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Rabas de tierra

El fruto de la huerta norteña

Actualizado: 15/03/2016

Las Siete Villas marineras de Trasmiera ofrecen un sinfín de atractivos naturales en los que las playas, las marismas y los campos verdes están siempre presentes. Entre parques naturales y localidades presididas por señoriales iglesias destaca el olor del salitre, responsable del característico sabor dulzón del pimiento de Isla, uno de los suculentos platos que ofrece la huerta cántabra y que puede llegar a competir con los frutos de mar más cotizados.
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La ruta

Situada entre las bahías de Santoña y Santander está la antigua merindad de Trasmiera. En ella se cultiva desde hace siglos una de las delicias de la huerta norteña, el pimiento de Isla. El característico clima marcado por el Cantábrico proporciona una dulzura y un sabor extraordinario a esta hortaliza. Precisamente su punto dulce y su grosor lo convierten en un pimiento ideal para tomarlo emulando a las rabas de calamar, es decir, cortado en tiras que después se rebozan en harina y se fríen. En esta ruta será habitual encontrarnos campos donde se cultiva el pimiento, especialmente en la localidad que abre el itinerario y que lleva su nombre: Isla.

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Situada en una verde península rodeada por las rías de Ajo y de Quejo, la localidad pertenece al municipio de Arnuero. Su casco antiguo invita a ser paseado con calma, disfrutando de los detalles de las casas y las tiendas locales que se abren en el camino. En el conjunto destacan las torres medievales de El Rebollar y Cabrahigo y, especialmente, la iglesia de San Julián y Santa Basilisa.

El templo se levantó en el siglo XVI y fue reformado dos siglos después por mandato de uno de los hijos ilustres del pueblo: Juan Fernández de Isla, arzobispo de Burgos. Su interior está presidido por un majestuoso altar mayor barroco en madera policromada del siglo XVII y, en el exterior, la torre campanario de tres cuerpos es un buen ejemplo del estilo vistoso de las torres de Trasmiera. A su sombra se encuentra un antiguo hospital de peregrinos compostelanos, puesto que por aquí discurre el Camino de la Costa a la capital gallega. Muy cerca se erige, tras gruesos muros, la casa-palacio de los condes de Isla, un magnífico edificio del siglo XVII que, al ser una propiedad privada, no se puede visitar por dentro, pero cuyo imponente exterior merece la pena ser contemplado.

Nuestra ruta continúa tomando la carretera hasta las playas de Isla, entre las que destaca la del Sable. Aquí se pierde un poco el encanto, puesto que es la zona más turística de la localidad, pero a cambio hay toda una serie de establecimientos hoteleros y restaurantes que se levantan frente al paisaje que ofrece la desembocadura de la ría de Quejo. Desde Isla, por la carretera que vertebra el término municipal, desembocamos en Arnuero, donde entre terrenos de pasto y casas dispersas está la iglesia de la Asunción, que ofrece un bello retablo renacentista.

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Las marismas de Joyel, a los pies del monte Cincho, reciben cada año la visita de miles de aves migratorias que proceden del norte y centro de Europa

En los alrededores de Arnuero se encuentran las instalaciones del Ecoparque de Trasmiera, un museo a cielo abierto que permite disfrutar del ecosistema y aprender al mismo tiempo algunas curiosidades. Para empezar a recorrer el parque tomaremos el sendero que hay junto a la ermita de los Mártires para alcanzar el molino de Castellanos, que perteneció a los condes de Isla. Siguiendo hacia el este, los escarpados acantilados de Gracedo forman un reducto natural sólo expuesto al envite del oleaje. Allí, en la Punta Cueva Colina, podemos hacer una parada para disfrutar del entorno y entrar en contacto con la fauna de la zona en el observatorio de aves migratorias y cetáceos. Cerca se encuentran las marismas de Joyel, situadas a los pies del cercano monte Cincho que, como principal humedal de la cornisa cantábrica, cada año recibe la visita de miles de aves migratorias que proceden del norte y centro de Europa.

