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No solo las calles de las ciudades se cubren de cera, pasos y cofrades, también las autopistas y rutas de toda la geografía reciben miles de coches con familias y amigos ávidos de disfrutar unos días alejados de obligaciones. Y la música, fiel compañera de ruta, vuelve a ocupar un lugar preponderante.
Así que vamos a proponer viejas y nuevas canciones rock que sean capaces de casar los dos conceptos entre guitarras eléctricas. Y no hablamos de gospel o country cristiano. Solo pop y rock. O casi.
La incorregible voz del gran Tom Waits y su habitual máquina de huesos siempre han sido capaces de crear ambientes entre la hipnosis, la intriga y el desasosiego. Y muchas, muchas veces ha tocado unos temas bíblicos que le vienen de maravilla a su música. Himnos espectrales que por sí mismos parecen incorporar un espíritu procesional.
A pesar de que todos identificamos este antiguo himno cristiano con Cat Stevens, antes de convertirse al islam y pasar a llamarse Yusuf, lo cierto es que es una vieja canción gaélica con letra de la escritora Eleanor Farjeon. Eso sí, la versión que incluyó Stevens en Teaser and the firecat se convirtió en todo un éxito lleno de pop, optimismo y olor a primavera, ya sea física o espiritual.
Pocos desconocerán el musical Jesucristo Superstar creado por Andrew Lloyd Weber, que en su versión española tuvo a Camilo Sesto como cantante principal. Pero seguro que es menos sabido que antes de convertirse en un musical interpretado en teatros de medio mundo, fue un disco de rock conceptual que contaba para dar vida a Jesús con nada más y nada menos que Ian Gillan, mítica voz de los míticos Deep Purple. El hard-rock siempre fue sensible.
Esta canción de reafirmación en una creencia nació como un clásico gospel firmado por The Art Reynolds Singers, pero alcanzó fama en las numerosas versiones que de ella se hicieron. The Byrds la incluyeron en su Ballad of Easy Rider,pero sin duda fueron The Doobie Brothers los que más partido de ella sacaron, editándola como single de su segundo y recordadísimo disco Toulouse Street.
Uno de los mejores cantautores que actualmente ofrece la independencia pop, el americano Sufjan Stevens demuestra su excelencia siempre que de lo que se trate sean melodías perfectas llenas de sentimientos. En esta preciosa canción incluida en su disco de 2004 Seven Swans habla de los sacrificios del amor a través de un Jesucristo al que ha cantado en más de una ocasión.
Ya sin la presencia del inquieto John Cale, Lou Reed llevó a The Velvet Underground en su tercer y homónimo disco hacia terrenos que parecían resultar más contemplativos. E incluso crea una especie de trilogía interna iniciada por esta Jesus en la que implora ayuda para encontrarse a sí mismo y que llegó a versionar acompañado por la banda de gospel The Blind Boys of Alabama.
Uno de los milagros más conocidos de Jesucristo le sirve como pretexto a Gordon Gano para descerrajar una de sus típicas tonadas de los inicios de Violent Femmes, concretamente para su segundo álbum, Hallowed Ground. Y siempre quedará la discusión sobre si tiene un origen sarcástico o es una simple muestra de la fe, real, de Gano.
Una vez más, Bruce Springsteen utiliza figuras bíblicas, en este caso la del propio Jesucristo camino del calvario, para reflexionar no solo sobre la figura religiosa, sino sobre las relaciones humanas entre padres e hijos, un tema que ha sido nexo transversal a lo largo de su carrera. Y lo hace con estos bellos sonidos de raíz gospel que incluyera en su Devils & Dust de 2005.
Year of the cat le hizo mundialmente famoso a mediados de los años 70, pero Al Stewart ya había comenzado una ascendente carrera como cantautor casi diez años antes. En su tercera obra, Zero She Flies, con la que inauguraba la década de los 70, incluía esta denuncia sobre el comercio que rodeaba algunas catedrales, estableciendo paralelismos con los mercaderes del templo expulsados por Jesús y su sufrimiento en el huerto de Getsemaní.
