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Joyería tradicional de Santiago de Compostela: azabache y filigrana en plata

Una joya prehistórica y mágica

19/11/2024 –

Actualizado: 10/11/2022

Fotografía: Adrián Baúlde

Dos elementos caracterizan a la joyería tradicional de Santiago de Compostela: por un lado la filigrana en plata y, por otro, el azabache. Recorremos algunas de las orfebrerías más representativas de la ciudad compostelana para aprender sobre este hermoso material que, además, tienen su lado misterioso.
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1. ‘Susi Gesto’: joyas con historia, pasión e identidad

“El azabache regalado da buena suerte y protege contra las meigas”, comenta Susi Gesto en su tienda-taller repleta de joyas maravillosas y recuerdos familiares. Susi pertenece a la tercera generación de orfebres. Por sus venas corre la genialidad, el saber hacer y la paciencia de los artesanos y artistas. “Aquí tengo el árbol familiar”, nos explica mientras señala varias fotos antiguas colgadas de las paredes. “Mi padre era un apasionado, un creador, entonces la pasión que él tenía logró trasladarla a sus cuatro hijos. Cuando salíamos del colegio hacíamos los deberes en su taller, por lo tanto, la herramienta la tenemos interiorizada, sobre todo su sonido. Creo que cuando te crías en un taller lo llevas en el alma”.

Susi Gesto

Susi Gesto es uno de los rostros más reconocidos en este oficio en la ciudad.

Durante mucho tiempo Susi no quiso saber nada del negocio familiar, pero no se desvinculó totalmente del mundo de la joyería, ya que estuvo trabajando en un negocio del sector. “Cuando mi padre falleció empecé a recoger sus utensilios y, cuando me di cuenta, tenía la habitación llena. Fue algo natural, para nada algo premeditado. Cogí de tal manera el oficio que se convirtió en mi vida. Hace diez años monté aquí mi taller y tenía muy claro que iba a utilizar sus herramientas y trabajar bajo su filosofía, basada en la artesanía pura y dura, ni microfusión ni moldes”.

Susi Gesto

Y, atención, porque aunque se pueda creer que el azabache es una piedra, no es así. El azabache es una madera fosilizada con millones y millones de años de antigüedad, de la época del Jurásico, por eso es tan compacto. “Manipular el azabache es como trabajar la madera, pero más cristalizada, entonces es frágil y duro al mismo tiempo”, reconoce Susi. Y aunque se ha convertido en un símbolo de Santiago gracias al famoso Camino, hay que decir que en Santiago no hay minas de azabache.

Susi Gesto

El mejor azabache del mundo procede de minas asturianas e inglesas -concretamente de Whitby-. Con el cierre de las minas astures el problema se agrava y los orfebres tienen que tirar de lo que tenían acumulado -Susi todavía utiliza el que tenía su padre guardado- o buscar alternativas procedentes de otros lugares como, por ejemplo, Turquía. “Pero no es igual el azabache asturiano que el turco -asegura Susi-. El turco no viene del Jurásic, por lo que no es tan compacto y no tiene tanto brillo. El tacto también es diferente e incluso, cuando lo trabajas, el olor que desprende es mucho menos orgánico que el asturiano”. Susi nos recomienda ver el documental Cuadernos de Asturias (parte 1 y parte 2) para que se reconozca la labor de los mineros asturianos.

Susi Gesto

Tan importante como el azabache para los orfebres compostelanos, es la filigrana de plata. Las piezas de Susi se salen de lo convencional gracias a que, además de plata, utiliza cobre. “Me siento más cómoda con esta combinación -asegura la joyera-. Solo la plata y el azabache me parece demasiado tradicional y no voy en contra de ello, al contrario, pero el que tenga diversidad de metales tiene ese toque entre lo viejo y lo nuevo que me encanta. Y luego el rollo de la ostentación. Por ejemplo, para mí una joya no es algo para ostentar, es otro rollo. Una joya es otra historia”.

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Ahí entra en juego su forma de trabajar. Al hacerse todas las etapas de la joya a mano, Susi no suele tener stock, por lo que funciona principalmente por encargo. “El hacer alambre de plata supone estar trabajando un día entero sólo para eso. Luego, hacer una composición de filigrana tiene tela. Como decía mi padre, este proceso es como pintar sobre lienzo de metal, porque vas colocando todas las mini piezas sobre la chapa para hacer el dibujo. Cuando tienes todo colocado y soldado, tienes que recortar todas las piezas del interior y eso se hace con una segueta… ¡De las de marquetería! ¿A que no lo parece? Imagínate la filigrana, toda soldada, con las bolitas, el acabado… y todos estos huequecitos de aquí se recortan con la segueta y luego se le da movimiento a la pieza, porque si es plana, como decía mi padre, la pieza está muerta”.

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Para Susi lo más importante es el entusiasmo con el que se hacen las cosas. “Me niego a repetir piezas, porque no tengo una máquina detrás que me lo vaya haciendo de serie, y siempre que alguien quiere algo se lo hago parecido, pero jamás exactamente igual. Y feliz como una perdiz”.