Muy cerca también está el molino de mareas de Santa Olaja, ahora rehabilitado. La reconstrucción ha respetado su estructura original y reproduce instrumentos y objetos originales, permitiendo contemplar la molienda tal y como se hacía en el siglo XVIII. Dentro del Ecoparque también podemos visitar el Observatorio del Arte, un centro de interpretación que gira en torno al papel que jugaron los maestros canteros y los campaneros trasmeranos en la construcción durante la Edad Media de templos y en el fundido de campanas, algunas tan emblemáticas como las que se fabricaron para la catedral de Toledo.

Desde Arnuero, enlazando varias carreteras, llegamos hasta Soano. Esta localidad cuenta con iglesia románica del siglo XII que goza del título de ser una de las más antiguas de Cantabria y en su interior destaca un retablo y una talla dedicada a su patrona, la Virgen de Santa María. Un poco más adelante se llega a Castillo. En sus antiguas escuelas se ha instalado el Observatorio de la Memoria, un centro de interpretación que mantiene vivo el recuerdo social del municipio y del pionero aviador Salvador Hedilla. Escalante pone fin a esta ruta por la tierra del pimiento de Isla. En ella podemos admirar las ruinas del castillo de Montehano, Monumento Nacional, y una de las reliquias románicas de la comarca, la ermita de San Román, una auténtica joya que alberga un importante conjunto escultórico.

El sabor

El dulzor del pimiento de Isla es la característica más destacada de las rabas de tierra, muy sencillas de elaborar y típicas de la cocina cántabra. Para empezar se corta el pimiento en tiras no muy gruesas, retirando las semillas y quitando las hebras. Después, para preparar el rebozado, se mezcla un poco de agua tibia con la harina (para que las rabas tengan un punto más crujiente) y se bate hasta conseguir una mezcla homogénea. Luego se rebozan las tiras de pimiento sazonadas con la mezcla de harina y se fríen en aceite bien caliente. Una vez preparadas, se reduce el exceso de aceite con un papel secante y se sirven. Esta sencilla receta está compuesta principalmente por pimientos verdes, hortaliza de bajo valor calórico que aporta fibra y diferentes vitaminas y minerales a la dieta.

Los pimientos contienen sobre todo agua y carotenos antioxidantes. También son ricos en vitamina C, que se encuentra en los pimientos en mayor cantidad que en los cítricos, potasio, magnesio, fósforo y calcio.

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Más información

Qué comprar

Isla es un pueblo que cuenta con numerosas cetáreas (viveros seminaturales) en los que se reproduce la langosta del cantábrico. Este sabroso marisco se ha convertido en una seña de identidad de la localidad y en un importante motor económico. Podemos comprar algún ejemplar o probarlo en cualquiera de los restaurantes de la ciudad.

Visita obligada

Bajando de Isla hacia Meruelo se encuentra el Museo de La Campana. El recinto es una muestra permanente de campanas, carillones, relojes y algunas esculturas hechas con la técnica de la cera perdida. Toda una colección de piezas originales y reproducciones que recogen la tradición campanera de la región de las Siete Villas.

Fiestas

El 15 de septiembre se celebra el Mercado de la Huerta y del Pimiento de Isla, un encuentro en torno al pimiento de Isla. En paralelo, y durante tres semanas, los restaurantes de la zona realizan la Feria del Pincho y unas Jornadas Gastronómicas de la Huerta en las que se puede degustar un menú a precio cerrado, siendo protagonistas los productos hortícolas y las alubias.

Alojamientos

El Hotel San Román de Escalante está construido sobre una antigua casona del siglo XVII y ubicado en una preciosa finca que termina por convertirlo en un refugio para los amantes del relax y las actividades en la naturaleza. El Hotel Campomar, en Isla, es un alojamiento rural edificado a los pies de la playa de La Arena que ofrece desde sus ventanas las mejores vistas al Cantábrico.