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Nadie se habría atrevido a decir que dos jóvenes grafiteros valencianos, Pichi y Avo, diseñarían un día un clasicazo como la falla municipal de Valencia. Cada año, el consistorio de la ciudad la instala en la plaza del Ayuntamiento, entre mascletás, buñuelos y saraos. Es sin duda la más visitada: la plaza en la que se planta este monumento mítico es, durante las semanas falleras, un auténtico hervidero, un lugar de jarana, de explosión festiva, el lugar más caótico y a la vez más amable del mundo.
Y sin duda este año va a dar que hablar, porque los creadores de la falla, el dúo PichiAvo, son singulares e insólitos en el panorama de los monumentos falleros. Parecía imposible renovar ese modelo, pero aquí están. Se llamará Procés creatiu (Proceso creativo) y tendrá un mensaje: la paz. El proyecto girará en torno al personaje de la comedia La paz, del dramaturgo griego Aristófanes.
Pero no queda ahí todo: la sátira, que es la piedra angular de las fallas desde sus inicios, quedará perfectamente reflejada en el monumento. "Hemos querido rendirle homenaje. Y también a Valencia, que está representada en la escultura de Poseidón: hemos querido representar el Mediterráneo con él", cuentan sus artífices, que hablan en plural como si fueran uno solo, tan en consonancia están.
Todo empezó el año pasado, cuando se hallaban inmersos en uno de sus proyectos: un mural de grandes dimensiones en plena Ciudad Fallera de Valencia. "Nos lo encargaron para dar más visibilidad a los artistas. Ese es un espacio muy transitado y el Ayuntamiento pensó que era una buena idea que lo hiciéramos nosotros. Empezó ahí la relación con los artistas y se nos propuso presentarnos", relatan.
Se presentaron con este proyecto rompedor y arriesgado y los seleccionaron. "Nos preparamos mucho, creíamos mucho en él y la verdad es que fue una alegría poder trasladar a un formato nuevo algo tan tradicional… Y siendo valencianos, más. Éramos conscientes de lo que se esperaba de nosotros, Una visión nueva, deconstruir algo tan clásico… Para que fuera diferente teníamos que jugar con eso, que era muy complicado, porque como valencianos teníamos y tenemos inspiraciones muy falleras", explican.
Para llevar a cabo Procés Creatiu, PichiAvo ha usado, como es habitual, el cartón y la madera, dos elementos que además arderán de mil amores, "y con una combustión limpia" en la noche de la Cremà. De 26 metros de altura, una estructura diferente y colores a raudales (y en degradación), la obra ha sido realizada con otros dos artistas: Latorre y Sanz, que son dos de los creativos más veteranos del mundo fallero. Juntos están ultimando detalles en ese centro de creación que es la Ciudad Fallera.
PichiAvo nació en 2007 gracias al grafiti. Y desde entonces no han parado: Valencia se quedaba pequeña y el mundo era ancho y ajeno: Shanghái, Nueva York, Miami, Los Angeles, Londres, París, Berlín, Roma y Lisboa son algunos de los lugares en los que se ha mostrado su obra. Decenas de proyectos artísticos, tanto exposiciones individuales como colectivas, les preceden. Pero sin duda la falla del ayuntamiento es otra liga. Están orgullosos, conmovidos y expectantes. Es toda una responsabilidad y los sitúa de verdad en otro mapa. La falla municipal tiene recorrido y "nosotros creemos que aportamos algo distinto. Todo esto nos genera mucha felicidad".
PichAvo vive y crea en Valencia, desde su estudio de Manises, para el resto del mundo. Están viviendo este momento creativo con una insólita tranquilidad, sin agobios. "Nunca nos vas a ver estresados. Somos muy afortunados con esto que nos ha pasado, así que lo estamos disfrutando".
Y, al margen de este proyecto profesional, ¿cómo es la relación de esta pareja de artistas con las fallas, con su mundo lúdico, con su parte festiva? "Nuestra vinculación es a nivel artístico porque sin el monumento no hay fallas, no hay actividad, no hay fiesta. No somos falleros, y de hecho lo que más nos ha interesado siempre ha sido el arte de las fallas, somos de ir a verlas a las seis de la mañana para admirarlas bien, vacías, sin gente…", puntualizan. "Entendemos la fiesta siempre que haya un equilibrio entre fiesta y arte. ¿Lo que más nos gusta? Pues todo lo que tiene que ver con lo artístico. Las 'mascletás' o los castillos, por ejemplo, que ya miran mucho más allá del sonido".
Eso sí, hay sitios de obligado cumplimiento si tus amigos extranjeros vienen a la ciudad: una subida al Miguelete y una paella (no arroz con cosas, que eso es otro asunto) frente al mar, fuera de la ciudad, en l’Albufera, por ejemplo. Cuando algunos colegas de fuera les preguntan por qué no viven en Nueva York, ellos responden siempre lo mismo: "venid unos días a Valencia y lo entenderéis".
Así que a todos los que este año se dejen caer durante la fiesta fallera, dos recomendaciones: la falla municipal, que este año será diferente a lo visto anteriormente en estas fechas, y esta anti-guía para apartarse de lo típico y lo tópico durante los días más movidos en la ciudad de Valencia.