Compartir

No te pierdas ningún destino

Crea tus rutas, encuentra y guarda los mejores destinos con nuestra App.

Descargar app
{{title}}
{{buttonText}}
alt

Paz Padilla: sus restaurantes, playas y destinos favoritos

“En Cádiz recargo las pilas del humor y de las ganas de vivir”

01/07/2024 –

Actualizado: 24/09/2023

Humorista, presentadora y actriz. Disfrutona, ingeniosa y, como decimos por el sur, “buena gente”. Paz Padilla, que lleva en las pantallas de nuestras televisiones más de 30 años, puede definirse de tantas maneras como se puedan imaginar porque reúne en su personalidad, en su forma de ser, mil y una cualidades. A pesar de no parar de trabajar, encontramos un hueco para charlar con ella sobre cuáles son sus restaurantes, playas y destinos favoritos de España.
Descárgate la App, acierta con tus planes y gana premios
Descargar app

Paz Padilla es cariñosa, amiga de sus amigos, bondadosa y apasionada. La energía rebosa por cada poro de su piel y, aunque es una trabajadora incansable con una mente despierta que nunca para, siempre encuentra tiempo en su agenda para estar con aquellos a los que quiere. Agradecerle a la vida permitirle vivir cada momento como si fuera el último, tanto los buenos como los malos, es una de sus máximas.

alt

Pero, además, Paz es también viajera y una gran amante de su tierra. De la del sur, de la del norte, de la del centro de España -¿qué más da?-. Con un arraigo indudable a su Cádiz natal, se declara enamorada de todos aquellos lugares en los que halla la felicidad, su gran objetivo en la vida. Siempre que puede y entre los rodajes de La que se avecina -donde su personaje de La Chusa continúa arrancando carcajadas-, sus noches de teatro con El humor de mi vida y sus días frente al ordenador ultimando su segundo libro, aprovecha para escaparse a sus rincones secretos.

Ahora, y por si todo esto fuera poco, también ha encontrado hueco en la agenda para rodar junto a su hija, la influencer Anna Padilla, Te falta un viaje, un programa de televisión que pronto verá la luz con el que se halla recorriendo los lugares más remotos del mundo para descubrir -y mostrarnos- diferentes maneras de entender la vida.

Paz, con una vida tan ajetreada como la que llevas, en la que te enfrentas a infinitos retos sin ponerte límites… ¿Tienes tiempo para echar la vista atrás? Porque, hace ya un ratito que saliste de tu tierra...

Pues ya llevo unos 30 años en Madrid, fíjate. Salí de Cádiz cuando empecé en la tele. Me fui directa para allá, después estuve viviendo también en Barcelona, pero no he vuelto a Cádiz nunca más a vivir, aunque es mi sueño. Allí tengo una casa, aunque a veces pienso que ya no me acuerdo casi ni de sus calles. Eso sí, tarde o temprano, más pronto que tarde, quiero volver a instalarme en Cádiz.

alt

Y mientras tanto, ¿curas la morriña intentando visitarla a menudo?

La verdad es que durante el año suelo volver bastante y, sobre todo, intento seguir en contacto con mis hermanos, que muchos de ellos continúan viviendo allí. Falleció mi madre hace unos años, pero nosotros seguimos viéndonos cada vez que podemos. Yo necesito cargarme las pilas allí. En realidad es donde me cargo las pilas del humor y de las ganas de vivir. Cádiz es un sitio especial.

¿Hay algo que te guste hacer especialmente cuando regresas?

Sí o sí voy a la playa. Tengo que ver el mar muchas veces, lo necesito, y, a poder ser, me escapo a la de Zahara de los Atunes. Prefiero esa zona porque está más virgen y menos masificada y allí también tengo una casa familiar, porque mi madre era del pueblo.

También me encanta tomarme un cafelito en un quiosco junto al mar, por ejemplo, en el paseo marítimo de Cádiz o por la zona de Cortadura. Comerme una buena paella en un chiringuito. Siempre, y eso nunca falta, voy a comprar pescado en la plaza de abastos de Cádiz, allí tengo a mi amigo El Malagueño. Así puedo traerme a Madrid el pescado fresco de la Bahía, mi pescado de estero… Eso sí, si me llevo atún, me lo llevo de Zahara de los Atunes. Lo compro allí en el puesto de Pepa y Mariana.

alt

Es que la gastronomía es una manera de tener las raíces bien cerca siempre, pero, ¿cómo te apañas después con tanto pescado?

Es que me llevo mi nevera y la enchufo incluso en el coche para traérmelo en buen estado hasta Madrid. Una nevera con ruedas que tengo de llevar a la playa. ¡He llegado a llevarla hasta en el tren! Todo porque hace ya años que decidí apostar en mi alimentación por la comida orgánica, así que no como pescado de piscifactoría, ni vacas con hormonas... Para eso tengo también en mi casa de Madrid gallinas y un huerto donde cultivo mis verduras. Con lo que sale de él hago mi tomate triturado, mis recetas con calabacines… Me encanta cocinar.

Adoras Zahara de los Atunes, siempre hablas del pueblo e incluso abriste allí dos tiendas de No Ni Ná, la marca de moda que tienes con tu hija Anna. ¿Qué crees que es lo mejor que tiene?