No vamos a negar que la propia historia de Jesús, más allá de la religión a la que dio origen, dispone de elementos épicos indudables. Así que tampoco sorprende que un grupo como Queen, que siempre ha llevado la épica en su ADN, le dedicara una canción al mismísimo Jesús de Nazaret. Jesus, firmada por Freddie Mercury, aparecía en su homónimo disco de debut.
Hablar de Pescado Rabioso es hablar del desaparecido Luis Alberto Spinetta, uno de los mitos del rock argentino. Y los argentinos, que siempre han sabido tratar temáticas complejas a ritmo de rock de manera similar a los anglosajones, son capaces de trasladar el desasosiego de la muerte de Jesús con riffs llenos de blues. Bueno, al menos Spinetta lo consiguió.
Los barbudos más famosos de la historia del rock también son capaces de conducir las cadencias del blues eléctrico hacia terrenos espirituales, haciendo peregrinar a Jesús desde los vientos de Chicago hasta las humedades de Nueva Orleans, en un recorrido que parece ceñirse al famoso cinturón bíblico norteamericano.
Wayne Coyne y compañía siempre se han mostrado dispuestos a no ocultar ninguna de sus frustraciones, obsesiones o creencias, y más si estas añadían gotas de ácido a sus sonidos entre la psicodelia, lo alternativo o lo experimental. Así que su cuarto disco, In a Priest Driven Ambulance, fue dedicado íntegramente a su fijación por temas religiosos, abriéndolo con esta letanía de invocación a Cristo.
Manassas, además de un grupo formado por una rutilante constelación de estrellas del mejor country-folk-rock, es realmente una extensión de la personalidad individual de Stephen Stills (Crosby, Stills, Nash & Young, Buffalo Springfield,...). Y este siempre ha sido capaz de crear maravillas armónicas como esta delicia que desborda tanto amor como reza el título.
Muchos conocerán esta canción, un clásico del cambio de década de los años 60 a los 70 del siglo pasado, pero no tantos a su autor y cantante, un Norman Greenbaum que quedó como uno de esos perfectos ejemplos de one-hit wonder, o flores de un día. Y el caso es que este canto espiritual y de amor por Jesús siempre ha resultado altamente adictivo.
La banda inglesa, por el contrario, está muy lejos de la figura del único éxito, y este Jesús personal que buscan entre ritmos mecánicos es una de sus canciones más celebradas. Cierto que no hablan estrictamente del Jesús cristiano, pero su búsqueda de alguien que sea depositario de nuestros anhelos y oraciones establece paralelismos con su figura.
En contraposición al rock argentino anteriormente comentado, el español no ha sido muy ducho en tratar algunos temas que, en ocasiones, pueden ser considerados cuando menos escabrosos. Pero los años 80 rompieron moldes, como lo hicieron la banda del pegamoide Eduardo Benavente, paseando por el lado más místico y oscuro de la religión. Crudeza áspera para la Semana Santa.
Aunque sea por el bombazo que supuso su conversión al cristianismo a finales de los años 70, Dylan debería aparecer siempre en cualquier lista que se precie, y tiene temáticas y canciones para ello de sobra. Como esta maravilla incluida en Shot of love, un canto de fe que sin embargo es capaz de enamorar más allá de su mensaje.
Aunque se ha tratado de evitar conscientemente la presencia de gospel canónico en esta lista, algo tenía que aparecer por méritos espirituales propios. Pero lo hacemos con voces de hoy para una música eterna. Tres voces negras como tres truenos cantando alabanzas a Dios desde la factoría de Daptone Records, auténticos depositarios de la mejor música negra de la actualidad.
Y ponemos punto y final con una locura que hubiera podido ser calificada de imposible tras su primer destello. Pero ahí está de nuevo el rock argentino, de la mano de Vox Dei en este caso, para demostrar que no hay barreras si hay talento. Y lo que hicieron es un disco conceptual, –era 1971–, basado en textos y escrituras de la Biblia. Del mismo nombre que el libro base del cristianismo, la obra de Vox Dei es considerada una pieza maestra del rock.