Compartir

{{title}}
{{buttonText}}

Seis playas escondidas de Tenerife

Playas para bañarse en Tenerife y no sentirse en 'Guirilandia'

Actualizado: 08/08/2017

La isla de Tenerife, como todas las zonas turísticas, recibe a forasteros que llenan sus calles durante las temporadas altas. Sin embargo, siempre hay lugares, en este caso playas, que escapan a las masas y que te devuelven a una naturaleza apenas alterada por la mano del hombre.
Descárgate la App, acierta con tus planes y gana premios
Descargar app

En Tenerife hay un comodísimo turismo de sol y playa hecho a base de apartamentos, hoteles, grandes avenidas y paseos llenos de visitantes con la piel enrojecida. Pero a veces entran ganas de salirse del carril de lo previsible y adentrarse por lugares menos transitados, playas donde es menos evidente el paso del tiempo y los efectos del desarrollo urbano. Tanto, que algunas no deben haber cambiado casi nada desde la llegada de los conquistadores españoles a las islas. Por eso, a mucha gente que vive en la isla no le importa que haya que recorrer algunas veredas o caminos pedregosos si después van a poder tirarse en la arena o bañarse en aguas limpias y en ocasiones salvajes que se llevan las neuras que las vacaciones curan, a veces para siempre.

La Caleta de los 'hippies'

La llaman 'La Caleta de los hippies', pero en realidad se llama playa de Diego Hernández. Es un oasis en medio del municipio de Adeje, una de las zonas más turísticas de la isla, con algunos de los mejores hoteles de Tenerife. Hay que llegar por la autopista hasta la entrada que marca La Caleta y luego seguir hasta este pequeño enclave de tradición pesquera, algo que se nota nada más ver los bares y restaurantes que hay por la zona. Al final del pueblo, desde donde sale un caminito bastante fácil de transitar que lleva una media hora hasta llegar la playa. Antes hay que pasar por la playa de Los Morteros, un lugar muy agradable también para el baño, pero que no tiene arena.

El atardecer en esta playa es rojizo y maravilloso a un mismo tiempo.
El atardecer en esta playa es rojizo y maravilloso a un mismo tiempo.

La playa de Diego Hernández parece un pedazo de luna por el tipo de roca caliza que forma la zona. Durante un montón de tiempo fue refugio de hippies que vivían ahí, pero el municipio se puso serio para evitar asentamientos permanentes. Hoy todavía se pueden ver algunas casetas de campaña, pero la playa está limpia y el agua estupenda y tranquila, de color turquesa, con un baño bastante seguro. Tiene aire de playa local, popular, de gente con ganas de tranquilidad. Además, se puede practicar el nudismo y llevar al perro.

El color de sus aguas invita al baño.
El color de sus aguas invita al baño.

El sur de Tenerife es un lugar de vida nocturna y ajetreo, de excitante frivolidad. Pero nada más levantarte recuperado de la noche, coge la mochila, mete agua y compra un bocadillo. Ponte las zapatillas y anímate a caminar un rato. Al atardecer, en la caleta de los hippies, la roca se vuelve casi rojiza. Y la Luna se convierte en Marte.

'El Rincón' de las tres playas

El Rincón es una de las zonas de la isla congeladas en la historia. Lugar emblemático de la lucha ecologista en Canarias, la gente de La Orotava consiguió que el Gobierno de Canarias le diera una protección especial y que el paisaje dejara de llenarse de cemento hace unos años. Así que uno se encuentra con una zona llena de fincas de plátanos con algún merendero donde pasar el día y algunas viviendas de verdaderos privilegiados, porque se trata de una zona estupenda.

La arena de El Bolullo es negra negrísima.
La arena de El Bolullo es negra negrísima.

En el Rincón hay tres playas maravillosas, El Bollullo, Los Patos y El Ancón. Son playas con mar del norte, lo que significa que hay que tener mucho cuidado al bañarse y guiarse un poco por lo que hacen los más precavidos que están en el agua, no por los surfistas locales que se alejan y que se conocen al dedillo corrientes y las posibles sorpresas. Son lugares para chapotear cerca de la orilla y dejarse arrastrar hacia la arena por un mar divertido si se tiene cuidado.

