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Las Tuerces. Geoparque de Las Loras. Palencia. Castilla y León.

Nuevo geoparque Las Loras

Las Loras: ocho razones para perderse

Actualizado: 29/05/2017

Fotografía: Marga Estebaranz

A caballo entre Burgos y Palencia, el último geoparque en lograr esta noble etiqueta apabulla por su naturaleza, su diversidad y el arte que atesora. Estos espacios geológicos de importancia internacional combinan áreas naturales, turísticas y culturales. Sigue la ruta por el Geoparque Las Loras, en el que hay hasta un mítico campo petrolífero que data de 1964.
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Un paseo por la magia de Las Tuerces, la aventura secreta del agua en el Pozo Azul, pasmo absoluto ante el pórtico de San Esteban de Moradillo de Sedano o un recorrido por carreteras olvidadas en las que el placer de conducir por tan apabullantes paisajes justifica la escapada. Las Loras nos prometen el descubrimiento de lugares que creíamos desaparecidos o que no sabíamos ni que existían.

1. Villadiego. Sabor medieval y museos

Aún no es mediodía y aunque está nublado, el sol hace sentir su fuerza castellana. Una joven en bici cruza la plaza desierta rumbo a la panadería. En las mesas de uno de los bares que buscan el frescor de los soportales, dos parroquianos. Poco más. "Necesitamos gente, más vecinos. Estrategias como las Cuatro Villas –que junto a Villadiego, engloba las vecinas Melgar de Fernamental, Sasamón, Castrojeriz y Amaya–, o el geoparque son buenas herramientas para conseguirlo", dice Ángel Carretón, alcalde de un pueblo con apenas 1.600 habitantes. El edil también cuenta que sueña con una tropilla de niños, hijos de vecinos, rumbo a una gran escuela abierta de nuevo en su pueblo, heredera de la que muestra del Museo Etnográfico de Villadiego.

El alcalde de Villadiego sueña con una escuela llena de niños. Así lucía una de sus aulas a mediados del siglo XX.
El alcalde de Villadiego sueña con una escuela llena de niños. Así lucía una de sus aulas a mediados del siglo XX.

Impulsado y mantenido con vehemente dedicación por Jesús Peña, este museo es visita inexcusable en la comarca. Aparte de una vasta colección de los más diversos útiles y objetos de la vida y el trabajo castellanos de los últimos siglos, atesora una muestra de bicicletas históricas, obra de Roberto Terradillos, vecino de la localidad. También está el singular Radio Museo de Villadiego, que incluye una auténtica emisora de radio, una colección de fósiles, un museo de pintura y la reproducción de un aula infantil de mediados del siglo XX.

En esta villa nació Capitán Trueno, y el Museo del Cómic Fabulantis lo cuenta.
En esta villa nació Capitán Trueno, y el Museo del Cómic Fabulantis lo cuenta.

No es el único museo de esta villa que conserva el aire medieval de cuando fue fundada en el siglo IX. Cerca abre sus puertas el Museo del Cómic Fabulantis, que acoge una sección consagrada al Capitán Trueno, en la que se cuenta la relación de Villadiego con el héroe de papel. Y es que la localidad fue residencia de Ángel Pardo, el autor de las aventuras del personaje principal de los tebeos españoles de la segunda mitad del siglo XX. Tanto es así, que en uno de los dibujos expuestos se ve el enorme parecido entre artista y guerrero. Y por si fuera poco, la iglesia de San Lorenzo acoge un Museo de Arte Sacro de Villadiego en el que destaca su colección de retablos.

2. Sargentes de la Lora. El campo petrolífero español

Rumbo norte, aterrizamos en este lugar hasta entonces perdido en los páramos castellanos, donde se produjo un suceso impensable. A las doce y cuarto de la mañana del sábado 6 de junio de 1964, una multitud de curiosos asistió boquiabierto a un hecho sorprente: un gran chorro de petróleo de 50 metros, según algunos testigos, surgió del suelo por el pozo Ayoluengo-1.