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Es importante destacar la revisión que Susi hace del sapo gallego. El sapo es una característica pieza del traje tradicional de Galicia, que está realizado en filigrana de plata y azabache que se lleva como colgante, pendientes o broche. “¿Por qué se le llama sapo? porque esta misma pieza en Portugal se le llama lasa y en Salamanca se le llama aderezo”. El origen del término, según el antropólogo Rafael Quintía, podría proceder de la abreviatura de sapoconcho, palabra del gallego para denominar al galápago -su forma recuerda a los caparazones de tortuga- y evoca la relación que existía en la antigüedad entre colgantes profilácticos y ciertos venenos de sapos para evitar algunos males.

Susi Gesto

Los sapos de Susi muestran su evolución y reivindican también una joyería popular digna de lucir fuera de una muñeira. “Empecé a hacer sapos introduciendo en ellos una aleación de cobre y además, si el sapo tradicional mide ocho centímetros, yo lo hice de 15”. Sus estudios sobre el sapo gallego han sido protagonistas en desfiles de moda e, incluso, en Fitur, y no los vende por nada del mundo.

‘SUSI GESTO’ - Praza da Algalia de Abaixo, 9. Santiago de Compostela. Tel. 881 25 51 13.

2. ‘Ámboa’: mano a mano con artesanos locales

Los escaparates de ‘Ámboa’ atrapan las miradas de muchos turistas que acuden a la capital gallega. Sus vitrinas están plagadas de joyas de todos los tamaños y formas realizadas en plata y azabache. “Hay muchos turistas que nunca han oido hablar del azabache y, cuando ven el escaparate con tanto negro, les llama mucho la atención y suelen entrar y preguntar ¿qué es esto?, así que se lo explicamos”, aseguran.

Ambóa

Otros visitantes ya vienen con los deberes hechos y conocen a pies juntillas la importancia del azabache en tierras compostelanas, mientras que para el resto, son los guías los que suelen ponerles al tanto de los posibles souvenirs para llevarse a casa y, entre ellos, las joyas de plata y azabache. “La figa y la concha de vieira también hay que tenerlas, porque la gente quiere llevar algo representativo. Pero, dentro de su tradición es un souvenir diferente, es una pieza que está hecha aquí, en la ciudad” y, además, llena de simbología.

Ambóa

El caparazón del molusco bivalvo representa a todos aquellos peregrinos que han visitado la tumba del apóstol y la figa -también llamada higa-, es un amuleto protector contra murmuraciones y maleficios. La figa tiene forma de mano cerrada con el dedo pulgar entre el índice y el corazón, muy popular en España desde el siglo XVI.

Ambóa

Aunque en ‘Ámboa’ también hay espacio para la joyería de autor y cuentan con los trabajos de importantes orfebres de la zona, como Orfega Compostela, que fusiona la plata con pigmentos naturales; Fink Orfebres, que le da a la plata y al azabache un aire más contemporáneo, o artistas como Rosa Méndez y Juana Fernández, que hacen joyas con cristal y papel maché respectivamente.

‘ÁMBOA’ - Rúa Nova, 44; Rúa da Acibechería, 33. Santiago de Compostela. Tel. 981 58 33 59.

Ambóa

3. ‘Maeloc’: joyas para todos los gustos y bolsillos

En el corazón de Santiago, a escasos metros de la emblemática Plaza del Obradoiro, se encuentra esta joyería, bien surtida con piezas de diversos estilos. “Tenemos modelos para todos los gustos”, dicen desde el gran espacio, plagado de vitrinas donde reposan aquí y allá pendientes, pulseras, colgantes, anillos… En definitiva, un sinfín de piezas elaboradas en plata y azabache. “Contamos con una línea más clásica, en la que entra en juego la filigrana, pero hay otros modelos más vanguardistas”.

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Para nutrirse de tanta variedad trabajan mano a mano con Ourives de Compostela, una asociación de orfebres compostelanos que mezcla historia y cultura, junto a innovación y vanguardia. Estos artesanos pocas veces echan mano del ordenador porque siguen utilizando las técnicas tradicionales de los antiguos gremios de plateros y azabacheros de Santiago. Son depositarios de un antiquísimo saber que se remonta a los tiempos fundacionales de la ciudad y, en la actualidad, conservan y transmiten las antiguas técnicas que fueron pasando de padres a hijos a lo largo de los siglos.

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En ‘Maeloc’ se pueden encontrar joyas entre los seis hasta los 300 euros, desde piezas más funcionales y minimalistas, para el día a día, hasta grandes y contundentes joyas perfectas para llevar en una alfombra roja. “Y no sólo hay mezcla de plata y azabache, también hay modelos en los que se incluye coral, dando un resultado espectacular”, nos aseguran en la joyería.

Maeloc

También nos cuentan en ‘Maeloc’ que son pocos los turistas que llegan conociendo la tradición joyera compostelana, pero, aún así, no dudan en llevarse un souvenir significativo como la Cruz de Santiago, la concha de vieira o la protectora figa.

‘MAELOC’ - Rúa do Franco, 1. Santiago de Compostela. Tel. 981 58 41 74.

Maeloc

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