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Aunque la imagen más habitual de Mallorca es la de sus preciosas playas de arena blanca, durante siglos la auténtica isla estaba en el interior, de espaldas al mar, con pueblos defendidos por murallas y castillos, calles sombrías, iglesias y palacios nobiliarios. En esta ruta saborearemos los embutidos mallorquines –botifarrós y camaiots– obtenidos en la matanza del cerdo y cocidos en grandes calderas de leña.
El itinerario por el interior de Mallorca comienza en Sant Joan. Su parroquia del siglo XII y el santuario de la Mare de Déu de la Consolació, de los tiempos de la Reconquista, son dos de las joyas arquitectónicas religiosas más destacas de la localidad. Antes de seguir camino a Sineu nos detendremos en Petra. Allí nació fray Junípero Serra, franciscano fundador de las grandes misiones en México y California que, al crecer, se convertirían en las ciudades de San Diego, Los Ángeles y San Francisco.
En la visita merece la pena que visitamos su modesta casa natal y en el museo dedicado a su vida y obra (Barraca Alta, 15; 971 561 028), sin obviar el casco antiguo del pueblo, bien de interés cultural. Muy cerca está el monasterio de Sant Bernat, que luce paneles de mayólica (cerámica decorada con esmalte), regalo de los californianos en agradecimiento a Junípero. Desde allí, siguiendo un camino asfaltado podemos llegar a pie a la ermita de Bonany (pasaje Puig de Bonany; 971 826 568), santuario conocido como la Catedral de las Montañas, y disfrutar del paisaje almorzando bajo los pinos.
En Inca destaca su cocina popular, que podemos degustar en los llamados cellers, un tipo de bodegas locales habilitadas como restaurantes
Siguiendo la carretera tenemos Sineu. Este encantador pueblo agrícola fue capital de Mallorca y mantiene edificios señoriales como el palacio de Jaime II y la iglesia gótica de Nostre Senyora dels Angels. Además, es buen momento para hacer una parada en cualquiera de los restaurantes de la cercana Sa Plaça y degustar el delicioso botifarró. Si nuestra visita a la localidad es en miércoles no debemos dejar pasar la oportunidad de pasear por el mercado. Instaurado por Jaime II, en el año 1306, es el único de Mallorca que vende animales vivos. También aquí tiene lugar, el segundo domingo de diciembre, la Muestra Artesanal de las Matanzas, una buena oportunidad para llevarse a casa algunos productos típicos como botifarróns, camaiots y sobrasadas.
La ruta por el interior de Mallorca nos conduce ahora hasta Inca. En ella destaca su iglesia de Santa María la Major (plaza Orient, 36; 971 500 147), que conserva los retablos renacentistas del Nom de Jesús y de Sant Pere, pero sin duda es su cocina popular uno de los mayores atractivos, especialmente los llamados cellers, un tipo de bodegas locales que han sido habilitadas como restaurantes. En dirección a la costa alcanzamos Alcúdia. Fundada en el siglo XIV, ostenta el título de ser una de las ciudades fortificadas más bellas de la isla y está situada estratégicamente en un enclave privilegiado entre las bahías de Pollença y Alcúdia. Cuando recorremos su centro urbano es de visita obligada la iglesia de Sant Jaume, del siglo XV, y al oratorio de Santa Ana, del XIII, uno de los más antiguos de Mallorca. Si vamos con niños puede ser una buena idea acercarnos hasta el vecino Port d'Alcúdia, que tiene una tranquila playa perfecta para darse un baño.
Muy cerca está el Parque Natural de S’Albufera, un humedal por el que podemos pasear y en el que, prestando un poco de atención, se pueden llegar a observar garzas reales y halcones. Bordeando la costa, la ruta alcanza su punto final en Can Picafort, otro centro turístico conocido por sus excavaciones arqueológicas. Aunque es su amplio paseo marítimo la mejor atracción para sentir el embat, una brisa costera que ayuda a soportar las temperaturas del verano y que es capaz de resucitar a los más acalorados.
El botifarró se elabora con la carne, la panceta, los riñones, el corazón y el bazo del cerdo, aliñados con especias perfumadas e introducidos en la tripa más delgada del animal. Para comenzar, picamos la carne y las vísceras. A continuación se vacía el intestino delgado con ayuda de agua caliente, se le da la vuelta y se vuelve a introducir en agua caliente, esta vez con vinagre y limón. Se añade al picado, la sal, la pimienta, la canela y especias variadas. Llegado este punto, se puede echar un poco de sangre y mezclarlo todo bien para llenar las tripas, que son atadas cada doce centímetros.
Cada botifarró se pincha con una aguja en cuatro o cinco puntos y se mete en un caldero con agua hirviendo durante media hora a fuego lento y se va removiendo. Por último, se sacan, se dejan enfriar y ya están listos para comer. Este plato tiene una composición proteica importante en cantidad y calidad. Tomar botifarró significa darle a nuestro cuerpo minerales como el hierro, el fósforo y el sodio, y vitaminas A y del grupo B. Todos los ingredientes que componen este plato son de origen animal, por lo que para mejorar una dieta variada se recomienda comerlo combinado con alimentos de origen vegetal y complementarlo con pan o patatas, alimentos ricos en hidratos de carbono.
En Campanet hay numerosas cavidades de piedra caliza que hace cientos de años fueron utilizadas como guarida por contrabandistas, santuarios religiosos o refugio frente a los piratas. Su visita, de unos 40 minutos de duración, recorre diferentes galerías y salas, algunas de las cuales presentan pequeñas lagunas, permitiendo que el sonido del agua se cuele entre las estalagmitas.
Sineu fue capital de Mallorca durante mucho tiempo y es un buen ejemplo de cómo era la isla en tiempos remotos: un lugar de interior, alejado de la costa, con poblaciones fortificadas y edificios nobiliarios como el palacio de los Reyes de Mallorca, donde antiguamente había una edificación islámica y en la actualidad reside una comunidad de monjas concepcionistas
En Sant Joan se celebra cada mes de octubre la temporada de matanza con la Fiesta del Botifarró. Estos días se degustan longaniza, panceta, lomo y, sobre todo, botifarróns. La fiesta fue creada por la peña motorista local, convirtiéndose en una cita para los amantes de las motos y los coches, que mezclan el sonido de los motores con el aroma de los embutidos.
A las espaldas del parque natural de S’Albufera y junto a una de las playas más bonitas de Mallorca, se encuentra ubicado el Hotel Parc Natural (crta. Alcudia - Artá s/n, Playa de Muro; 971 89 20 17). Su zona de piscinas, jardín y spa son sólo tres de los atractivos que prometen convertir nuestra estancia en unas vacaciones épicas. Situado en Manacor, el Hotel la Reserva de Rotana (camí de Bendris km.3; 971 845 685) cuenta con una finca de 200 hectáreas de jardines y verdes campos.