A esta zona se la apodó como el 'Texas español'.
A esta zona se la apodó como el 'Texas español'.

Fue el sondeo nº 101 y hubo que llegar a 1.400 metros de profundidad. Mereció la pena. Fueron 6.000 litros de oro negro. En el Museo del Petróleo de Sargentes de la Lora, se exhibe un NO-DO de la época que narra la trascendencia del hallazgo. Las explotaciones de lo que se llamó el 'Texas español' comenzaron el 9 de febrero de 1967. Se abrieron 52 pozos y la máxima producción se alcanzó dos años después con 4.000 barriles diarios. Todo esto se descubre en el museo, abierto en el 50 aniversario del descubrimiento del campo de Ayoluengo, bajo el auspicio de Repsol, entre otros.

Carlos Gallo, alcalde de Sargentes de la Lora muestra un frasco de oro negro extraído del campo petrolífero.
Carlos Gallo, alcalde de Sargentes de la Lora muestra un frasco de oro negro extraído del campo petrolífero.

Desde el museo la vista alcanza un horizonte de cerros salpicado de 'caballitos', como llaman aquí a las vetustas torretas de los pozos. Carlos Gayo, alcalde de Sargentes de la Lora, asegura que bajo su municipio aguardan aún 104 millones de litros de petróleo.

Los 'caballitos' forman parte del paisaje de Sargentes de la Lora, como este de la imagen.
Los 'caballitos' forman parte del paisaje de Sargentes de la Lora, como este de la imagen.

3. Geología y naturaleza a todo pasto

La enorme extensión del geoparque invita al viaje. Sin prisas. Hacerlo en bicicleta es una buena idea. Carreteras locales rectas y horizontales, en las que es difícil encontrarse con otro vehículo, circulan de pueblo en pueblo cruzando las depresiones abiertas entre loras y peñas.

Los perfiles de Peña Ulaña son espectaculares. Recorrerlos en bicicleta son una buena idea.
Los perfiles de Peña Ulaña son espectaculares. Recorrerlos en bicicleta son una buena idea.

Enormes fortalezas de piedra, las loras son mesas de gigante que aparecen en mitad del mar cereal. Surgidas en el Mesozoioco, hace 250 millones de años, las peñas Amaya y Ulaña son las más afamadas. También las de perfiles más espectaculares. A sus pies se amparan mínimas localidades como Ordejón, Rebolledo o la propia Amaya.

Sea en bici o en coche, poderosos parajes se suceden en cada vuelta del camino. Rumbo a Quintanas de Valdelucio, en el centro del geoparque, se pasa al pie de los colosales pliegues calizos de Peña Ulaña para pasar de inmediato por el portillo del Infierno, tremendo tajo dado por mitad de las paredes calizas que descienden a la depresión de Valdelucio.

Si decides recorrer Las Loras campo a través, puedes encontrarte estampas como esta.
Si decides recorrer Las Loras campo a través, puedes encontrarte estampas como esta.

Si en vez de ir por el asfalto de las viejas y tranquilas carreteras se prefiere el campo a través, en Las Loras hay un catálogo enorme de rutas para la bici todo terreno, donde se incluyen 16 itinerarios para todos los niveles de dificultad y resistencia, entre 17 y 53 kilómetros.

4. Miguel Delibes, las bicicletas y Sedano

Quien mejor entendió eso de recorrer en bicicleta estas comarcas fue el bueno de Miguel Delibes. Lo cuenta el escritor castellano en su libro Mi querida bicicleta, un relato autobiográfico en el que narra el viaje que hizo en el verano de 1941 entre la santanderina Molledo Portolín y Sedano para ver a su novia. Como el resto de su obra, el relato puede leerse en el Centro de Interpretación del Valle de Sedano Miguel Delibes, donde también se muestran fragmentos de algunas películas basadas en sus novelas, una exposición sobre la naturaleza y los pueblos del valle de Sedano.

