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Planes de invierno en Asturias

5 razones para atreverse con el frío astur

Actualizado: 20/02/2019

Abriguémonos porque hace frío, perdón, porque "fai fríu". Quien diga que los inviernos en Asturias son duros está en lo cierto. Sin embargo, entre esas marejadas, nubarrones y el manto de nieve que sepulta los valles nos aguarda la esencia más salvaje, prestosa y sabrosa del territorio astur.
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Desde la mesa a las cumbres blancas, el olor a salitre y hierba mojada nos guía a través de bosques y acantilados costeros para terminar descubriendo la agenda cultural estimulante de sus ciudades o los orígenes de su brebaje más venerado. El verano es para aficionados, aquí van cinco razones para atreverse con el invierno de Asturias.

1. Tentaciones en blanco

Empecemos poniendo rumbo blanco. Para muchos los planes de nieve son el único consuelo cuando bajan las temperaturas, y de esos Asturias puede presumir de ir bien servida. Entre los picos nevados de la Cordillera Cantábrica encontramos estaciones de esquí, aldeas sacadas de cuento de Navidad, cascadas y lagos helados, bosques solitarios, praderas alpinas e incontables rutas para recorrer.

Asturias en invierno. Ruta con raquetas por el puerto de Tarna.
El guía Alfonso Palazuelo marca la senda a través del bosque.

Si hablamos en clave forfait, en Asturias esquiadores y snowboarders se deleitarán con dos coquetas estaciones invernales: Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno. La primera es la decana de la cordillera, inaugurada en 1954 en el puerto de Pajares en la frontera asturleonesa, a 40 minutos de Oviedo. Cuenta con un dominio esquiable de 30 km, además de circuitos de esquí de fondo y travesía, snow park o zona de trineos. Precio del FF: 28 euros. Más pequeño es el complejo de esquí alpino de Fuentes de Invierno, en el concejo de Aller, con 9 km esquiables, pero con incontables de fuera de pista. Precio del forfait: 26 euros.

Pero si hay una manera de explorar los parajes blancos que nos brinda el territorio astur es cogiendo los bastones y calzándose las raquetas de nieve. En el puerto de Tarna, avanzando por la AS-117 en el concejo de Caso, se abre un abanico de rutas para amantes de la montaña como la que conduce a los picos Remelende (1.888 m), Mongayo (1.849 m), Moneo (1.826 m) o puerto de las Señales (León).

Asturias en invierno. Paseo con raquetas por el puerto de las Señales (León)
Vistas al pasar el puerto de las Señales, en el límite con León.

En el mismo concejo, la senda del Tabayón del Mongayu, que atraviesa un interminable hayedo para terminar en una cascada helada en los días más fríos, es una de las más emblemáticas del Parque Natural de Redes. Recuerda consultar las previsiones meteorológicas y que ir acompañado por un guía es siempre lo más sensato.

2. Un refugio espiritual

Ahora toca mimarnos un poco. Dominadas las cumbres, bajamos el ritmo para alcanzar un aura más zen entre la naturaleza salvaje del Principado. Nuestra búsqueda nos lleva al refugio perfecto para la meditación, el descanso y para empaparnos de cultura asturiana mientras profundizamos en eso que llaman filosofía ayurvédica. En Asturias esto tiene un nombre: 'Tierra del Agua'.

Asturias en invierno. Masaje marma en el refugio 'Tierra del Agua'
Marisol aplica el masaje marma de la terapia ayurvédica.

En la aldea de Caleao (Caso) aparece este complejo ecoturístico dispuesto sobre antiguas cabañas de piedra y madera rehabilitadas. Hemos dormido como reyes en sus apartamentos con vistas al cielo estrellado, nos hemos olvidado de todo sumergidos en la bañera nórdica frente a las montañas y en el spa y hasta nos hemos convertido en gourmets por un día degustando el interminable brunch que corona la propuesta gastronómica del restaurante 'Gotta': una astur-fusión de altura.

