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Pixín de Asturias

Con aires costeros

Actualizado: 24/11/2015

La comarca del Bajo Nalón, paso tradicional entre la costa central y el occidente astur, es una región dominada por las playas, la cultura y la gastronomía con sabor a pesca de bajura, pequeñas delicias que adquieren otra dimensión al degustarlas entre amigos en localidades como Avilés o Pravia. El pixín en Caldereta es un ejemplo de la evolución de la cocina marinera y de cómo se saca provecho de la escasez, pues hasta sus espinas sirven para elaborar suculentas sopas.
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La ruta

Para realizar este itinerario por la costa asturiana, de verdes prados y acantilados de vértigo, comenzaremos en el primer puerto comercial del Principado, Avilés. Punto de encuentro de los peregrinos que recorren los caminos del norte rumbo a Santiago, la localidad combina el encanto histórico con edificios más modernos y vanguardistas. Su plaza de España, El Parche, es el corazón del ensanche. Proyectado en el siglo XVII, aquí se alzan el Ayuntamiento, la casa de García Pumarino y el palacio del Marqués de Ferrera. Y frente a ellos, la calle de la Ferrería, que con la de la Fruta y la del Sol compone el Avilés medieval.

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Muy cerca queda la casa gótica de Valdecarzana y a dos pasos, el edificio más antiguo de Avilés, la iglesia románica de los Padres Franciscanos (Los Alfolies 1; 985 561 879) que, junto al palacio de Camposagrado, es el ejemplo más notable del barroco asturiano. Frente al parque del Muelle, cruzando la ría por una moderna pasarela, está el Centro Cultural Niemeyer (avda. del Zinc, s/n; 984 835 031). Su puerto es un trajín constante de grandes barcos que transportan mercancías y modestas barcas de pescadores; la plaza del Mercado se llena los lunes con un concurrido mercadillo y es habitual irse de pinchos al barrio marinero de Sabugo.

A Cudillero llegan cada año miles de miles de turistas seducidos por sus casas de colores y su cercanía a la montaña

Desviándonos de la carretera principal, llegamos a uno de los centros de veraneo oficiales de los ovetenses: Salinas. En los alrededores de esta localidad se pueden visitar el puerto de Santa María del Mar, la isla de Deva y la playa de Bayas, excelente mirador ornitológico. Soto del Barco, el siguiente destino del itinerario, es también un hito del Camino de Santiago costero. Aquí, según las crónicas medievales, los peregrinos recelaban de los barqueros por sus cobros abusivos y por la sospecha de que a veces propiciaban el naufragio para hacerse con el botín del viajero.

Más adelante, llegamos a San Juan de La Arena, cuyos pescadores viven de la captura de angulas de la ría. De ahí que el primer fin de semana de marzo celebren el Festival Gastronómico de la Angula. Rodeando la tranquila ría de Pravia tenemos la localidad de San Esteban de Pravia. Su puerto alcanzó bastante importancia como salida de las cuencas del Bajo Nalón y hoy está declarado conjunto de interés histórico-industrial.

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Tras sólo 11 kilómetros nos separan de Pravia, capital del reino de Asturias en el siglo VIII. De aquellos años de esplendor aún se mantiene en pie la iglesia prerrománica de San Juan. Junto al templo, en la casa rectoral, está el Museo Prerrománico de Santianes (616 446 465: www.pravia.es), y muy cerca de él, el Rincón de las Aves, con más de doscientas especies. En el centro visitamos el palacio de Moutas, reconvertido en restaurante y adosado a la iglesia de Santa María la Mayor. Desde aquí partimos hacia Muros del Nalón, cuyo palacio de Valdecarzana y Vallhermoso tiene una preciosa portada plateresca y que, junto a San Esteban de Pravia, acoge las Jornadas del Pixín. Vinculadas a la Semana Santa, durante esos días una serie de restaurantes elaboran menús con entrantes, seguidas de un plato de este pescado en sus distintas variedades. Algunos bares de ambas localidades se suman a la fiesta con propuestas de tapas.

Para despedirnos de esta zona conducimos hasta Cudillero. Su pintoresco puerto atrae cada año a miles de turistas seducidos por sus casas de colores y su cercanía a la montaña. Recorrer sus miradores, pasear por los jardines del palacio de los Selgas y comer en las tabernas junto al mar son tres buenos planes para disfrutar de esta villa y para poner el broche de oro gastronómico a nuestra ruta por el litoral asturiano.

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El sabor

Una de las formas más populares de cocinar el pixín (rape) es la Caldereta. Para cocinarlo, primero se le quita la piel y la espina a la cola del pixín. Después se trocea, se pasa por harina, se fríe y se reserva. A continuación, se fríen unos langostinos y se reservan también. Picamos muy fino una cebolla y troceamos unos tomates, poniéndolo a dorar todo junto en una olla y removiéndolo hasta que quede una salsa uniforme. A la salsa se incorpora el pixín, vino blanco y el fumet de gambas. Se tapa y se deja cocer unos diez minutos. Mientras, se hace una picada de almendras, ajo y perejil. Se incorporan la picada, los langostinos y unas almejas limpias a la olla en la que tenemos la salsa y se deja cocer hasta que estas últimas se abran. Se emplata y ya está listo para degustar.

El pescado poco graso y el marisco son los principales ingredientes de este plato y hacen que esta receta tenga un bajo contenido energético y aporte a la dieta proteínas de alto valor biológico (de buena calidad), vitaminas del grupo B (niacina) y minerales como selenio, fósforo, potasio y magnesio, sin apenas colesterol. Por otra parte, las almendras son ricas en grasa y en proteína y contienen fibra, calcio, potasio, fósforo, zinc y ácido fólico.

Más información

Productos de la zona

El Praviano es uno de los nuevos dulces que causan furor en Pravia. Este dulce, elaborado con productos de la zona, está hecho con pasta brisa y relleno de avellana tostada molida, compota de manzana en azúcar, huevos y varios gajos de manzana y avellanas para decorar. Muy típicas de la zona son también las Boroniñas o las Piedras de Chocolate del rey Siola.

Tesoro oculto

El museo de anclas Phillippe Cousteau es una atalaya en plena península de La Peñona. Creado como monumento al aire libre, además de las anclas el museo cuenta con el Templo de los Océanos y el busto de Phillipe Cousteau, director de cine documental especializado en cintas de naturaleza e hijo del famoso oceanógrafo, Jacques Cousteau.

Visita obligada

Desde la construcción del Centro Niemeyer, Avilés se ha convertido en epicentro de la cultura en el Principado. La música, el cine, el teatro, la danza, las exposiciones, la literatura o la gastronomía tienen las puertas abiertas en esta localidad, que se ha propuesto alzarse como un faro de la cultura en Iberoamérica y un puente entre todas sus orillas.

Alojamiento

El señorial Hotel Palacio de Ferrera (plaza de España, 9) ofrece un acceso directo a los Jardines Franceses de Ferrera, un parque público de 81.000 hectáreas que convierten este alojamiento en uno de los espacios ajardinados más impresionantes de Avilés. La Casona del Busto (plaza del Rey Don Silo, 1) es un espectacular caserío centenario con enoteca, lounge y un restaurante especializado en la mesa asturiana que nos servirá para profundizar en la gastronomía del litoral.