allí. El orden de los factores no altera el producto, en eso estamos de acuerdo. Muchos prefieren visitar primero el Monasterio y después irse de pícnic al bosque.
Nuestra propuesta es hacerlo al revés. Disfrutar de la naturaleza todo el día y por la tarde ver atardecer desde los jardines del Monasterio. El Palacio fue residencia de la Familia Real Española y es una de las joyas renacentistas más importantes de España. Merece la pena visitarlo y recorrerlo con los pequeños de la familia. Sus dimensiones son impresionantes. Hay visitas guiadas, pero recomiendo que si vamos con pequeños adaptemos nuestro ritmo –recomiendan tres horas para verlo todo–, para no cansarles ni aburrirles con tantas explicaciones históricas.
CÓMO LLEGAR
Para llegar a la Silla de Felipe II desde Madrid tienes que coger la carretera M-505 y antes de llegar al Escorial, girar a la izquierda en dirección Ávila. Hay una carretera hacia el Puerto de la Cruz Verde, pronto encontrarás el desvío que indica "Silla de Felipe II" y ahí encontrarás un parking.