A mí me gusta que en Zahara la gente hace pandilla y, aunque vengas de fuera, los que somos de allí abrazamos al forastero. Pero si tengo que escoger una cosa, te la digo: lo mejor que tenemos en Zahara es el viento, el levante. Eso hace una limpieza, una criba. Hay mucha gente que se queja cuando hay viento y dice que ya no vuelve, y esa gente es que no tiene que volver, porque el que vuelve es porque le ha gustado Zahara, los zahareños… Si vuelves más de una vez, repites. Ya te conviertes en parte del pueblo. Regresas al mismo bar y te conocen, ves a la misma gente…

alt

Después están los bares y la comida, claro. ‘Ramón Pipi’, que está al lado de No Ni Ná, es de mis favoritos. Si tuviera que quedarme con un plato, el tartar de atún, pero sobre todo el morrillo de atún en el ‘Restaurante Antonio’ (1 Sol Guía Repsol). También ‘Casa Juanito’ o ‘Montemar’. Es que el atún de almadraba… eso es gloria. Y en Zahara es para volverse loco.

Pero si tienes que quedarte con algo, ¿con qué te quedas de Cádiz?

Sin duda, con los carnavales. Disfruto mucho de ellos porque mi padre estaba en una peña con los amigos y cuando era pequeña me ponía con él y le ayudaba a decorar el barrio. Hacíamos caretas de madera para decorar las calles, recortábamos papelillos… Porque ahora se ha industrializado, pero antes, para hacer los papelillos, lo que se hacía era que se guardaban la prensa y las revistas del año y se recortaban. Cogíamos bolsas de plástico y las llenábamos enteras de papelitos recortados para decorar todo.

Dejemos un poco Cádiz a un lado… ¿A qué otros rincones de España te gusta irte a desconectar siempre que puedes?

Ay, hay muchos. Tengo una masía de turismo rural en L’Empordá, en Girona, y la tengo activa para que se pueda quedar gente, sobre todo la alquilan muchos franceses. A aquello le llaman la Toscana catalana y la verdad es que es una zona preciosa. La compré cuando empecé a trabajar y me costaría mucho venderla. Amo Girona: Cadaqués, Vilamarí… Yo qué sé. Es que hay muchos pueblos de la provincia que son superbonitos. De hecho, siempre que tengo visita les llevo a recorrer Girona, no me canso. Está Besalú, Sant Pere Pescador… Hay unas playas muy bonitas.

alt

¿Te consideras entonces más de mar o de montaña?

Pues soy de mar y de montaña, me gusta el bullicio y la tranquilidad también. ¡Todo depende del estrés que tenga en ese momento!

¿Y si tuvieras que escoger una ciudad?

Cádiz, por supuesto. Pero me gusta Córdoba, Granada, Sevilla, Toledo, Santiago de Compostela, Girona, Barcelona, Bilbao... Yo qué sé, no podría decirte solo una. Viajo mucho con el teatro y tengo la suerte de que, como la obra siempre es por la tarde, por la mañana me doy una vuelta con mi equipo por el pueblo o la ciudad donde estemos… Llevo ya 30 años en esto y me ha dado tiempo a conocer muchos sitios. He recorrido toda España y varias veces. Y cualquier pueblo me es precioso.

Así te das cuenta de que tenemos una gastronomía que es maravillosa, y una cultura estupenda. Me gusta hablar con la gente de la calle, que me cuente su vida, sus preocupaciones. Me encanta sentarme con una señora mayor en un banco en una plaza de un pueblo cualquiera y charlar… Me gusta escuchar y aprender.

Pero, cuando te apetece desconectar, ¿a dónde te escapas?

Cuando no me voy a Zahara ni a Girona, me escapo a las Islas Canarias. Me gustan todas las islas, pero sobre todo voy al sur: la playa de las Américas, en Tenerife, me alucina. La única isla que no conozco es La Graciosa, siempre digo tengo que ir y al final no voy. Pero las Canarias para mí son como mi segunda casa, me encanta que allí, como hay mucho extranjero, paso más desapercibida.

alt

El Hierro también es precioso. Es salvaje, volcánica… Esa arena negra, esos paisajes que parece que estás en… ¡Yo qué sé! Solo hay que ver la serie de Candela Peña, aquello es una pasada. De Canarias, además, tengo que decir que El Humor de mi vida ha sido la única obra de teatro, la única compañía, que ha hecho las siete islas. Ha estado en todas menos en La Graciosa, claro, porque no hay ni auditorio ni teatro ni nada. Me ofrecieron hacerla al aire libre, pero por problemas técnicos no se puede hacer. Pero sí, algún día iré.

Fuera de España también voy mucho a Marruecos, a Francia, a Portugal, que están tan cerquita… A veces me voy un fin de semana, pero busco, sobre todo, busco el anonimato.

Ya nos has dejado claro que lo de viajar, ya sea por España o por el extranjero, te va bastante. ¿Qué tres cosas no faltan nunca en tu maleta?

¿Solo tres cosas? Una navaja suiza, una linterna y un neceser de medicinas. Tampoco faltan unas bridas, una cámara de fotos, baterías… Siempre llevo todo eso. Antes llevaba un neceser de maquillaje, ahora es de medicamentos… Los dolores de cabeza y de espalda ya empiezan. Estoy en la edad de decir: “Ay, esto no me pasaba a mí antes…”.

Y ya para acabar… ¿Un sitio que estés deseando conocer… además de La Graciosa?

Las Islas Cíes… No he ido nunca y tengo muchísimas ganas. Ay, qué guay…

Te puede interesar