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Los personajes del Camino Portugués

Los personajes del Camino Portugués

Los cicerones que te acompañarán hasta el apóstol Santiago

Actualizado: 02/12/2021

El Camino de Santiago es convivencia, compartir, conocer. Si quieres, claro. Los hay que buscan soledad, pero hasta los misántropos encuentran en cualquiera de las variantes a Compostela, gente que nunca olvidarán. Hay personajes que se adhieren a la piel, como nos ha sucedido en el portugués. Gentes como Dolores Buhigas, Hortensia Pérez, José Antonio o la madre superiora Herminia, que dejan huella. Hablaremos de ellas al regreso a casa. A otras personas, como las hermanas Crisóstomo, Tati o Tino, los guardaremos en nuestras agendas como consejeros imprescindibles. Estos son los que nos han marcado. Afuera dejamos a los otros peregrinos que se conocen. Esas son historias de amistad y hasta de amor.
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1. Mónica y Silvana Crisóstomo, yin y yan de 'Ideas Peregrinas'

A las hermanas Silvana y Mónica Crisóstomo el mes de mayo les ha ampliado la sonrisa. Y no precisamente por las flores y la primavera, sino porque a las puertas de su albergue 'Ideas Peregrinas' en Tui han vuelto a llamar los peregrinos del Camino de Santiago. Estas dos mujeres, que dejaron sus prometedoras carreras profesionales para marcarse uno de los alojamientos más chulos y acogedores del Camino Portugués a Santiago de Compostela, han sobrevivido ya a hechos importantes, que marcarán su historia aún muy joven.

Camino Portugués: Mónica y Silvana Crisóstomo
Mónica y Silvana Crisóstomo siempre te reciben con una sonrisa en el arranque gallego del Camino Portugués.

Primero, al reto de abandonar su profesión y dar un giro a sus vidas. Segundo, a una pandemia que lo arrasó todo al poco de haber puesto ellas nuevo rumbo a sus vidas. Y aquí están, más vivas que nunca, en la primavera del Año Santo Xacobeo 2021 que se prolonga hasta el 2022 por las circunstancias tan especiales de un bicho llamado coronavirus.

Personajes del Camino Portugués: Mónica, de Ideas Peregrinas, sella la credencial de un peregrino
Mónica sella la credencial de un peregrino.

"Hemos aguantado estos tiempos porque somos como el yin y el yan. Cuando una baja el ánimo, la otra lo levanta", comenta Mónica, sin abandonar la risa en sus ojos, mientras sirve un opíparo desayuno tempranero –poco más de las ocho de la mañana– a uno de los peregrinos. "Abandonamos nuestras profesiones –Silvana era gestora financiera y yo consultora de Turismo– porque creímos en este proyecto, en este negocio que nos abre al mundo". Y aquí están, Mónica ha escogido los colores –amarillo fuerte, blanco y gris que domina en todo el albergue, salas de estar y el café– al igual que las ropas de calidad de la tienda; Silvana marca las líneas de negocio, las estrategias de futuro a seguir.

Camino Portugués por la Costa: albergue 'Ideas Peregrinos' de Tui
El amarillo de 'Ideas Peregrinas' hace fácil encontrarle.

Lo cierto es que comenzar en 'Ideas Peregrinas' el Camino Portugués por Galicia o pasarse por esta casa en el camino de Tui, es un placer. No hace falta más que cruzar las puertas para respirar el ambiente del "Buen Camino".

2. Herminia López, una madre superiora muy superior

Herminia López Andrade es la madre superiora del Convento de las Hermanas Clarisas de Tui. La celosía que oculta su rostro no puede con la sonrisa y alegría que transmite su voz añosa, cansada de tantos meses sin oír al peregrino o al fiel cliente llamando al timbre. "A ver si nuestro Dios, Nuestro Señor, permite que la pandemia remita o acabe. Y luego, esta juventud, que se apresura y no piensa en consecuencias", confiesa la hermana, entre feliz de tener a quién vender sus famosos peces de almendra –una receta sefardí cuenta ella– y preocupada por las noticias e imágenes de las teles.

Camino Portugués por la Costa: celosía del convento de las Hermanas Clarisas de Tui
La celosía misteriosa cubre el rostro de la superiora Herminia y sus únicas dos ayudantes.

