Compartir

{{title}}
{{buttonText}}

En ruta con Bob Pop

"En 'Jai Alai' hacen la mejor merluza frita del mundo"

Actualizado: 11/11/2021

Al polifacético escritor Bob Pop le gusta probar los sabores locales, prefiere alojarse en hoteles y aún tiene pendiente visitar Japón. No duda en darse placeres foodie culpables porque, si es placer, no es culpable. Un hombre sencillo que sigue haciendo lo mismo de antes, incluso tras los éxitos de su serie Maricón perdido y su obra de teatro Los días ajenos.
Descárgate la App, acierta con tus planes y gana premios
Descargar app

Bob Pop es escritor, creador, analista, pensador. Y un gran hedonista. Le gustan mucho los hoteles, comer producto local allá donde va y, en general, paladearlo todo. A rodar la segunda parte de su serie Maricón perdido se iría a Berlín, una ciudad que le encanta. Se pirra por la merluza frita del 'Jai Alai' de Madrid o por las patatas fritas de 'Dry Martini', en Barcelona.

¿Cuál ha sido tu último descubrimiento en un viaje por España?

Lo rico que está todo en Murcia. Estuve con Los días Ajenos en el Teatro Circo. Comí que te mueres. Mucha huerta murciana, todo cantidades pantagruélicas… No sabría decirte los sitios porque yo soy una estrella y me llevan y me traen las distribuidoras y las productoras, y yo me dejo. Nunca sé dónde me llevan a comer. Pero algo que he comprobado es que lo local sabe más rico en los sitios de donde es. La morcilla sabe mejor en Burgos, por ejemplo.

alt

Un lugar al que vas una y otra vez...

El ‘Jai Alai’ de Madrid , en la calle Joaquín Costa. Hacen la mejor merluza frita del mundo, los mejores chipirones encebollados, unas gildas y unas piparras que flipas. Tiene árboles, una terraza estupenda, y sobre todo está adaptado, que ahora es lo que más me importa. Me conocen ya y me tratan súper bien. Lo descubrí porque una de las propietarias, la nieta del creador, trabajaba conmigo y nos hicimos amigos.

En Barcelona me gusta ir a tomar cosas a hoteles. Al hotel ‘Alma’, en la calle Mallorca, que tiene un jardín espectacular. Incluso a comer y a cenar. Me encanta. Hay otro sitio, el ‘Dry Martini’, donde fríen sus patatas. Y otro que me encanta, el ‘Belvedere’, en el pasaje Mercader.

alt

¿Y un destino para reposar?

A Hamburgo. Es una ciudad tan aburrida, tan decente, tan burguesa, que solo puedes ir a descansar. Es una ciudad muy cómoda, además.

¿Qué ha de tener un hotel para que vuelvas?

Ahora mismo, que esté bien adaptado con las rampas con el ángulo necesario, que el baño sea adaptado, que el suelo sea antideslizante. Y que los empleados estén bien pagados, me encanta la iniciativa de las kellys. Que el personal sea amable. Que tenga una buena coctelería.

¿Eres de los que disfruta de la gastronomía en los viajes?

Mucho, me encanta que me lleven a los sitios de cada lugar. De hecho, después del teatro, es lo que siempre hago, siempre voy a sitios nacionales, de gastronomía local.

alt

¿Cuál es ese viaje inolvidable que hiciste y con quién?

Hice un viaje a Los Ángeles con mi marido y luego Nueva York nos pareció ultradecadente. Los Ángeles es un lugar loco, lleno de posibilidades y de futuro, lleno de contrastes y de diversión. Imagínate, un viaje de una pareja gay donde no conducía ninguno de los dos. La gente se creía que éramos lumpen europeo. Me volvió loco. Hace diez años de eso. Recuerdo el autobús de línea desde Santa Mónica, la casita frente al mar en la que estábamos. Los restaurantes me encantaron. Descubrí que el calimocho, con tx y con k, era una bebida cool para el brunch.

¿Y lo que siempre está en tu maleta?

