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“Lo esencial es tener el coraje de arriesgar y desarrollar nuevas ideas”. Son palabras de la arquitecta Zaha Hadid. La osadía, una imaginación desbordada y su talento espacial han convertido a la anglo-iraquí en referente de la construcción de comienzos del XX. Aún hoy se materializan proyectos que dejó encaminados antes de fallecer en 2016 y sin duda cuando se concluyan agigantarán más su figura. No obstante, las obras que desarrolló en vida bastan para situarla entre los genios del arte de construir.
Sus edificios se levantan en más de una veintena de países. También en España. En especial en Zaragoza donde diseñó, sin visitar la ciudad, el Pabellón Puente sobre el Ebro destinado a ser entrada y emblema de la Expo Internacional del Agua de 2008. Ella misma confesó que lo ideó a partir de fotografías del lugar. Para algunos eso fue objeto de crítica, pero lo cierto es que todavía le da más valor a un puente que es sencillamente excepcional.
Se prolonga durante 270 metros para desplegar en su interior un laberinto inmaculado de plataformas, rampas y suaves curvas en tres alturas transitables, e incluso habitables. La más baja es la pasarela propiamente dicha que une ambas orillas de forma oblicua. Pero para hacerlo necesita del apoyo en una isla que emerge del río. Tanto en esa isla como en las riberas se ancla la estructura mediante pilotes hundidos a más de 70 metros en el subsuelo. Toda una proeza constructiva a la que sumar el encanto de sus formas.
Hadid lo describió como un gladiolo tendido sobre el río. Y si se goza de una vista cenital se intuye el símil por la ramificación de la estructura. Pero observado desde la orilla y a lo lejos parece un colosal pez varado recién amerizado desde el futuro para que le brillen miles de escamas a base de acero y vidrio, cada una diferente a su vecina. Todo el entramado que sustenta esa piel es visible desde el interior. De hecho, contemplar sobre las cabezas tal estructura de tubos, remaches y metal es parte de la magia del edificio. Asombroso por inesperado y original. Arquitectura de Zaha Hadid 100%.
Sin embargo cuando la Expo 2008 echó la persiana, lo mismo ocurrió con las dos puertas del Pabellón Puente. Salvo en contadas ocasiones que recuperó su función de paso entre el barrio de La Almozara y el Palacio de Congresos, este tesoro del arte contemporáneo cerró durante años. Hasta renacer en 2023. No solo como espectacular puente sobre el Ebro, sino con un interior vibrante transformado en Mobility City, donde lo más espectacular es el Mobility Museum: el primer museo tecnológico sobre movilidad.
“El Mobility Museum ocupa las dos plantas superiores y sus contenidos van cambiando, ya que la idea es que por muchas veces que se visite siempre haya algo nuevo”, explica Alba Echevarría, que nos guía por el museo. Un ejemplo es la muestra de coches “superclase” que hay nada más franquear el acceso. El puente convertido en un fabuloso garaje donde aparcan automóviles de leyenda. Ahí se resguardan desde la réplica del primer Mercedes-Benz hasta el Aston Martin favorito de James Bond, pasando por el Bugatti más veloz jamás construido o un Hispano Suiza que perteneció a Alfonso XIII. “Los coches van rotando, vienen unos y se van otros, pero siempre plasman los conceptos de movilidad que han habido hasta ahora”, indica Alba.
El mismo objeto de saber de dónde venimos inspira la ascensión por la rampa a la planta superior. Cada panel habla de los pioneros: la primera bici, el primer globo aerostático, el primer tren, ¡el primer patinete eléctrico… del año 1913! La idea es intuir hacia donde evoluciona la movilidad, ya que el futuro es el protagonista del siguiente tramo del museo.
En él todos tenemos algo qué decir, de ahí que los visitantes no solo contemplan, sino que interactúan. Comenzando por los simuladores de conducción donde ponerse a prueba e incluso competir. Eso sí, no gana quién más corre, sino quién lo hace de modo más sostenible y eficiente. Aquí se premian las conducciones sosegadas y también los combustibles renovables, cada vez más accesibles y efectivos.
