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4 librerías en Salamanca para los amantes de los libros

Salamanca desde el escaparate de una librería

19/11/2024 –

Actualizado: 17/05/2023

Texto: Ana Caro

Fotografía: Emilio Fraile

Pier Paolo Pasolini, Dolores Ibárruri, Beatriz Galindo y publicaciones prohibidas por La Inquisición. Casi todas las ciudades ganan empaque y poesía si te las explican sus libreros, pero ésta quizá especialmente. Anticuarias con incunables y contemporáneas con su propia voz en Instagram: ‘Letras Corsarias’, 'La Galatea', ‘La Latina’ y 'La Nave' son las cuatro paradas de esta ruta de librerías por Salamanca.
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1. ‘Letras Corsarias’

“Solo amar, solo conocer cuenta” se lee sobre el gran retrato del escritor y director Pier Paolo Pasolini en la pared que divide los dos espacios de ‘Letras Corsarias’. “La literatura infantil y juvenil es más que una sección, queremos crear cantera”, explica Rafael Arias sobre la zona de su librería que da a la calle Rector Lucena. Durante los ocho años que han pasado desde su apertura, más de un salmantino ha pasado desde este espacio al que se entra por la plaza de San Boal, donde se apuesta por sellos independientes, hay sillones para hojear con calma, y continuamente se celebran encuentros.

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Rafa habla de relevo generacional entre los libreros, del amor por los libros y los bares por separado, de las librerías cumpliendo su función de agitadoras culturales. “Por supuesto esto es un negocio y nosotros vivimos de vender libros pero también queríamos crear un lugar donde quedar, donde estar, donde pasen cosas”, explica el dueño, que trabajó en librerías durante más de 10 años antes de abrir su propia empresa. Este impulso de crear comunidad se tradujo, por ejemplo, en La Conspiración de la Pólvora, una alianza entre ‘Letras Corsarias’, ‘Intempestivos’ en Segovia y ‘La Puerta de Tannhauser’ en Plasencia (Cáceres) que les valió en 2016 el Premio Nacional de Fomento de la Lectura. También recuerdan con especial cariño aquellas Veladas de la Canícula, cuando en el verano más duro de la pandemia, la librería salió a la calle.

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En ‘Letras Corsarias’ cada jornada es distinta. Un día el hispanista irlandés Ian Gibson presenta Un carmen en Granada, otro día Marta Sanz y Edurne Portela charlan juntas de sus últimas novelas; otro, los integrantes de la banda La Habitación Roja firman discos a sus fans salmantinos. El frenesí de la librería se percibe en el local pero también en su perfil de redes sociales, donde han conseguido hacerse con una voz propia. “Abiertos hasta mediodía por causa de fuerza mayor. Lunes tarde, cerrado por merienda masiva en el campo charro”, publicaban en su perfil de Instagram el último Lunes de aguas.

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Sus más de 21.000 seguidores dan fe de que ‘Letras Corsarias’ es una marca que mira y es objeto de miradas fuera de Salamanca, pero la cercanía y el apego a su tierra también están presentes en el día a día de la librería. Fabio de la Flor es editor de la salmantina Delirio y se encuentra esta tarde con Rafa. “No tenemos nada ordenado por editoriales salvo esta parte”, explica el librero señalando el rincón reservado para el sello de Fabio. De entre sus libros, destacan Las aguas esmaltadas de Manuel Díaz Luis, una novela tributo a los campos castellanos y la gente que los habitan.

‘LETRAS CORSARIAS’ - Rector Lucena, 1. Tel: 923.21.67.04

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2. ‘La Galatea’

Un pequeño local de grandes ventanales en la calle Libreros, a pocos metros de la fachada plateresca de la universidad. ‘La Galatea’ es exactamente lo que te imaginas cuando piensas en una librería anticuaria en Salamanca. Begoña Ripoll, una amante y estudiosa del libro como objeto. “Begoña dejó su trabajo fijo en la Universidad por un trabajo hacia el que le movía la pasión, pero desde luego no el dinero”, cuenta Román Álvarez, que se encuentra hoy en ‘La Galatea’ junto a su librera. Román también tiene una Panadería de Libros en su pueblo, Abelgas de Luna (León) y cuenta un poco sobre ella antes de que Begoña empiece a hablar.

