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Nada volverá a ser lo mismo para una acaudalada sevillana, Lola, cuando descubre que su desaparecido hijo de 17 años está en comisaría. Está acusado de participar en una brutal paliza al formar parte de un grupo de skinheads de extrema derecha. Con este impactante descubrimiento arranca El hijo zurdo, la nueva serie corta de Movistar Plus+ dispuesta a conquistar al espectador con esencia andaluza y realismo.
Dividida en seis episodios de alrededor de 20 minutos, la producción es una adaptación de la novela homónima de Rosario Izquierdo que ha llevado a cabo Rafael Cobos, conocido por ser el guionista habitual del director Alberto Rodríguez (La isla mínima, Modelo 77). Un debut en la dirección que llega con premio bajo el brazo: Mejor Miniserie en el prestigioso festival CANNESERIES.
No puede tener una carta de presentación más atractiva esta producción de Movistar Plus+, en colaboración con Atípica Films, en la que se entrecruzan búsquedas desesperadas, intereses políticos y clases sociales en una misma ciudad: Sevilla. Los escenarios de El hijo zurdo nos dejan ver la capital andaluza en su versión más auténtica y menos de postal, la que realmente viven sus habitantes en su día a día.
“El planteamiento inicial era representar Sevilla pero sin que pareciera la Sevilla conocida. Nos fuimos a zonas que los sevillanos conocemos, pero que igual alguien que viene de fuera no las podría reconocer”, explica Nuria González, jefa de Localizaciones de la serie. Para conseguirlo intentaron evitar los rasgos más asociables a la ciudad, como los característicos amarillos -el color “albero”- y blancos de los edificios o los abundantes naranjos en sus calles.
La otra premisa fundamental para los escenarios de El hijo zurdo, rodada casi íntegramente en la ciudad, era representar con los espacios las diferentes realidades materiales de algunas de las protagonistas: “Queríamos que se marcara bien la diferencia entre personajes que están distanciados económicamente, que pertenecen a clases sociales distintas”, comenta González sobre una desigualdad que se condensa en las dos mujeres y madres de la serie, interpretadas por María León y Tamara Casellas.
La más importante y presente a lo largo de los intensos seis capítulos de la serie es la Sevilla popular, la de sus barrios más alejados del centro. Allí vive y trabaja Maru (Casellas), que pasa a convertirse en un personaje fundamental en la historia. “Lo que me gusta de la serie es que no se ven como lugares degradados o sucios, son simplemente barrios obreros en los que se desarrollan vidas de trabajadores normales”.
Cuando estamos en la realidad diaria de Maru, a la que se acerca también Lola (León), vemos principalmente los barrios de San Pablo (Polígono San Pablo), San Diego y el de la Macarena, tres zonas “con solera” -construidas entre los años 60 y 70- y mucha vida, pero que pueden pasar más desapercibidas para los visitantes ocasionales de la capital hispalense. Uno de los barrios que más se ve es el centro de operaciones de Maru: San Pablo, del que vemos detalles de calles como Eduardo García Maroto, Niño de la Palma o de la Avenida Pedro Romero, especialmente en el capítulo 2 de la serie. No lejos de allí está también el Polígono Carretera Amarilla (PICA), lugar de trabajo de Maru como limpiadora.
En el mismo episodio aparecen varios detalles de la Macarena, otro de los barrios de Sevilla más característicos de la ciudad. Cuando vemos a Lola hablando con unos jóvenes en unos bancos estamos en la Plaza Otelo, mientras que en el viaje en patinete que cierra el capítulo se puede apreciar el Puente Alamillo. A pocos metros está también el Hospital Virgen de la Macarena -y sus alrededores en el capítulo 4-, que abre el capítulo 3, o el Puente de la Barqueta, debajo del cual vemos al personaje de Rodrigo (Alberto Ruano) haciendo running entre grafitis en ese mismo episodio.
Si lo que buscamos es la barriada de San Diego, la encontraremos también en el episodio 2 de El hijo zurdo. Ahí se rodó la escena en plano cenital en la que el personaje de María León se despierta dentro del coche y podemos apreciar un parking. Es una de las localizaciones para este área conocida por el Parque de Miraflores, una de las zonas verdes más amplias de toda Sevilla.
“La zona de Lola está más desdibujada”, específica Nuria González. La residencia y su mundo de urbanizaciones exclusivas están fuera de Sevilla ciudad: las que vemos están realmente en las vecinas Alcalá de Guadaira -en el Real Club Sevilla Golf en concreto- o en Espartinas -Bellasombra House-, donde vemos la bonita casa de la madre de la protagonista.
Aún así, González ubicaría parte del mundo de Lola en el acomodado barrio de Los Remedios. “Es una de las zonas que se hizo para el ensanche de la ciudad, por eso tiene avenidas más anchas y puntos de fuga”, comenta la Jefa de Localizaciones. Aquí se ubica buena parte del primer episodio de la serie, que se abre en el Parque de los Príncipes, el IES Politécnico -reconvertido en comisaría- o el ‘Bar Cofiñal’, además de distintos exteriores en las calles Virgen de la Victoria, Virgen de Luján o el trayecto que va de la Avenida de la República Argentina hasta la calle Joselito el Gallo.
Cruzando el Guadalquivir hacia el centro, podemos encontrarnos los más lustrosos escenarios de El hijo zurdo. Uno de ellos es el restaurante ‘Seis Tapas Bar’, donde quedan a cenar Lola y Maru en el capítulo 3 de la serie. Por supuesto, otro es el ayuntamiento de Sevilla, donde la serie pudo rodar en el mismísimo despacho del alcalde, el balcón y la Sala de Gobierno para la alcaldesa interpretada por Susana Córdoba.
Otras localizaciones de la serie que se ubican por la zona del centro histórico de la ciudad son las calles Duque de Cornejo y San Luis, que aparecen cuando vemos a Rodrigo hablando por teléfono y, finalmente, santiguándose en el capítulo 4, donde se observan claramente distintos detalles del fantástico Conjunto Monumental de San Luis de los Franceses.
Pero hay más localizaciones de Sevilla para completar la serie. Por ejemplo, la de la zona de la EXPO de 1992, presente en el final de [rave] del capítulo 4 -ahí se ve de fondo la maqueta del cohete Ariane 4 (Camino de los Descubrimientos, 17). Otra la vemos en el capítulo 3, cuando se produce una reunión de hermanos en el Centro Comercial Nervión Plaza. Y, como bonus track, la playa de recuerdo que se puede ver en la serie es la de El Palmar, en Cádiz, la única localización rodada fuera de Sevilla, por razones obvias. Así se completa el psicológico universo de contrapuntos de El hijo zurdo, que llega al catálogo de Movistar Plus+ con las expectativas por las nubes. Descubrir esta potente historia corta es una nueva oportunidad para redescubrir una ciudad con mucho que ofrecer, más allá de sus lugares emblemáticos.