A la hermana Herminia solo le acompañan otras dos monjas, para un lugar en el que "disponemos de más de 12 celdas –el convento es enorme y podrían ser muchas más–. Éramos cinco hermanas antes, pero se las llevaron para Santiago. Solo quedamos tres". En fin, que la madre superiora prefiere callar, pero siempre ganan los mismos, los que están en lugares de influencia, mientras que conventos como este, hermoso, histórico, en la judería de Tui, cada día tiene más problemas para mantenerse en pie con solo tres hermanas. Concepción Varela y Mercedes Matellán son las otras dos; tienen que recorrer muchos metros de pasillos, de la biblioteca a las celdas, al torno, a las cocinas, para que un lugar sin igual sobreviva.

Camino Portugués por la Costa: convento de las clarisas de Tui
El convento se encuentra dentro del entorno de la ruta de las Juderías de España.

Además de los famosos peces de almendra, son muy recomendables los bollos de coco y las pastas de almendras. Y la espera y charla en ese zaguán, donde se oyen los pasos apresurados tras el timbre, se descorre la celosía, gira el torno y junto a la voz cálida de una hermana amable aparecen las cajas amorosamente envueltas con sus bollos dentro. La bombilla verde que ilumina el torno es un toque kitsch, dirán los modernos.

3. Hortensia Pérez, la anfitriona del Puente de Rande

"Pasen, por Dios, no se queden ahí mirando. Desde mi terraza se ve aún mejor". Hortensia Pérez Novelle –"con dos eles" remarca ella– invita a muchos de los peregrinos o turistas que desde la carretera se quedan anonadados, con la boca abierta, mirando la ensenada, la isla de San Simón y el puente de Rande al fondo.

Camino Portugués por la Costa (Tramo 2): Hortensia sentada en su casa, frente a la ensenada de San Simón.
Hortensia, brazo en cabestrillo, orgullosa de su terraza y sus vistas.

Ni uno de los 77 años que lleva viviendo aquí, Hortensia ha olvidado la belleza de lo que contempla. Primero sin el puente al fondo, luego con esa obra de la ingeniería que, en poco más de medio siglo, se ha colado en el imaginario colectivo de los vigueses como un símbolo de la provincia. La niebla, la luz gris de los días gallegos o los azules primorosos que de pronto arrastran los vientos del Atlántico, han ayudado a que el paisaje se interiorice. Por eso, esta mujer, tan de la tierra, tan orgullosa y con un brazo en cabestrillo, ofrece desde cerveza hasta poner la sartén al fuego, con tal de compartir un poco de su orgullo de tierra, bien merecido.

Camino Portugués por la Costa: ensenada de San Simón y Puente de Rande
El puente colgante que en medio siglo se ha colado en el imaginario vigués.

A su lado, su hijo Fermin no deja de observar, pendiente de su brazo cuando Hortensia nos acerca a la esquina de la terraza para ver mejor el puente, o se queja de que "el cabestrillo no me deja ahora ocuparme de la huerta. Mira, por ahí abajo sembramos de todo. Me gusta el huerto". Y las flores y la vida, porque aunque a ratos se amoine pensando en su marido –no hace tanto que es viuda– sigue mirando la vida con ganas.

4. Tino Lores, el 'rescatador' del Camino Portugués

A Tino Lores se le grabó en la memoria aquel verano de 1965, cuando con 14 años recorrió con los flechas del Frente de Juventudes el trayecto que separaba Tui de Santiago de Compostela. Era el mismo que siglos antes había hecho una reina viuda, que luego hicieron santa: Isabel de Portugal y Aragón. Con aquel recuerdo intacto, en 1993 convenció a las autoridades para poner en marcha el Camino Portugués y la Asociación Cultural de Amigos do Camiño, que preside desde hace 28 años.

Camino Portugués: Tino Lores
Tino Lores posa frente al albergue de Pontevedra que regenta la Asociación de Amigos del Camino.

A Tino, ataviado siempre con su sombrero de ala y la bufanda o fular –dependiendo del tiempo– colgada al cuello, es fácil encontrarle en el albergue de Pontevedra, en la calle Otero Pedrayo, que abrieron en 1999. "Hemos llegado a tener hasta 1.000 peregrinos alojados en un día, entre albergue e instalaciones anexas". Pero eso era antes de la pandemia.

De hecho, tras registrar 100.000 peregrinos en 2019, las previsiones para este año Xacobeo eran de récord, pero la dura realidad los acerca estos primeros días de mayo a cifras similares a las de principio de los años noventa del pasado siglo, "cuando pusimos en marcha este Camino y nos llegaban a cuentagotas los peregrinos. Los recibíamos con júbilo los voluntarios, la prensa y hasta el alcalde venía a hacerse la foto con ellos", recuerda entre sonrisas.

