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Elvira Mínguez.

En ruta con Elvira Mínguez

"La naturaleza del Valle del Baztán es majestuosa"

Actualizado: 08/05/2017

Con más de 20 películas y una decena de series televisivas, Elvira Mínguez es una de las actrices secundarias más relevantes de este país. Su último papel cinematográfico, en la adaptación al cine del fenómeno editorial escrito por Dolores Redondo, 'El guardián invisible', le ha llevado a descubrir el valle del río Baztán, en Navarra, un lugar que quedará para siempre en su memoria, en el que se centran buena parte de las leyendas y la mitología vasca.
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Nuestro encuentro con la actriz se produce en 'Babel', una preciosa cafetería de Torrelodones con cine incorporado. "Además aquí se come muy bien, me siento como en casa", dice ella. La actriz aprovecha el tiempo que nos dedica para explicar su particular concepto de la "alta cocina" y su empeño por aprender algo nuevo de cada rodaje. Ella, que ha sido monja, policía y hasta guerrillera en la ficción, interpreta en El guardián invisible a Flora, la intransigente hermana de la inspectora Amaia Salazar (Marta Etura), y el 5 de mayo estrenará Pasaje al amanecer, junto a su admirada Lola Herrera.

¿Cómo ha sido el rodaje de 'El guardián invisible'?

Ha sido un rodaje duro en cuanto a las localizaciones, aunque yo me he librado bastante, mi personaje es más de interiores. La mayoría de los exteriores se realizaban con lluvia artificial para conseguir la atmósfera necesaria, y eso es difícil pero, al mismo tiempo, apasionante.

¿Es el valle del Baztán tan impresionante como parece en la película?

En mi opinión la película refleja fielmente la magia y el encanto que posee el valle. La naturaleza es majestuosa y precisamente por esto la gente está en permanente contacto con ella. En la película y en las novelas de Dolores Redondo la naturaleza es un personaje más. Todo el paisaje del valle está presente en el carácter de los personajes, en la estética, y en la propuesta de la película. Para todo aquel que no conozca el valle es un viaje obligado. Es una barbaridad lo que hay ahí.

¿Aprovechaste para conocer mejor Navarra?

No lo suficiente, pero sí como para darme cuenta de que es cita obligada y un lugar imprescindible de la geografía española.

¿Qué restaurantes de la zona recomendarías?

Durante el rodaje en Elizondo solíamos comer y cenar en el restaurante 'Galartza'. La cocina es deliciosa y nos hacían sentir como si estuviéramos en casa.

Un valle que enamora. Foto: shutterstock.
Un valle que enamora. Foto: shutterstock.

Y de tu tierra, Valladolid, ¿hay alguno al que vuelves siempre que puedes?

Me gusta parar en la 'Parrilla de San Lorenzo' en la calle Pedro Niño. Es un lugar muy especial, en el que además de una cocina muy nuestra se puede disfrutar de pequeñas obras de arte, como si se tratara de un museo.

De todos los rodajes en los que has participado, ¿cuál ha sido el escenario natural que más te ha impactado?

En España cada uno tiene algo especial, no solo por el lugar y la gente, sino porque permanece asociado a esa película en concreto. Ahora me quedo con el Baztán, Elizondo, Lesaka y todos los bosques de alrededor.

¿Cómo llevas lo de ser madre y actriz? Cada rodaje son unas cuantas semanas fuera...

A ratos. Intento que no me suponga estar mucho tiempo separada de mi familia. Sigo disfrutando de los rodajes en exteriores pero ya no de la misma manera. Aún así, siempre procuro aprovechar para visitar y acercarme a la vida de esos lugares nuevos.

¿Sueles preparar mucho los viajes o eres más de improvisar?

Tener un niño pequeño significa que no se puede improvisar mucho. Una vez llegados al destino si procuramos improvisar lo que podemos.

¿Qué música escuchas en el coche cuando estás de viaje?

A mi hijo le gusta escuchar los Cherry Boppers y Santana, así que esto es lo que más suena… y yo encantada, claro.

Cuéntame una comida que nunca olvidarás…

Seguramente cualquiera de las de casa, las más sencillas, las de los olores habituales; aquellas en las que los sabores se pierden en la memoria y dan paso a las conversaciones y las personas que participaban. Esa es para mí la "alta cocina".

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