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En ruta con Daniel Grao

"Cardona es uno de esos pueblos que invita a perderse y callejear"

19/11/2024 –

Actualizado: 13/03/2023

El actor Daniel Grao disfruta mucho comiendo en restaurantes y descubriendo hoteles, le gusta recorrer los destinos que visita de la mano de la gente del lugar y entre los próximos viajes que tiene en mente está Italia, su gran desconocida. Conoce, en cambio, muy bien Sevilla, donde pasó varias semanas rodando La chica invisible (Disney+) en la localidad de Carmona, situada a una media hora en coche de la capital andaluza.
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¿Qué nos encontramos con La chica invisible?

Una serie atmosférica. La chica invisible es un thriller sobre asesinatos, pero lo que la diferencia de otros es la textura que tiene. No tiene nada que ver, pero a mí me recuerda a series como True Detective, en el sentido de que crea una atmósfera, un código, ese pueblo, esa gente particular… Se va creando una densidad en el ambiente asfixiante. También por cómo ha estado rodada. No me gusta del todo este adjetivo, cinematográfico, pero se usa mucho. Se usa en el sentido del tempo, del tiempo del cine, de no abusar de lo videoclipero y de muchos planos, sino que, al revés, tiene un nervio interno y, en la forma, es reposada.

La chica invisible

¿Qué recuerdos te llevas del rodaje? ¿Cuánto tiempo estuvisteis allí rodando?

Estuvimos como desde una semana o dos antes de Semana Santa hasta finales de julio, entre ensayos, preparación y demás. Por un lado, era un reencuentro con Tito López Amador, uno de los directores de la serie, que yo trabajé con él en Plan América, una serie de hace muchísimos años de Televisión Española; y luego en Acusados, de Telecinco. Fue un rodaje intenso, pero teníamos un tempo. Tengo la sensación de haber podido hacer una serie reposada. Luego, esto ya a nivel personal, me dio la oportunidad de sentir la Semana Santa en Sevilla, que nunca la había vivido, y es apoteósica, la verdad. Es una cosa que hay que vivirla alguna vez.

El palio de la Esperanza Macarena entrando en su basílica en la mañana del Viernes Santo. Foto: Ayuntamiento de Sevilla
El palio de la Esperanza Macarena entrando en su basílica en la mañana del Viernes Santo. Foto: Ayuntamiento de Sevilla

¿Qué es lo que más te llamó la atención de la Semana Santa en Sevilla?

Cómo se vuelca todo el mundo, creyentes o no creyentes. Da igual. No sé, tuve la ocasión de vivir varios pasos y hay uno, por ejemplo, la del Silencio, que realmente es en silencio, y cuando pasa las calles están tomadas por miles y miles de personas, con el ruido que eso supone. Sin embargo, pasa el paso por delante y hay un respeto, se hace un silencio que es abrumador. Hay algo de lo teatral. Yo, que soy actor, el rito me sobrecogía, porque es como jugando todos a lo mismo, pero jugando en serio, como yo enfoco mi profesión. Y me llamó la atención cómo yo, que no me considero una persona religiosa, ante según qué imagen y acompañado por la música, el incienso, el contagio de la gente, me emocionó en varios momentos. Yo creo que va más allá de la religiosidad de cada uno. Como mero rito, es abrumador.

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Desde el alcázar también se puede observar la Iglesia de San Bartolomé. Foto: Javier Sierra

¿Y qué tal en Carmona? ¿Qué es lo que más te gusta de esta localidad?