Asturias en invierno. Desayuno en los apartamentos 'Tierra del Agua' en Caleao (Caso).
Empezar el día con el brunch del restaurante 'Gotta', donde se hace una cocina astur-fusión.

Es tiempo de despertar nuestro yo más místico y ponernos en manos de Marisol, terapeuta en filosofía ayurvédica. "Esta ciencia india procura la unificación del cuerpo, la mente y el espíritu a través de diferentes prácticas", explica Marisol mientras aplica el masaje marma para estimular los puntos energéticos del cuerpo.

Asturias en invierno. Spa de los apartamentos 'Tierra del Agua' en Caleao (Caso).
Spa de los apartamentos 'Tierra del Agua' en Caleao (Caso).

La terapeuta, que comenzó a instruirse hace muchos años en esta medicina tradicional, transmite sus conocimientos a través de diferentes programas disponibles para los clientes del hotel como las orientaciones del Ayurveda, el workshop detox, clases de yoga o masajes. Cuando llega el buen tiempo algunos tratamientos se desarrollan en medio del entorno idílico que rodea el complejo. ¿Apetece un masaje junto al río? Sí, pero mejor en verano.

3. El salvaje Cantábrico

Nos encanta exagerar al decir que en Asturias el tiempo es terrible, que no deja de llover en todo el invierno, que las marejadas parecen las de la Tormenta Perfecta y que el sol solo se ve por la tele. Pues bien, lo único que hay de verdad en ello es lo de las marejadas, o esas feroces batallas que se libran entre el furioso mar Cantábrico y la costa asturiana los meses de invierno.

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El viento del norte sopla con fuerza, las corrientes se rebelan y lanzan su inagotable oleaje contra los acantilados rebotando entre sus cavidades rocosas con su inconfundible rugido norteño. Cierras los ojos, respiras la humedad, sientes el viento sobre tu cara que te hace sentir más vivo que nunca y hasta parece que puedes saborear el mismísimo Cantábrico.

Asturias en invierno. Prado de la Regalina o la postal asturiana perfecta.
Prado de la Regalina o la postal asturiana perfecta.

Abres los ojos y contemplas la escarpada línea costera de acantilados de cien metros de altura, islotes desmembrados, afilados cabos gobernados por faros y playas salvajes donde los bosques se funden con la arena y los surfistas son los únicos que se atreven a dominar sus olas. ¿Quién se perdería un espectáculo natural semejante?

De los casi trescientos cincuenta kilómetros del litoral asturiano, la mayoría se puede recorrer por sendas señalizadas. En el tramo (35 km) entre Cudillero y Luarca, donde el océano ha esculpido a su antojo el Paisaje Protegido de la Costa Occidental, encontraremos los mejores enclaves para rendir pleitesía al gran Cantábrico. El primero es el Cabo Vidio, cerca de Oviñana, levantado a setenta metros sobre el nivel del mar desde donde se contemplan Galicia y las puestas de sol más codiciadas de la zona.

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La playa del Silencio con sus caprichosos escollos, sus cantos rodados, su aire tropical y silueta de media luna es uno de esos lugares donde querrías desaparecer, como lo es la ermita de la Regalina, en Cadavedo, erigida al borde de una península acantilada secundada por dos hórreos, es decir, una de las estampas más icónicas de Asturias. Antes de terminar en la villa blanca de Luarca, caminaremos por la senda circular (7 km) del Cabo de Busto para verificar que los acantilados de Moher de Irlanda no son para tanto.

4. 'Puxa Asturies'

Lo estabais esperando: "pero ¿cuándo se come aquí?". En Asturias a quien no le guste el frío, ni la nieve, ni la lluvia del invierno tiene los platos de cuchara, que son en esta temporada una religión. Y al que le guste, también.