Aquí vivió Miguel Delibes y probablemente escribió el relato 'Mi querida bicicleta'.
Aquí vivió Miguel Delibes y probablemente escribió el relato 'Mi querida bicicleta'.

Entre las historiadas casas que conserva la Villa y Honor de Sedano, en la salida hacia Covanera se alza la que acogió al escritor. Todos los años, sus hijos y otros familiares realizan desde aquí un simbólico recorrido en bicicleta hasta Molledo, en recuerdo del viaje que hace 75 años hizo el escritor.

Agricultores plantando cebollas en el Valle de Sedano.
Agricultores plantando cebollas en el Valle de Sedano.

5. De los paseos campestres a las rutas temáticas

"Caminar es la mejor manera de conocer Las Loras", asegura desde la Asociación Argeol Karmah Salman. Aparte del Camino de Santiago, que pasa por el oeste de su territorio, hay multitud de sendas que las recorren. Las rutas para bicicletas de montaña también son recomendables. Entre las exclusivas para senderistas, las mejores llevan a lo alto de sus peñas más representativas: las peña Amaya, Ulaña y Mesa. Todas son de dificultad fácil o moderada y tiempos no superiores a las 5 horas.

En Covalagua podemos hacer senderismo, e incluso un pícnic o merienda campestre.
En Covalagua podemos hacer senderismo, e incluso un pícnic o merienda campestre.

Recorrer desfiladeros como los cortados de Peña Ulaña o visitar lugares históricos como el Pozo de los Lobos y el Paseo de Olleros son otras posibilidades. Igual que la visita a alguno de los abundantes vestigios paleontológicos, muchos situados en las altas parameras de las peñas como el castro de El Perul, el menhir del Canto-Hito y los dólmenes de Arnilla y La Cabaña. No hay que olvidar que en esta parte de Castilla se localiza el mayor conjunto de dólmenes de la península Ibérica.

El Espacio Natural de Covalagua, situado en el norte del geoparque, posee una pequeña red de senderos que discurren por el interior de sus espesuras de hayas y algunos desfiladeros fluviales, siendo la visita a la citada Covalagua, el más apreciado para el paseo y la merienda campestres.

Conocida como 'La Mesa', forma parte del paraje natural de Las Tuerces.
Conocida como 'La Mesa', forma parte del paraje natural de Las Tuerces.

Mención aparte merecen Las Tuerces. El capricho de estos bolos, cárcavas y peñas que se esparcen por lo alto de los cantiles que caen sobre la depresión del Pisuerga, les ha otorgado el sobrenombre de la otra Ciudad Encantada. Situadas sobre Villaescusa de las Torres –cercano a Aguilar de Campoo–, solo el pitido de los trenes que pasan a los pies de la montaña rompe la tranquilidad del lugar. Declaradas Lugar de Interés Cultural y Monumento Natural, se componen por un dédalo de formas, rocas, pasadizos, paredes, callejones, corrales, agujas y agujeros kársticos con las formas más caprichosas.

6. El mejor románico castellano

Para quienes buscan un turismo más reposado, el geoparque alberga una constelación de iglesias, ermitas y monumentos románicos. La importancia de este estilo en esta parte de Castilla es de tal calibre que merece la pena desbordar los límites del geoparque para admirarse con la iglesia de Santa María la Real de Sasamón y su elaborado tímpano o el arco de San Miguel del despoblado de San Miguel de Mazarreros.

Aquí ya no vive nadie, pero el arco de San Miguel de Mazarreros bien merece una visita.
Aquí ya no vive nadie, pero el arco de San Miguel de Mazarreros bien merece una visita.

Lo mismo ocurre con varios templos del valle de Sedano. El más importante de todos, muy cerca de la capital de la comarca, es San Esteban de Moradillo de Sedano, que destaca sobre todo por su espectacular Pórtico. No hay que salir de la comarca para deslumbrarse con pequeñas iglesias perdidas por la campiña y los cañones, como las de Escalada, Huidobro y Ahedo de Butrón, esta última con uno de los más hermosos tímpanos del arte románico.