Carmona, la verdad, es que es muy asequible porque es pequeñito y yo creo que puedes recorrer prácticamente todo en un día o en dos, pero yo creo que es de esos pueblos que invita a perderse y callejear. Realmente, te llegas a perder porque es el típico pueblo blanco de callejuelas adoquinadas y es muy bonito dejarse llevar. De pronto, algunas acaban en una placita que no te esperabas con algún sitio para comer. Se come muy rico en casi cualquier lugar y tiene unas vistas impresionantes. Queda en alto y tienes unas vistas del campo y de los cultivos; muy bonito. Lógicamente se aprovecharon todos esos rincones. Mi personaje tiene algo de intentar centrarse haciendo deporte por las mañanas. Cada mañana sale a correr y entonces recorrimos al amanecer muchos puntos de Carmona que luego en la pantalla quedan preciosos.

sala sobretablas sevilla

La capital andaluza cuenta con restaurantes para todos los gustos. Foto: Javier Sierra

Me hablabas de comida... ¿Qué te has encontrado en este viaje?

Me encanta comer, disfruto muchísimo, y tuve un aliado que es Aritz Moreno, que es el otro director de la serie y dirigió un par de capítulos. Lo conocí en este proyecto y es otro apasionado de la cocina. Entonces, teníamos un listado de restaurantes que no nos teníamos que perder, de todo tipo: desde más sofisticados a tabernas de toda la vida en Sevilla, sobre todo en Sevilla ciudad. Y literalmente Aritz y yo, mano a mano, íbamos haciendo check en cada uno de ellos y nos dimos muchos homenajes. Yo sabía que en Sevilla se comía bien, pero no sabía que tanto.

¿Alguna dirección que puedas darnos para comer en Sevilla capital?

Está ‘Abantal’ (2 Soles Guía Repsol), queda un poquito más apartado del centro, pero fue buenísimo. ‘Plato Jondo’ fue muy interesante porque era como los platos típicos andaluces y sevillanos, siempre con un toque un poquito más sofisticados, más trabajados. Y luego está ‘Sobretablas’ (1 Sol Guía Repsol).

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En 'Sobretablas' dan un toque moderno a recetas clásicas como la carrillera. Foto: Javier Sierra

Me comentabas que viajas mucho por trabajo. ¿Qué es lo primero que haces cuando llegas a un lugar en el que vas a estar unas semanas?

Yo primero soy muy de instalarme y de hacer un poco cueva. No soy de los que sale en el primer momento. Y, luego, si tengo la oportunidad de trabajar con gente del lugar, es más apetecible moverme con ellos. Me gusta mucho que sea de la mano de la gente del lugar, para no caer en la torpeza del turista, que va un poco perdido. Sobre todo cuando son países distintos. Por ejemplo, yo a Sevilla había ido mucho con teatro. Sevilla sí que justamente es una ciudad que me gusta mucho caminarla y me da muy buen rollo la vibra que tiene.

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La mejor forma de conocer una ciudad como Sevilla es caminando. Foto: Javier Sierra

¿Qué le pides a un buen hotel? Especialmente cuando hablamos de estancias tan largas.

Una buena cama cómoda, no oír ningún ruido y poco más. Eso es lo básico. Y a mí me influye mucho cuando hay cierto cariño de la gente. Eso me pasa siempre. Siempre hay lugares que aportan ese plus más personal, que notas un cariño. A mí eso me hace repetir en los lugares y los siento como lugares amigos.

He visto que has estado hace poco en San Sebastián. ¿Es San Sebastián un lugar amigo?

Por supuesto. Tuve como excusa el participar en el primer cortometraje que ha dirigido Marta Etura, la actriz. Me pidió que participara con un personaje y hemos estado ahí rodando. Pero vamos, San Sebastián, amigo, no: lo siguiente. Esa ciudad sí que es para caminarla y comer riquísimo en cualquier sitio.

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San Sebastián es un lugar amigo para el actor. Foto: Marga Estebaranz

¿Y te ha dado tiempo a sentarte a comer en algún buen restaurante?

Sí, porque tuve un día que yo no entraba hasta la noche. Entonces, estuve paseando y comí en ‘Bodega Donostiarra’ (Recomendado por Guía Repsol), que es un sitio legendario, de toda la vida, y comí solo, que también me gusta ese momento de pasear y comer solo en una ciudad. Tiene algo como bonito-triste, medio nostálgico. Además, San Sebastián, el mar… No sé, es un momento de reconectar, que es bonito.

