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Grandes óperas para pequeños espectadores

Vivaldi como compañero de juegos

Actualizado: 04/09/2017

Son un público muy exigente, ni mienten ni disimulan. Sin embargo, iniciarse en este tipo de música desde edades tempranas solo tiene efectos positivos sobre los niños. No solo mejora su concentración o sensibilidad hacia el arte, sino que se divierten, y mucho.
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"Vivaldi nos enseñó que el frío puede convertirse en música, que los pájaros, el agua y la risa pueden convertirse en música. Que la primavera está siempre contenta... y gracias a él conocimos un violín que habla mejor que las palabras". El auditorio de la Escuela de Música Reina Sofía escucha atento, fascinado. Blanca Calvo, presentadora y guionista, explica cómo Vivaldi creó muchas de sus obras. La escena podría parecer común pero no lo es. Las butacas están llenas de pequeñas cabecitas. Niños de todas las edades que están allí escuchando la que seguramente es su primera ópera: Las cuatro estaciones.

Una de ellas es Beatriz Oleaga Ballester, que ha actuado en importantes teatros y escenarios del mundo, a veces con niños como espectadores. "Aún recuerdo una actuación en el Teatro de la Zarzuela en la que los niños se pusieron a cantar conmigo. Son así de espontáneos y en esa situación es imposible que no se te escape una sonrisa. Yo a los niños les llevaría a oír ópera pronto, es maravilloso ver sus reacciones".

Una de las grandes apuestas de esta escuela para este mes es el espectáculo Disney in Concert, un viaje por el mundo, el espectáculo sinfónico más completo de Disney.

¿Cómo acercar a los niños a este género? La pregunta parece difícil. Sin embargo, para Fernando Palacios, que lleva más de 10 años trabajando como asesor del departamento Pedagógico del Teatro Real de Madrid, la respuesta es sencilla: "Contagiando pasión, hablando de forma clara. Aunque los niños de hoy tengan la capacidad de ver en tres dimensiones, siguen siendo niños y les gusta la fantasía: hay que ofrecerles obras de alta calidad pero sin complicaciones", explica.

En la Escuela de Música Reina Sofía llevan años trabajando con colegios a través de conciertos pedagógicos, y actualmente acaban de ampliar su oferta con los llamados Clásicos divertidos, ópera para niños de entre 4 y 14 años, interpretada por los propios jóvenes de la Escuela.

Un violín comienza a sonar en el auditorio. El silencio es absoluto. Solo se oye tocar a Inés Issel, quien con 15 años es la solista de este instrumento. Suena la primavera. La música huele a verde, a naturaleza, a pájaros cantando. Es un momento mágico; resulta curioso que en un auditorio lleno de niños, ni uno solo, rompa la magia del momento. Fascinados. Ni pestañean.

Ópera en el Real (Junior)

En el Teatro Real también han incorporado este género en su programación infantil desde hace años y Fernando Palacios nos asegura que son un éxito. "Hacemos adaptaciones de óperas conocidas, pero también reconvertimos otras sencillas e incluso se interpretan obras de nuevo cuño. Los niños son jueces severos y hay que tener mucho equilibrio en la escena para mantener su atención". De ese compromiso con la educación y la formación infantil nace el proyecto El Real Junior con programaciones para distintas edades y la posibilidad de comprar abonos para que toda la familia disfrute de los grandes espectáculos infantiles.

Miguel Ribargorda es otro gran impulsor de este género. Es director artístico de Ópera Divertimento, una compañía que lleva 15 años adaptando espectáculos de músicla clásica al público infantil. "Oír voces líricas por primera vez y hacerlo en directo es una experiencia maravillosa. La música de Mozart es generalmente la más fácil, 'La flauta mágica' es una gran obra para iniciar a los niños. A la hora de elegir qué ópera trabajaremos, nos basamos en varias premisas: que el libreto sea adaptable, que el argumento sea lo menos trágico posible y el uso de un lenguaje amable en la adaptación", cuenta Miguel.

Uno de los grandes retos a los que se enfrente este director artístico es la difícil misión de conseguir la atención de un niño: "Nuestro punto fuerte es trabajar la figura del 'actor cantante'. Además de música, tenemos mucho trabajo corporal, y otro recurso es hacer participar al niño en todas nuestras funciones: o bien salen a actuar o son ellos los que lo deciden el final de la obra. No es un producto cerrado, el espectador se integra y eso les mantiene enganchados".

Otro de los músicos que decidió apostar por tocar para los niños fue Ara Malikian. El violinista libanés llenó teatros con Mis primeras cuatro estaciones, en las que trataba de acercar a los niños la experiencia de la música de un modo lúdico, explicando y dramatizando antes de cada movimiento los sonetos que el propio Vivaldi redactó para estos conciertos.

Muchos pros y ningún contra

Muchos son los beneficios de escuchar ópera desde bien temprano. Mejora la concentración, la seguridad, refuerza la sensibilidad y el aprendizaje. Es una especie de arte total: poesía, puesta en escena y música. Y a pesar de los tópicos, en el teatro el aburrimiento no existe, pues la ópera transmite muchas emociones. Se trata de un público muy exigente porque no miente ni disimula. Que se deja llevar. Los instrumentos se ganan a los pequeños.

"Cada niño tiene una mochila experiencial y es maravilloso saber que la vamos llenando de cosas así. La mejor recompensa es ver que repiten", confiesa Miguel Ribagorda. Y es que cuando uno se enfrenta al público infantil puede suceder de todo. Los niños son pura espontaneidad y eso es precisamente lo que más les gusta a Fernando Palacios y a Miguel Ribagorda de su trabajo. Tienen tantas anécdotas que les cuesta elegir una. "A la pregunta de quién es el mejor compositor, uno contestó: ¡mi padre!", cuenta divertido Miguel. Música para ver, para sentir, para crecer. Una gran forma de hacerlo.

Óperas de temporada

En otoño, varios teatros llegan con fuerza en lo que a programación infantil se refiere ¡Y las entradas vuelan!. El Teatro Real cuenta con dos óperas para jóvenes: Dino y Eneas (el 21 y 28 de octubre; se recomienda a partir de 9 años), la ópera de Henry Purcell en la exitosa propuesta aprobada por el público en 2015 y, por otro, El teléfono (distintas funciones en marzo tanto escolares como familiares y las entradas salen a la venta el 20 de noviembre; a partir de 12 años), de Gian Carlo Menotti, un estreno de una comedia que nadie debería perderse.

Además, el Teatro Real ofrece todos los domingos sus talleres musicales para toda la familia: ¡Todos a la Gayarre! Otra opción es comprar el abono Real Junior que incluye siete espectáculos de música y danza (de septiembre a junio, y a partir de 27 euros para los menores de 16 años).

Por su parte, el Teatro de Bellas Artes acogerá la representación de dos óperas infantiles (todos los domingos a las 12 h, del 29 de octubre al 29 de abril de 2018). Una de ellas será La Flauta Mágica, mi primera ópera y Caperucita Roja, tu primera ópera (precios de 10 a 12 euros con descuentos). Y, aunque todavía no hay fecha confirmada, en el Teatro Lara se representará Mis primeras cuatro estaciones, de Ara Malikian.

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