Hay que tener cuidado a la hora del baño con el oleaje del 'mar del norte'.
Hay que tener cuidado a la hora del baño con el oleaje del 'mar del norte'.

Para llegar a la zona, hay que coger la desviación en la autopista del Norte que dice El Rincón, que es la misma que lleva al Puerto de la Cruz. Luego hay que bajar por la carretera hasta a un restaurante que se llama 'San Diego' y que se nota ya a cincuenta metros por el olor de las brasas que usan para cocinar los pollos. Desde el restaurante, salen las carreteras más pequeñas:

A la izquierda, una carretera estrecha de algo más de un kilómetro que lleva hacia El Bollullo y Los Patos y que acaba en unos terraplenes que sirven de aparcamiento por un par de euros sin límite de tiempo. De los aparcamientos sale un camino. Enseguida, a mano izquierda, se ve la playa del Bollullo (y casi siempre, al fondo, la montaña de El Teide), un entrante de arena negra negrísima, con el mar embravecido y golpeando durante millones de años la roca volcánica. Es fácil de acceder a El Bollullo. Se tarda unos quince minutos, tiene socorrista y un chiringuito donde tomar una cerveza.

La playa de Los Patos es la de más difícil acceso, pero merece la pena.
La playa de Los Patos es la de más difícil acceso, pero merece la pena.

En el camino hacia El Bollullo se llega a una bifurcación a mano derecha que comienza con unos pequeños arbustos y que lleva a la playa de Los Patos. Es la playa de más difícil acceso de cuantas aparecen en el artículo. Hay un camino trazado y, durante buena parte del recorrido, es fácil de transitar. Pero justo al final, el camino es un poco inclinado y está resbaladizo, así que lo mejor es bajar poco a poco, sin descartar la posibilidad de pegar el trasero al suelo y ayudarse de las manos. Se necesita un calzado adecuado. Se tarda una media hora en llegar a la playa desde el coche.

En Los Patos se puede practicar el nudismo.
En Los Patos se puede practicar el nudismo.

Claro que, al alcanzar Los Patos, se encuentra uno con un lugar impresionante donde también se puede practicar nudismo. La gente juega a las palas, al fútbol, e incluso se puede ver a alguno jugando al palo, un juego autóctono canario que algunos colectivos culturales de las islas trabajan por recuperar. Espera al atardecer para tener la sensación de que, por fin, te estás olvidando de quién eres durante el año y que el cuerpo, con esa mezcla de sol y salitre, te trasporta a cuando eras pequeño.

A la derecha del restaurante 'San Diego' también sale una carrera de algo más de un kilómetro que acaba abruptamente en un muro. Desde ahí sale un caminito que te lleva a la playa de El Ancón. Como no hay un parking, lo mejor será que dejes el coche cuando veas que la densidad de vehículos en los lados de la carretera empieza a aumentar. Luego, vete caminando hasta el muro.

La playa El Ancón es más familiar que las otras dos.
La playa El Ancón es más familiar que las otras dos.

El camino hasta El Ancón es sencillo y bonito, con una casa preciosa al borde del camino que da directamente al mar. Hay también un terreno escalonado relativamente extenso lleno de uvas que se cultivan frente al mar. A saber qué sabor les dará. Y luego, está la playa, tan magnífica como Los Patos, menos nudista y más familiar. Al fondo de la playa, se ven los salientes de la costa, llenos de vegetación y de colores. Se nota mucho que es un lugar para el veraneo joven, el amor estival, las tardes de caricias, la vida por delante.

Para llegar a la playa de El Ancón hay que atravesar un camino sencillo y de paisaje muy bonito.
Para llegar a la playa de El Ancón hay que atravesar un camino sencillo y de paisaje muy bonito.

Costa El Sauzal: los efluvios del volcán

Hace miles de años, la lava de algún volcán debió producir inmensas columnas de humo al contacto con el agua del mar. Hoy, hay rocas de rugosidades infinitas que dejan algunos huecos donde poner las toallas y ver cómo el mar rompe contra las piedras.

