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Turismo fluvial

España en río

Actualizado: 17/07/2015

En nuestro país, muchos tramos de algunas de las principales vías fluviales –Guadalquivir, Duero, Guadiana, Ebro…– continúan siendo transitables, y nos permiten descubrir nuestro país de un modo diferente, en plena comunión con la naturaleza y, en más de una ocasión, a bordo de embarcaciones harto curiosas y en escenarios naturales realmente exuberantes.
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Catamaranes, Parques Naturales y ríos artificiales

En pleno corazón de Arribes del Duero pueden aún realizarse cruceros. Este Parque Natural, un espacio protegido a caballo entre la provincia de Salamanca y la de Zamora, se caracteriza por ser uno de los rincones más vírgenes de España. Precisamente a la zona más agreste y espectacular, sólo puede accederse sobre las apacibles aguas del río Duero. Y para ello, no hay nada mejor que dirigirse a la localidad de Corporario (a menos de dos horas de Salamanca o Zamora), y embarcarse en uno de los espectaculares catamaranes que El Corazón de losArribes (Santa Margarita s/n; 627 637 349) pone a nuestra disposición para descubrir este entorno singular en plena frontera entre España y Portugal.

Cada una de estas modernas embarcaciones panorámicas tiene capacidad para cien personas, y realizan una ruta de hora y media de duración desde la playa del Rostro (a 5 km del municipio) cuya orografía, con moles de granito que se elevan cientos de metros sobre la ribera del río, fauna y flora del lugar nos dejarán maravillados. Ya que estamos aquí, una excursión hasta Fermoselle es más que recomendable: un pueblo con mucho encante, magníficas vistas del Duero y una buena comida casera para rematar la faena en Casa Mati (980 614 010).

Catamarán Corazón de Arribes.
Catamarán Corazón de Arribes.

No muy lejos de aquí se encuentra otro “río”. Las comillas no son capricho, y su nombre nos da la pista: el Canal de Castilla. Se trata de una de las mayores obras de ingeniería civil de los siglos XVIII y XIX en España, consistente en una red fluvial artificial compuesta por cuatro canales que suman un total de 207 kilómetros a lo largo de las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid. Se construyó para comunicar las tierras castellanas con los puertos del Norte y poder transportar así la producción de lana y cereal, principalmente. A día de hoy, es un vestigio vivo de nuestra historia hidráulica que, efectivamente, se puede navegar.

Cuatro barcos surcan diferentes ramales del Canal en cada una de sus provincias: dos en Palencia, el Marqués de la Ensenada(que zarpa de Herrera de Pisuerga; 664 201 415) y el Juan deHomar(que hace lo propio en Villaumbrales; 673 368 486); uno en Burgos, el San Carlos de Abánades, con origen en Melgar de Fernamental (628 629 997); y uno en Valladolid, el Antonio deUlloa en Medina de Rioseco (983 701 923). Recomendamos llamar para informarse sobre horarios y tarifas según temporadas. Y, si optamos por alguno de los ramales palentinos, también dejarse caer por el Hotel Estrella del Bajo Carrión (979 82 70 05), en Villoldo, o La Traserilla(979 745 421), en la misma Palencia, para darse un homenaje. Palencia alberga, además, un museo sobre el Canal de Castilla.

Recorrido por el Canal de Castilla. Foto: Alfredo Miguel Romero.
Recorrido por el Canal de Castilla. Foto: Alfredo Miguel Romero.

Un poquito más al sur

Muy cerca de la Villa de Madrid, en Aranjuez, puede uno también embarcarse para surcar las aguas de otro de nuestros grandes ríos, el Tajo. Ya en su día los monarcas españoles acostumbraban a dar paseos en falúas sobre sus aguas. De hecho, en este Real Sitio de la Corona de España existe un espectacular museo dedicado a estas embarcaciones en su versión más ornamentada, el Museo de Falúas Reales (Jardín del Príncipe, cerca del embarcadero), con algunas de las embarcaciones que los reyes de España usaban para tan regia tarea. Podíamos imitarles, más o menos, con el barco turístico que Arantour (902 088 089) mantenía hasta hace bien poco: de momento está en dique seco, pero la empresa planea reactivarlo próximamente. Mientras tanto, nos quedan las piraguas que la misma compañía alquila. No son falúas, pero se acercan.

Si seguimos bajando, en Sanlúcar de Barrameda, además de poder darse uno un homenaje en alguno de los restaurantes especializados en productos del mar que miran a la desembocadura del Río Guadalquivir, como Casa Bigote (956 362 696) o Casa Juan (956 362 695), el barrio Bajo de Guía ofrece otros atractivos al turista fluvial. Uno, en concreto, tiene nombres y apellidos con solera: el Real Fernando, un barco que remonta el río durante 14 de sus 657 kilómetros navegables para brindar a quienes se animen una nueva perspectiva de uno de los mayores atractivos naturales andaluces, el Parque de Doñana, declarado Reserva Natural de la Biosfera por la UNESCO.

Ruta en barco por el Guadalquivir, Sanlúcar de Barrameda. Foto: Félix Sabio.
Ruta en barco por el Guadalquivir, Sanlúcar de Barrameda. Foto: Félix Sabio.

También, existen paseos turísticos en barco para conocer Sevilla desde el Guadalquivir. Y varias compañías, como Croisi Europe ofrecen cruceros de varios días por el río, que suelen partir del Puerto de las Delicias de la capital para conocer las principales localidades de la cuenca andaluza: Jerez, Córdoba, El Puerto de Santa María…

El Guadiana también ofrece un tramo navegable, y desde Ayamonte puede uno embarcarse para conocer este entorno fluvial y frontera al mismo tiempo entre España y Portugal, con pequeños cruceros que remontan el río o exploran su desembocadura. Las embarcaciones de Transporte Fluvial del Guadiana (959 470 617) zarpan desde el muelle de Portugal, y permiten, además de disfrutar del paseo y el paisaje, admirar desde el agua el imponente Puente Internacional del Guadiana, uno de los más largos de España.

Aspirantes a patrones

En el Ebro, el otro gran río español, las opciones para adentrarse en sus aguas sobre la cubierta de un barco son muchas. Diferentes localidades, desde Zaragoza a Tortosa, ofrecen experiencias náuticas en el río. Destaca, no obstante, la posibilidad que brinda la empresaBadia Tucana (Riba-roja d'Ebre; 977265161) de alquilar un bote con el que adentrarse uno mismo en el cauce del Ebro. Las embarcaciones pueden pilotarse sin necesidad de permisos o experiencia previa (la empresa instruye al interesado en lo básico y extiende una licencia temporal), y están completamente equipadas como auténticas casas flotantes para poder disfrutar de unas vacaciones diferentes. ¡Con toda la familia, si hace falta!