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Primero recuerda la primera vez que sintió interés por la librería anticuaria: “El flash me vino en la Universidad cuando un profesor explicando Baroja nos enseñó un ejemplar de la primera edición de un libro suyo”. Precisamente una carta manuscrita del escritor donostiarra es uno de los tesoros que se encuentran a la venta en ‘La Galatea’. Otro de los preferidos de Begoña tiene mucho que ver con sus inicios como librera: “Este libro costaba cuatro veces mi sueldo de la Universidad, le pedí un préstamo a una amiga”, relata mostrando un volumen de 1914 que cuenta la historia de Makeda, la reina de Saba. Cuenta que es el número 65 de una tirada de 100 ejemplares, que los grabados de estilo medieval se complementan con diseños art noveau y que probablemente no lo venda nunca.

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Pronto Begoña desmonta el primer mito de la librería anticuaria: "Lo más antiguo que tengo es un incunable pero la antigüedad no quiere decir valor. Cualquier latinajo no vale nada porque hay cien mil", sentencia. Acto seguido muestra un incunable bien conservado de Epigramas de Marco Valerio Marcial impreso en 13 de noviembre de 1493. “Normalmente la gente se lleva Quijotes, obras de Unamuno. Piden Lazarillos y Celestinas pero como siempre estaban en el índice de libros prohibidos, no hubo ejemplares durante 300 años”, explica y se ríe. Y entonces enseña otra de sus joyas: “Índice de los libros prohibidos y mandados expurgar para todos los reynos y señoríos del católico rey de las Españas. Madrid, en 1790”, se lee en la primera página.

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Al preguntarle por un libro que retrate Salamanca, explica que no es fácil, que “los libros de tema local no estuvieron de moda hasta finales del siglo XIX y principios XX”, y finalmente enseña Sketches of the country, character and costume of Portugal and Spain, impreso en Londres en 1809. La primera mitad del siglo XX, por ejemplo, tiene su huella en ‘La Galatea’ pero en otros formatos. En forma de Constitución de 1931 firmada, de panfleto de una obra de teatro organizada por milicianos, o de primera edición de Campos de Castilla de Antonio Machado.

‘LA GALATEA’ - Libreros, 28. Tel: 923.26.91.63

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3. ‘La Latina’

Beatriz Galindo fue una humanista que nació en Salamanca, formó parte de la Corte de Isabel La Católica y acabó en Madrid ejerciendo un importante mecenazgo. Su interés y conocimiento de las letras le valieron su apodo, “La Latina”, que ha terminado por dar nombre a uno de los barrios más emblemáticos de la capital; parece evidente que La Latina fue un nombre destacado en la cultura en el siglo XV. Aún así, son varios los que se acercan a la mujer que mueve cajas con la rodilla en ‘La Latina’ de Salamanca preguntando si ella es Beatriz Galindo. Entonces María Nuño sonríe sin condescendencia y explica, no por primera vez, que pone Beatriz Galindo en la fachada porque así se llama la dama de letras que da nombre a su librería.

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Lo cuenta casi susurrando -que es como algunos piensan que se debe hablar en las librerías- en mitad de una gran estancia de techos altísimos y paredes verde esmeralda. El local era una fábrica de bisutería abandonada antes de la reforma, en la que se conservó la estructura, muchos de los muebles e incluso algún maniquí. “Algunas estanterías sí compramos pero todo lo que ves con marquetería tiene un siglo”, señala María. Sobre ellas y en las antiguas mesas con los cajones a rebosar hay buena narrativa, sí, pero también libros de gastronomía, de esoterismo, de cultura china. “El objetivo es que la gente pierda el miedo a leer buena literatura”, reconoce la librera antes de la respetuosa interrupción de una clienta. Viene a por un libro que encargó hace unos días: Memorias de Adriano de Margherite Yourcenar.