Libros, las gafas de leer... El calzador. Antes en todos los hoteles había, pero ahora no. Yo llevo en el bolso, en la maleta…

alt

Elige el lugar que quieras para rodar la segunda parte de Maricón perdido.

Berlín. Es una ciudad chula. Es un destino inesperado, es una ciudad que se puede mostrar de muchas maneras. Yo he aprendido mucho de cine yendo a su festival. Rodar en Berlín en verano sería maravilloso. Es un lugar lleno de alegría y de gente de subidón. Además, siempre que he ido me lo he pagado yo, así que ahora que lo pague producción. También me encantaría Bilbao, porque no se ha mostrado mucho el Bilbao marica…

¿Te ves viviendo en otra ciudad que no sea Barcelona?

Ahora mismo no, me gusta mucho mi casa. Es muy amable. Salir de casa en Barcelona es menos complicado que en otras ciudades como Madrid, por ejemplo.

¿Dónde te gustaría llevar de vacaciones al Roberto niño, o al adolescente de tu serie?

A París, a que vea museos, a que vea a otra gente distinta a la de su barrio, a que se le abran los ojos a la belleza y a la modernidad más absoluta.

alt

¿Qué capricho foodie te has dado recientemente?

Ostras, riquísimas, en un sitio asturiano en Barcelona que se llama ‘Llamber’, en la plaza del Born. Fui hace nada. Me gustan mucho las ostras, aunque no las tomo a menudo. Pero las de el otro día estaban súper buenas.

En tu playlist de viajes está siempre…

Suena Prince, Bowie, y algo de color local, depende de dónde vaya. La banda sonora de Cabaret o la de la serie alemana Babylon Berlin, en Movistar Plus.

Un lugar que tienes pendiente...

Japón, pero sólo en primavera o en otoño. No he estado nunca y me encantaría.

¿Tus viajes de la infancia, dónde eran y cómo?

Eran pocos, pero hubo alguno de 15 días a la playa con los padres: Denia, Mojácar, País Vasco francés… porque teníamos una tía en Bilbao y aprovechábamos.

alt

Tu manera ideal de viajar...

Bien acompañado, con no demasiada gente, máximo seis, una amiga soltera que haga los recados. Odio viajar a apartamentos, quiero hoteles. Y si puede ser en tren, mejor que en avión.

A la hora de comer, ¿en qué placer culpable te gusta incurrir?

Para mí no existe el placer culpable. Si es placer, no es culpable. Mojar pan me chifla, que me sirvan pan con mantequilla. O todas las cerdadas posibles. A disfrutar.

Estás de ruta por España. Dinos dos sitios en los que parar.

Cuenca, que me encanta. No está muy bien adaptada para mí, pero bueno. Y ahí hay que ir a ‘La Polvorosa’ y a ‘La Posada de San José’ (Solete Guía Repsol). ¿Por qué? Por todo. También pararía en Bilbao, insisto. Da igual el sitio. A mi me llevan a lugares maravillosos siempre.

alt

¿A quién elegirías para irte de ruta gastronómica?

A mi marido, sin duda, le encanta comer y se lo pasa muy bien. Y copia recetas y luego las hace en casa. No se puede pedir más.

¿En qué ha cambiado para bien tu vida tras tus éxitos?

En muy poco, no he dejado de ir a los sitios y, aunque parezca mentira, no me invitan a comer ni nada, así que sigo pagando. Sigo haciendo lo mismo…

¿Qué es lo que no soportas en los restaurantes?

La música ambiental. El personal quizá necesita ritmillo, pero yo no lo aguanto. Me gusta el sonido de los cubiertos contra la loza. Y, además, yo soy de escuchar conversaciones ajenas y la música me lo impide. Un horror.

alt

¿Qué cenaría si fuera a cenar a tu casa?

Plato estrella: pescado al horno con chips de boniato o calabaza. Y de postre piña con jengibre o helado vegano.

¿Te inspiras en los viajes, creas, escribes, diseñas?

Suelo desconectar mucho en los viajes, no se me ocurren historias en esos momentos, la verdad. Pero sí que me ayudan bastante para tener más energía, eso sí.

Te puede interesar