5. Tati y Juanra, dos ayudas en el Camino

Tati –José Manuel Abalo– tiene 43 años trabajados. No porque los aparente, sino porque empezó en esto del turismo y del Camino de Santiago de joven, y luego tuvo que reconvertir el negocio de sus padres, el 'O Cruceiro', en lo que hoy es, uno de los hoteles y albergues mejores de Caldas de Rei. "Ha sido duro, pero hemos aguantado la pandemia gracias a los créditos ICO y ayudas de aquí", confiesa sin una gota de amargura, feliz de ver que los caminos del pueblo –parada obligada del Camino Portugués– se reaniman poco a poco, a los pocos días de abrirse la frontera con Portugal.

Camino Portugués: Tati Abalo y Juan Ramón Fontenla
Los cuñados Tati Abalo y Juan Ramón Fontenla en la terraza del albergue 'O´Cruceiro'.

"El Camino Portugués es un éxito gracias a las agencias y al termalismo. Muchos peregrinos llegan a Oporto, un aeropuerto internacional con conexiones hasta con Australia. Es frecuentado por gente mayor y muchos jubilados. Y como los gallegos somos muy hospitalarios, tenemos una fidelidad del 80 %", explica este tipo que se ocupa de sus hijas, mientras espera a su cuñado Juan Ramón, otro de los personajes que han entendido el Camino y las necesidades de los peregrinos en su ruta desde Lisboa.

Tati ha dividido 'O Cruceiro' en albergue y hotel y lo va remozando año tras año. La habitación del hotel está entre 45 y 55 euros la doble, 30-35 la individual. Y el albergue, 14 euros. Son precios de mercado, en los que influye, por supuesto, el covid. Los próximos meses son una prueba, pero hay mucha esperanza. A su lado escucha Juan Ramón, el creador de sinmochila.es cuando el Camino Portugués apenas había despegado. "Ya sabes, un día me llama Tati y me dice ¿llevas estas mochilas de tal a tal? Y luego otro y otro. Así empezamos. He llegado a llevar 200 mochilas, incluso 300 en un día. Ten en cuenta que un norteamericano o un australiano que aterriza en Oporto trae una maleta o mochila de 20 kilos. Hacen el Camino unas semanas y luego se van a otras partes de España o Europa".

Camino Portugués por la Costa: Cascada de Segade en Caldas de Reis
Las cascadas, otro motivo para parar en Caldas de Reis, como dicen Juan Ramón y Tati.

A ambos cuñados, que se conocen las rutas, los desvíos y los rincones imprescindibles para hacer la parada en Cangas lo más agradable posible, les brillan los ojos –y la sonrisa ante un café sin mascarillacuando ven que llega otro par de peregrinos. Estos en bici. Algo se mueve. Lo dicho, Santiago el Mayor parece dispuesto a echar las dos manos para ayudar estos dos años de Xacobeo.

6. Dolores Buhigas, la gran comunicadora

Hay muy buenas compañías para hacer el Camino, pero sería una suerte tener como cicerón permanente del recorrido a Dolores Buhigas. Esta jubilida de Telefónica, de 72 años –"pero porque lo pone el DNI, porque yo no los siento"–, derrocha entusiasmo al desgranar los detalles de la historia y las leyendas "que piadosamente se creen" sobre la figura del apóstol Santiago, su presencia en vida por tierras de Gallaecia y el peregrinaje que sus restos tuvieron desde Palestina hasta el bosque Libredón, donde supuestamente recibieron sepultura.

Camino Portugués: Dolores Buhigas
Jubilada de Telefónica, Dolores sigue siendo una excelente comunicadora de la historia y leyendas del Camino.

Voluntaria desde hace 9 años en la iglesia de Santiago Apóstol de Padrón, a Dolores se le vuelven a iluminar los ojos y dibujar una enorme sonrisa al ver de nuevo a los peregrinos cruzar la puerta y pedirle que les selle la credencial. "Aquí, antes de la pandemia, estábamos desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche. Incluso a veces cerrábamos más tarde porque llegaban excursiones, sobre todo de polacos acompañados de párrocos, que querían conocer la esencia del Camino".

Y es que, tal y como no se cansa de explicar esta gran comunicadora, Padrón fue el puerto fluvial donde llegó la barca en la que dos discípulos de Santiago el Mayor trajeron los restos del apóstol y de aquí, en un carro arrastrado por bueyes, lo condujeron hasta el bosque de Libredón, donde siglos después los descubriría un ermitaño y se levantaría la catedral de Santiago.

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