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Aquí todo es muy sutil pero un poco de atención basta para ver que casi todo en ‘La Latina’ va dirigido a “despertar curiosidad”, a “ayudar a que la gente descubra libros”. María reconoce que cuando abre una caja ya sabe a qué cliente habitual le va a interesar según qué libro, pero para los quizá ni siquiera han entrado a la librería, diseñan un escaparate diferente cada mes: el campo, obras epistolarias, o venenos y drogas han sido algunas de las últimas temáticas elegidas. De regalo para los que sí atraviesan el umbral de madera: una carta del portugués Fernando Pessoa: “Todas las cartas de amor son ridículas…” se puede leer en el folio doblado gracias a una pegatina con el retrato de Beatriz Galindo.

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Para explicar Salamanca a través de sus libros, María Nuño elige uno de esos títulos que por obvios a menudo escapan de las recomendaciones: Entre visillos, de Carmen Martín-Gaite fue Premio Nadal de 1957. Sin embargo, también reivindica María Magdalena de Matilde Cherner, autora salmantina del XIX y una de las primeras voces en España que criticaron la prostitución y mercantilización del cuerpo de la mujer. La editorial Espinas recuperó en 2022 está novela, publicada en 1880 bajo la firma de Rafael de Luna.

‘LA LATINA’ - Brocense, 12. Tel: 923.17.71.35

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4. ‘La Nave’

“Veníamos de la calle y le pusimos techo”. Así explica Miguel Ángel Cortés los inicios de su librería. Cuenta que en su época de estudiante, ponía un puesto informal en la plaza del Corrillo y que se peleaba con la Policía cuando le echaban. Todo esto ocurría a un par de minutos caminando de lo que desde hace 12 años es ‘La Nave’, un local estrecho y acogedor en la misma calle que la conocidísima Casa de las Conchas. Según detalla Miguel Ángel, en sus baldas podemos encontrar, fundamentalmente: “libro antiguo y libro de segunda mano para gente que no entra a las librerías pero sí tiene inquietudes”.

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El librero muestra las dos zonas diferenciadas: por un lado una librería contemporánea de segunda mano donde encontrar verdaderas gangas; por otro, una librería propiamente anticuaria, para coleccionistas. Miguel Ángel muestra alguna de sus curiosidades: una segunda edición del Contrato Social de Jean-Jacques Rosseau -“lo publicaron en Ámsterdam porque en París le cortaban la cabeza”- o una edición de la atrevida La Doncella de Orleans, de Voltaire publicada en Cádiz en 1836. También hay pequeñas joyas en la zona de segunda mano, algunas en forma de fotos. Dolores Ibárruri, La Pasionaria, mira desde una de las fotografías del periodista Pepe Boloix, que fue crítico taurino y miembro de la dirección del PCE en Granada.

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Además de libros y fotos, la artesanía es otra de las velas de esta nave. Toda la pared izquierda es una vitrina donde los libros de colección conviven con joyería y cerámica hecha por amigos de la librería. La plata de ley y el vidrio de Murano protagonizan las creaciones de Calea, elaboradas en un taller de Hervás (Cáceres), y al preguntar por la colorida vajilla que también está expuesta, Miguel Ángel nos vuelve a explicar: “es alfararería tradicional pintada a mano, el taller se encuentra en Sevilla”.

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De vuelta a Salamanca, ponemos a buscar al librero algo sobre su ciudad. Saca Historia de Salamanca, de 1887. Lo firma el cronista Manuel Villar y Macías, que se suicidó tirándose al río Tormes, según cuentan “porque alguien le refutó un dato”. El volumen fue impreso en la plaza del Corrillo donde un siglo después Miguel Ángel sacaba los libros a la calle.

‘LA NAVE’ - Compañía, 14. Tel: 923.62.29.59

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