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Hubo un tiempo en el que España fue escenario constante de luchas fratricidas por el territorio entre reyes, califas y caballeros. Esa península ibérica medieval es la que vivió el legendario Rodrigo Díaz de Vivar, líder mitificado en la literatura española y que vuelve casi mil años después encarnado por Jaime Lorente en la serie El Cid.
Amazon Prime Video y Zebra Producciones han puesto en marcha este ambicioso drama histórico que cuenta las primeras aventuras de un joven Ruy a mediados del siglo XI. León, Zaragoza o Graus han sido algunos de los lugares en los que estuvo el famoso caballero y que ahora han sido reproducidos para transportarnos hasta esa turbulenta y fascinante España feudal.
La serie arranca en León, una de las ciudades más importantes de la época y donde vemos los primeros pasos de un inexperto Díaz de Vivar en la corte de Fernando I. Pero no fue en la capital de provincia donde realmente se rodaron las secuencias leonesas de El Cid. El equipo de la serie se trasladó a la provincia de Soria para reconstruir ese reino del que poco queda intacto en la León actual.
"Soria es el lugar que más se parece a la España de entonces", explica uno de los creadores de la serie, Luis Arranz. La León que se ve en El Cid está reconstruida principalmente en la localidad de Almenar de Soria, de la que se puede apreciar claramente su imponente castillo en los primeros capítulos. Situado a más de 1.000 metros de altura, en Almenar se estableció el gran centro de operaciones durante los tres meses y medio que duró el rodaje en 2019.
La histórica basílica de San Isidoro de León ha sido reproducida parcialmente en otro templo famoso de la zona (la románica Iglesia de San Miguel, en Almazán). Y también lo han sido algunas de sus calles, recogidas, por ejemplo, en distintos lugares del pequeño pueblo de Calatañazor, localidad que parece atrapada en ese tiempo de esplendor del reino.
"Aquí con atrezar un poco ya teníamos el ambiente del siglo XI", asegura Arranz sobre este minúsculo pueblo de menos de 50 habitantes. En Calatañazor, donde dice la tradición que el temido militar Almanzor "perdió el tambor", aún se pueden ver restos de su antiguo brillo perdido. Sus sugestivas calles, su castillo y sus dos iglesias le sirven para tener el merecido estatus de conjunto histórico protegido. El cocreador –junto a José Velasco– de El Cid confirma que, puntualmente, la producción también se rodó en algunos exteriores de otros municipios sorianos como Duruelo de la Sierra, Ágreda o los Montes de Ucero. Estos lugares también fueron testigos de las primeras aventuras de nuestro ilustre caballero.
Algo más lejos está otro emplazamiento que es muy fácil de reconocer: el puente que funciona como gran entrada a León. Pero es, en realidad, el puente de Frías (Burgos). Se trata de un bonito puente fortificado de 143 metros de largo y con nueve arcos que cruza el río Ebro. Una construcción que vale la pena recorrer y sobre la que pasan las tropas para llegar a la ciudad en la serie. A caballo también podemos distinguir otra espectacular localización de Burgos, está en plena naturaleza. En el ecuador de la primera temporada se puede apreciar brevemente el Monumento Natural de Monte Santiago, con la preciosa cascada del Salto del Nervión como gran atractivo. Imposible que no salte a la vista.
El otro gran núcleo dramático que vemos en El Cid está en Zaragoza, que en los tiempos del primer Díaz de Vivar era el centro de una rica taifa árabe controlada por el rey Al-Muqtadir. Y allí mismo, en los restos de aquella civilización musulmana, tuvieron la oportunidad de grabar la serie. El equipo de la producción española pudo rodar directamente en el Palacio de la Aljafería de Zaragoza, una de las grandes herencias del paso árabe por la península y hoy sede de las Cortes de Aragón. "¡Estás tocando columnas que tocó también el mismísimo Al-Muqtadir! Fue muy emocionante rodar ahí y pensar que estábamos en el sitio donde sucedieron de verdad las cosas", cuenta Arranz, que define el palacio como "la joya de la corona" de la serie.
Además de los suntuosos patios y jardines de la Aljafería, en El Cid también podemos ver alguna toma general de lo que era la ciudad de Zaragoza por fuera, conocida como Saraqusta en la época. Estos breves planos han sido, obviamente, reconstruidos digitalmente: "Ha habido que hacer un trabajo muy arduo e interesante para que nos podamos hacer una idea en panorámica de lo que era la ciudad de entonces", dice Arranz.
En cuanto a las calles de Saraqusta, una de las poblaciones más prósperas del al-Andalus, algunos podrán reconocer esquinas y edificios del empinado municipio aragonés de Albarracín. Aquí también fue sencillo ambientar para los trabajadores de la serie: era el centro de una de las pequeñas taifas de la zona. A sus calles estrechas y casas escalonadas –y su gran entorno natural– solo le faltan caballos y armaduras para que nos creamos que estamos en pleno siglo XI.
Uno de los clímax de la temporada se produce en la famosa batalla de Graus (1063). Dos importantes ejércitos se enfrentan por el control de este estratégico municipio aragonés. "Al principio tuvimos muchos problemas para recrear este campo de batalla, no encontrábamos el sitio adecuado para hacer un enfrentamiento tan grande y con una orografía tan concreta como la que necesitábamos", comenta Arranz.
Los responsables de El Cid se acabaron decidiendo por un descampado en Villalbilla (Comunidad de Madrid) que se asemejaba al terreno abierto donde sucedió este suceso bélico. "Eliges localizaciones lo más 'limpias' posibles, en las que no haya que retocar mucho después, y que, al mismo tiempo, se parezcan al máximo a lo que era Graus en la época".
El otro gran combate que se puede ver en la serie es la batalla de Atapuerca, anterior a la de Graus. Para reproducir el combate fratricida que sucedió en este valle burgalés en 1053 se desplazaron a otra zona natural madrileña: el cerro de San Pedro, en la Sierra de Guadarrama. El rigor histórico pedía para este enfrentamiento un "exterior más sinuoso", según Arranz, y esto es lo que ofrece esta curiosa área montañosa, perfecta para irse de ruta un fin de semana.
En la Comunidad de Madrid también se rodaron muchos de los interiores de la serie, reproducidos en plató en Navalcarnero, y algunas secuencias puntuales en San Martín de Valdeiglesias y el Cabildo de la Real Colegiata de San Isidro. Todos estos lugares –junto a otros nuevos que se descubrirán, si la serie avanza, en las provincias de Toledo o Ávila– forman las localizaciones de El Cid, que buscan llevarnos, a través de sus imágenes, a esa península ibérica de hace un milenio. "Hemos intentado ser lo más fieles posibles a la historia, y nuestros localizadores se han recorrido España entera, literalmente, para intentar conseguirlo", concluye Arranz.
Los resultados de este viaje en el tiempo se pueden ver en Amazon Prime Video, tanto en España como en más de 200 países. Descubrir sus históricas localizaciones es un aliciente más de esta gran producción, que pretende ser uno de los hits navideños en tu plataforma.