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En 'Bodega Donostiarra' llevan décadas sirviendo platos de altura a precios razonables. Foto: Yoana Salvador

¿Y tienes algún rincón imprescindible en San Sebastián?

Es un lugar también muy de callejear, de ir por la Zona Vieja, de darse vueltas por ahí, tomar pintxos y demás. Luego, a mí me gusta mucho, como he ido un par de veces al Kursaal por motivos de trabajo en el Festival, caminar por ahí cuando no está en modo festival, que está normal, apagado, cada uno a lo suyo, con la vida normal de la ciudad. Me gusta pasar por ahí porque es como otro lugar.

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Los 'pintxos' de 'Ganbara' son algunos de los más legendarios de San Sebastián. Foto: Alfredo Cáliz

Y cuando te da tiempo entre rodaje y rodaje a parar por Madrid... ¿Dónde podemos encontrarte?

Cuando puedo enseñarselo a la gente que no lo conoce o es de fuera y tenemos una quedada así de media tarde o de noche, de tomar una copa, me gusta mucho la coctelería del Diego (‘Del Diego Cocktail Bar’), en la calle Reina, que ya son amigos y es un sitio emblemático de toda la vida. Y las últimas cenas, así también de te voy a sorprender, te va a gustar, cuando alguien es de fuera o no lo conoce me gusta ir al ‘Picalagartos’, en la azotea, que tiene esas vistas maravillosas de Madrid.

¿Y qué es lo que más te gusta de Madrid?

Yo soy de Barcelona, llevo 15 años ya viviendo aquí, mis hijos han nacido aquí… y yo noté desde el primer momento una facilidad con la gente, con lo social. Mucha gente de fuera, de cualquier lugar, no importa de dónde seas. Hay algo muy acogedor y muy callejero.

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Para Grao, Madrid es una ciudad acogedora en lo social. Foto: Hugo Palotto

Porque tú eres de Sabadell. ¿Echas de menos tu tierra o sueles volver a menudo?

Voy poco, la verdad, porque entre el trabajo y los hijos cuesta un poco. Justo ahora estoy participando en una serie que se está rodando allí y, entonces, casi cada semana estoy yendo un par de días. Es bonito, después de tantos años, de pronto rodar en Barcelona, además en la misma ciudad. El otro día estuvimos en el Náutico, ahí en el puerto. Me gusta mucho la excusa del trabajo para ir a los lugares, pero no soy un añorado que necesito ir cada X tiempo. No, yo enseguida siento que mi vida es muy donde estoy en ese momento. Quizás al tener a mis hijos aquí, es como que me siento muy de aquí ahora. Hay gente que me dice, pero ¿volverás? No siento que tenga que volver, antes me voy a un sitio nuevo que volver. Me gusta ir de visita, pero no, no estoy apegado a de donde vengo.

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El actor no siente especial apego, aunque sí le gusta volver a trabajar en su tierra. Foto: Manu Mitru

De tu tierra… ¿Qué dirías que no nos podemos perder?

Yo durante una época, cuando me independicé, viví solo un tiempo y vivía por El Raval, entre carrer del Carme y Rambla del Raval. Ahí, cerca del MACBA, hay un restaurante que se llama ‘Dos Palillos’ (1 Sol Guía Repsol), que es oriental fusión. De hecho, es uno de los lugares que el otro día, con la excusa de esta serie, pasé, vi que seguía y dije: ¡Ay! Qué bien, este negocio sigue ahí. Es un sitio muy rico, donde se come muy, muy, muy bien. Es una onda oriental fusión que me gusta mucho. Y esa zona, pasear por el MACBA y con los skaters por ahí, en la puerta del museo haciendo sus piruetas, es muy bonito. Hay muchas terrazas ahí para tomar un café también.

El local lleva diez años abierto en la Ciudad Condal, un auténtico referente de la cocina asiática.

'Dos Palillos' es un veterano de la cocina con influencia asiática en Barcelona. Foto: Xavier Torres-Bachetta

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