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En ruta con Marwan

"El Parador de Cádiz es absolutamente maravilloso"

Actualizado: 19/09/2017

En la gira de su anterior disco, 'Apuntes sobre mi paso por el invierno', Marwan dio más de 250 conciertos en España y Latinoamérica. Recorrido más que suficiente para hacerse su propia guía. El cantante, compositor y poeta, los comparte con nosotros.
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"La inspiración puede venir de cualquier parte, en cualquier momento", reconoce Marwan mientras se dirige a Sevilla para una sesión de firmas de su nuevo disco-libro, Mis paisajes interiores. Y eso significa que una cala de Formentera de aguas azules, un arroz negro en el restaurante 'Aynaleda o un viaje por carretera pueden estar detrás de algunas de sus nuevas canciones y poemas.

Aunque su rotundo éxito parezca reciente, Marwan Abu-Tahoun Recio, hijo de española y palestino, lleva más 15 años componiendo canciones y escribiendo poemas. En su adolescencia lo suyo era el heavy, pero tras descubrir a Sabina, Serrat y, sobre todo, Ismael Serrano, encontró su vocación. Y ahora versos de sus canciones y poemas forman parte del bagaje cultural de las generaciones más jóvenes, que lo reconocen como uno de los representantes de la nueva canción de autor y la nueva poesía, esa que bate récords de ventas, algo impensable hace solo unos años.

El título de tu nuevo disco-libro es 'Mis paisajes interiores'. Pero, ¿cuáles son los paisajes exteriores que más te inspiran?

De todo tipo. Me gustan las cuatro estaciones, cada una tiene su encanto. Mientras haya belleza me vale cualquier paisaje, incluso los urbanos. En España me alucina Formentera, con sus aguas azules, la calma absoluta, las calas pequeñas en las que perderte. Me pasa también con Menorca. A ambos sitios voy todos los años, son lugares que me apasionan. También me gusta mucho la Sierra de Urbasa en Navarra, el nacimiento del río Urederra, que es increíble de bonito. En la provincia de Soria hay un pinar, cerca de San Leonardo de Yagüe, en el que he disfrutado muchísimo. Cerca de allí también está el cañón del río Lobos… Hay tantos sitios que podríamos estar así hasta mañana, si te soy sincero.

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En varias canciones hablas de la soledad en las habitaciones de hotel tras los conciertos. ¿Es lo más duro de estar de gira?

Me he acostumbrado bastante a la soledad. He hecho giras muy largas por Latinoamérica completamente solo y al final tienes tus libritos, tu ordenador y tu Internet para disfrutar y distraerte. Pero es verdad que es un momento propicio para estar más triste y a veces se hace duro, porque no paras de darle vueltas a la cabeza. Cuando estás con gente, la compañía alivia y es muy curativa.

¿Qué hotel de los muchos que has estado le recomendarías a un amigo?

Hace un tiempo me contrataron en la Universidad de Cádiz y me llevaron al 'Parador de Cádiz', un sitio absolutamente maravilloso. El 'Meliá Bilbao' también es precioso, es uno de mis favoritos.

Hablando de favoritos, ¿cuáles son tus restaurantes preferidos en Madrid?

Me encanta el 'LA Sushi', que antes era el 'Banzai Sushi'. También me gusta mucho el 'Casa Lastra', un restaurante asturiano buenísimo, para ponerse ciego a comer. Ya si nos ponemos exquisitos, el 'Yakitoro' de Chicote es uno de los que más me gustan. 'Dantxari' y 'Sudestada' también están de lujo.

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Para un cantautor como tú que se ha recorrido todo el circuito de bares y salas de conciertos, ¿cuáles son las más especiales?

Sin ninguna duda, mi bar favorito es 'Libertad 8', en Chueca, que es la cuna de la canción de autor, el lugar de donde hemos salido varias generaciones de cantautores. También está el 'Galileo Galilei', mítico, y me gusta bastante el 'Aleatorio', un sitio donde se está cociendo ahora mismo todo lo relacionado con la poesía en Madrid. En esos tres sitios me siento como en casa. Cuando salimos de un concierto me gusta mucho ir de fiesta al 'Contraclub' o al 'Costello'. Ahí lo pasamos muy bien.

¿Cómo es la logística de tus giras?

Solemos ir en tren o en coche, me suele llevar Fernando, mi road manager. Depende de los lugares. La verdad es que nos gusta la carretera, a veces se hace pesado pero como vas con gente a la que quieres, vas charlando y lo pasamos bien. Me gusta mucho viajar por España, ver los paisajes, sobre todo los atardeceres. En invierno, cuando a las seis de la tarde ya se está poniendo el sol, se pueden ver desde la carretera atardeceres increíbles.

¿Según donde vayas tienes sitios fijos para parar a comer?

No muchos. En la A-1 paramos en uno que está a la altura de Burgos, y otro también justo antes de la Sierra de la Cabrera. Pero solemos ser más anárquicos, decidimos sobre la marcha. Depende mucho de la hora a la que salgamos y no siempre coincide con la comida.

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¿Tienes alguna rutina pre y posconcierto?

En cinco o diez minutos me preparo el repertorio, porque nunca lo llevo hecho. Tengo un repertorio más o menos fijo y voy variando de concierto en concierto, cambio dos, tres o cuatro canciones. La última media horita antes de empezar me gusta quedarme solo para calentar la voz, estirar el cuerpo y cantar alguna canción, para irme emocionando un poco y que cuando salga al escenario no sea de sopetón. Y cuando acabo me quedo un rato a descansar, porque, quieras que no entre el viaje, la prueba de sonido, la tensión del concierto… Me quedo media hora sentado y luego ya salgo a firmar discos y libros a la gente que me está esperando.

¿A qué colega de profesión te llevarías de ruta gastronómica?

A mi queridísimo Luis Ramiro, que nos pegamos unas panzadas bestiales. Me lo llevaría a una buena arrocería, como 'Aynaleda' en Aluche, a que nos comamos un arroz negro, que nos encanta. El arroz negro y el salmorejo son mis platos favoritos.

¿Te consideras un cocinillas?

No controlo mucho, pero tengo tres o cuatro cosas guapas, guapas. Precisamente el arroz negro me ha salido muy rico alguna vez, otras no tanto (ríe). El salmorejo también me lo curro, que parece muy sencillo pero hay que pillarle el punto para que salga rico de verdad. Y también hago un plato italiano, mozzarela empanada y un poco tempurizada con anchoas. A veces me hago ensaladas raras, empano el queso de cabra, le echo dátiles, me hago vinagretas ricas. Me gusta probar cosas nuevas.

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