El fotogénico e imponente claustro del Monasterio de Santa María la Real.
El fotogénico e imponente claustro del Monasterio de Santa María la Real.

La siguiente parada está en la otra punta del geoparque, en el entorno del Pisuerga. El Monasterio de Santa María la Real, en Aguilar de Campoo, es la primera referencia. Desde la entrada, el edificio deslumbra y en su interior destaca el claustro.

7. Los caprichos del agua

El papel y la presencia del agua a lo largo y ancho de Las Loras la convierte en el principal protagonista del vasto espacio. Hasta el punto de que no podría entenderse su formación, morfología y paisajes sin ella. El más visitado se ciñe al Espacio Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón, en el extremo noreste de Las Loras. Se trata de un conjunto de cañones, cantiles, saltos de agua, cuevas y pozos.

Sin duda, 'Juego de Tronos' se pudo haber rodado aquí, en los arallones del Castillo de Hoces.
Sin duda, 'Juego de Tronos' se pudo haber rodado aquí, en los arallones del Castillo de Hoces.

La naturaleza kárstica del suelo junto con una pluviosidad elevada han originado un laberinto de formas únicas. Las hoces del Ebro son las más celebradas. Los cantiles de Los Camellos, también conocidos como El Castillo, son referencia del lugar. Igual que la Cascada de la Cueva del Agua, que salta entre las casas del pueblo.

Más tranquilas, las hoces del Rudrón regalan un relajante paseo por una pista que circula bajos sus rocas altas ocupadas por un ejército de buitres. En lo alto, en la carretera entre San Felices y Sargentes, el Mirador del Rudrón regala una lección de geología y naturaleza.

Regálate vistas tan relajantes como esta, en las Hoces del Rudrón.
Regálate vistas tan relajantes como esta, en las Hoces del Rudrón.

En la misma comarca de Sedano se localiza la más extraordinaria y misteriosa surgencia de la zona, famosa en el mundo y lugar de peregrinación de los mejores espeleobuceadores del mundo. Es el Pozo Azul un agujero inundado, propio de la naturaleza kárstica del terreno, del que brota gran parte del agua que riega esta parte del norte de Burgos. Se han logrado recorrer más de 13 kilómetros de galerías subterráneas, incluyendo el mayor sifón de la península ibérica, aunque no es el final. Junto a los deportistas extremos, es recurrente destino para los bañistas veraniegos. Aunque darse un chapuzón aquí es asunto serio, pues exige el doble valor de enfrentarse a la frialdad de sus aguas y a la inquietante oscuridad situada al final del pozo.

8. Cangrejos de río, morcillas, pan y otras delicias

Ya no son aquellos ejemplares autóctonos que tan bien describió y degustó Miguel Delibes, pero los cangrejos de los ríos que recorren Las Loras, igual que sus truchas, están entre los bocados más apetecibles de la época estival que se avecina.

Prepara el paladar para probar una especialidad de Las Loras: sus cangrejos de río.
Prepara el paladar para probar una especialidad de Las Loras: sus cangrejos de río.

Por no hablar de los lechazos o las morcillas. O los postres, y aquí Aguilar de Campoo tiene mucho de decir. Desde bastante antes de llegar a la localidad, la boca se hace agua. Y es que el aroma que desprende su polígono industrial, del que han salido una parte importante de las galletas que se han comido en España y parte del extranjero, inunda la villa.

Este es el premio tras un día de excursión andando o en bici: un delicioso pedazo de queso artesano.
Este es el premio tras un día de excursión andando o en bici: un delicioso pedazo de queso artesano.

Guiados por tan seductor aroma, es obligado hacer la primera parada en la pastelería 'Mach Serna' para someterse a la transcendental duda de qué elegir ante la irresistible batería de dulces, pasteles y bollos reunida en sus mostradores.

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