Estas bombas calóricas a base de legumbres y embutidos caseros están dominadas por la fabada seguida de cerca por el pote (potaje), que son el mejor remedio ante las gélidas y húmedas tardes de invierno en el Principado. Como toda religión que se precie, tiene sus templos. Si hablamos de pote hablamos del restaurante 'Casa Lula' en Tineo, del mítico 'Casa del Obispo' en San Pedro de Paredes (Valdés) o de la contundencia de la 'Nueva Allandesa' en Pola de Allande. Pero vayamos en busca de la fabada perfecta.

Asturias en invierno. Fabada de 'Casa Florida', en Soto de las Regueras
Fabada de 'Casa Florida', en Soto de las Regueras.

Sin olvidarnos del dogma impuesto por 'Casa Gerardo' en Prendes (3 Soles Repsol), de la tradición de 'Casa Chema' en Oviedo o del palmarés del 'Llar de Viri' en Candamo, tenemos que rendirnos ante 'Casa Florinda' en Soto de las Regueras. Begoña Álvarez continúa haciendo una de las fabadas más afamadas de la zona, del mismo modo que lo hacía su abuela: lentamente, en fuego de leña y con los proveedores de productos caseros de hace 57 años, cuando se abrió este restaurante donde no es fácil encontrar mesa. La culpable, precisamente, la fabada y, según Begoña, también el pote.

¡Échame un culín, ho!

Si la fabada es la religión, la sidra es sin duda el caldo sagrado. Pero más allá de que hay que escanciarla, que se toma en culines, que el poso se tira y que nunca, bajo ningún concepto, se debe llamar sidriña, el mundo que rodea a esta bebida ancestral es una incógnita. Para remediarlo visitaremos otro santuario: el llagar de 'Casa Trabanco' a las afueras de Gijón.

Asturias en invierno. Bodega de 'Casa Trabanco' en Gijón.
Túnel de la bodega de 'Casa Trabanco', a las afueras de Gijón.

La marca de sidra más conocida del Principado abre sus puertas a los viajeros deseosos de descubrir su historia, tradición y procesos de elaboración recorriendo las bodegas, el túnel de conservación, el museo familiar, la pomarada (plantación de manzanos) o el llagar para rematar la experiencia sidroturística con un mini curso de escanciado y maridaje de sidra con quesos asturianos. Disponible bajo reserva los viernes, sábados y domingos. Precio: 10 euros. La mayoría no suelen dejar 'Trabanco' sin darse un homenaje en su reconocido restaurante.

CASA TRABANCO - Ctra. de Lavandera, km. 3255. Gijón, Asturias. Tel. 985 13 64 62.

5. 'L´Antroxu'

Si es que en Asturias siempre hay tiempo para folixa (fiesta). Conciertos, óperas, zarzuelas, musicales, teatro, exposiciones... Además del tentador programa cultural del Teatro Campoamor de Oviedo, la Laboral y Teatro Jovellanos de Gijón o el Centro Niemeyer de Avilés, sin duda uno de los eventos más aclamados del calendario astur es el Antroxu o carnaval. Prepara el disfraz y déjate ver por Gijón y Avilés.

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En Gijón, las fiestas d'Antroxu, declaradas de Interés Turístico regional, comienzan el jueves de Comadres (28 de febrero) hasta el martes de Carnaval (5 de marzo). Por las calles gijonesas retumban las charangas, los pasacalles y se llenan de colorido con los concursos de disfraces y los desfiles que finalizan con la lectura del testamento y el entierro de la sardina.

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En el Antroxu de Avilés, el Descenso Internacional y Fluvial de la cuesta de Galiana (2 de marzo) es una cita ineludible en el repertorio festivo avilesino. Esta calle del centro histórico se llena de espuma para recibir a los participantes que desfilan en sus fantasiosas embarcaciones creadas para la ocasión.

En Asturias no hay carnavales sin los menús d'Antroxu, otra excusa gastronómica de los restaurantes de la región, en forma de pote, picadillo de chorizo y frixuelos, para pensar en asturiano antes de planificar nuestra próxima escapada invernal.

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