Tras eso aparecen otros interactivos en los que diseñamos nuestra ciudad ideal atendiendo a cómo deseamos movernos y qué queremos disfrutar en nuestros desplazamientos. Estos diseños todavía se basan en lo que vivimos en nuestro día a día, pero el carácter experimental que inspira el Mobility City nos propone ir un paso más allá para imaginar las urbes del mañana y los medios de transporte en los que se desplazarán las generaciones futuras, ¡o nosotros mismos!, ¿quién sabe?
Unas gafas de realidad virtual nos asoman a ese futuro para circular a través de paisajes urbanos utópicos a bordo de aerodeslizadores, coches voladores o en módulos de transporte colectivo. Un viaje imaginario, especulativo, con propuestas que parecen sueños, pero que las investigaciones científicas consideran que están mucho más próximos de lo que creemos.
Las exposiciones temporales dan y variarán el contenido al museo, pero el Mobility tiene otras áreas de acción. Una de ellas, ese el denominado POD3, situado en un lateral del Pabellón Puente. “Es un espacio multifuncional abierto a empresas y colectivos ligados con la movilidad, en el más amplio significado del término”, indica Jaime Armengol, coordinador de Mobility City. Una iniciativa de la Fundación Ibercaja que en apenas medio año de vida ha superado el centenar de eventos propuestos por empresas ligadas al urbanismo, la automoción, la energía o la logística.
Ha habido charlas, presentaciones de estudios o de productos, reuniones de trabajo o se han amparado las cuatro ediciones del Observatorio de la Movilidad Sostenible. Y este mismo mes de octubre acogerá la gala de los Premios Impulso a la Innovación en la Movilidad Sostenible. La actividad es frenética y hay jornadas con varios actos, por ejemplo reuniendo por un lado a representantes sindicales preocupados por la normativa referente la movilidad laboral y por otro a empresas vinculadas al mundo de los seguros. ¡Y todo ello sin salir de un puente!
Precisamente el área de la pasarela es otra entidad propia dentro de Mobility City. Para empezar porque es practicable por ciudadanos y turistas durante el horario del museo. No hace falta pagar una entrada para adentrarse en el Pabellón Puente de Hadid. Basta con franquear la puerta de la Almozara, saludando previamente la figura de Einstein que da la bienvenida, y recorrer las tripas de esta arquitectura para salir frente al Palacio de Congresos con la Torre del Agua al fondo y la escultura Alma del Ebro de Jaume Plensa en primer plano. O al revés, que no hay un orden establecido para atravesar la moderna pasarela.
Aunque no solo es un paso. Es un paseo gratuito ante las apuestas más vanguardistas en cuestión de movilidad sostenible. Empresas de bicicletas, drones o coches, pero también de transporte, de logística o de cualquier otro elemento que integra este sector de sectores que es la movilidad tienen aquí un escaparate donde mostrar sus avances y las tendencias del futuro. Así como pueden presentar sus productos recién sacados al mercado.
Se exponen proyectos ya reales como el Pharmadron que acerca medicamentos a cualquier persona que lo necesite, esté donde esté. Pero también se ven sueños que quién sabe si se harán realidad como el prototipo de cápsula de transporte de Hyperloop para viajar a gran velocidad a través de tubos. Paseando entre ellos, viendo aerotaxis o bicis sin radios, Jaime Armengol acentúa su mensaje: “Nuestro objetivo es ser referente nacional e internacional de los múltiples caminos abiertos en asuntos que son claves para la sostenibilidad del sistema económico y social. Damos a la ciudadanía una visión global sobre la movilidad del futuro y posibilitamos a las empresas el desarrollo de sus iniciativas”.
Mobility City nace así con vocación de futuro y de aportar un escenario a la divulgación, el conocimiento y la innovación. De alguna forma mantiene la herencia de la arquitecta Zaha Hadid quién dijo: “Es muy difícil tener ideas. Cuando llegan se ha de luchar por ellas”. Todo aquel que las tenga respecto a la movilidad sostenible debe defenderlas y mostrarlas, o sea que más pronto que tarde se citará en este puente al futuro.