Costa El Sauzal (o Costa de Rojas) no tiene arena, pero es una de esas zonas rocosas de la isla con un baño especial. De hecho, era la zona de veraneo de la gente del pueblo de El Sauzal, que tenía allí sencillas casetas donde pasaba los meses de descanso. Con la Ley de Costas y una mayor protección medioambiental, la Administración acabó con este tipo de construcciones precarias y ha hecho una zona de baño muy limpia con un paseo de piedra de más de dos kilómetros por el que es estupendo caminar.

Es una playa rocosa pero de aguas cristalinas, perfecta para un baño especial.
Es una playa rocosa pero de aguas cristalinas, perfecta para un baño especial.

También hay antiguas fincas cuyos muros están medio derruidos, lo que les da el aspecto de restos arqueológicos de otra época, cuando la gente de la zona trabajaba fundamentalmente en la agricultura. Tiene ‘mar del norte’, así que hay que estar atentos a la fuerza de las olas. Pero entre las rocas se forman piscinas naturales, y muchas veces están tan limpias que no hace falta ni llegar al mar para refrescarse.

Para llegar a Costa El Sauzal, la mejor manera es meterse en el pueblo de El Sauzal por la entrada de la autopista del norte. Luego hay que ir hasta el centro del pueblo, donde está el Ayuntamiento, desde donde sale una carretera con dirección a La Matanza. Hay que pasar el estadio de fútbol de El Sauzal y la urbanización de El Puertito y Los Naranjos. Un poco más adelante, a mano derecha, hay una entrada bastante discreta que dice Costa El Sauzal. Está abierto en horario de invierno de 08.00 a 19.00 horas y en horario de verano de 08.00 a 22.00 horas.

En esta playa sólo hay que estar atento a la fuerza de las olas.
En esta playa sólo hay que estar atento a la fuerza de las olas.

De ahí sale una pequeña y estrecha carretera que va hacia la costa. No hay demasiado parking: una zona donde pueden aparcar 8 motos con horario ilimitado y otra para 31 coches, 14 en zona azul, con un máximo de dos horas y media y 17 con horario ilimitado. Así que, durante la temporada de baño conviene madrugar para no quedarse sin sitio. O esperar a un lado a que alguien se marche. Vale la pena.

Será porque hay poca gente y el agua está muy limpia, será lo contundente de la roca volcánica. Será porque es un sitio muy popular y de poco aspecto turístico, pero cuando uno está en Rojas, se llena de volcán y de isla, se siente pequeño. Pero no es algo agobiante, es casi liberador. Ya no importa nada, sólo estar ahí, disfrutando.

Benijo, los roques prehistóricos de Anaga

Si Jack Sparrow viniera a Tenerife, entraría por Benijo un día que la mar estuviera en calma. Uno, porque está al lado del Roque de las Bodegas, un lugar donde ya en el siglo XVI se guardaba vino que luego se exportaba a Europa y América. Y dos, porque sus roques le dan ese aspecto mitológico de los sitios mágicos por donde transitan los mejores piratas. Es como si dos gigantes prehistóricos se hubieran peleado a pedradas y varias de esas piedras enormes hubiesen caído muy cerca de la orilla, a la vista del ser humano.

Está en una de las mejores zonas de la isla: el macido de Anaga.
Está en una de las mejores zonas de la isla: el macido de Anaga.

Benijo es una playa fetiche del hipismo insular, a pesar de que tiene mar del norte y hay que bañarse con cuidado. Se puede llegar en coche. Está en una de las mejores zonas de la isla, el macizo Anaga, uno de los edificios geológicos más antiguos de la isla, junto al Macizo de Teno. En Anaga están alguno de los barrancos más impresionantes de Tenerife. Es tierra de santería y magia. Y tiene el Monte de Las Mercedes, uno de los bosques de laurisilva -restos de bosques prehistóricos- más completos de las Islas Canarias.

Los espectaculares roques que sobresalen al borde de la orilla.
Los espectaculares roques que sobresalen al borde de la orilla.

Para llegar, se puede hacer desde Santa Cruz o desde La Laguna. Desde Santa Cruz, hay que ir hacia el pueblo de San Andrés y la Playa de las Teresitas, desde donde sale una carretera con dirección a Taganana y El Roque de las Bodegas, la playa de Almáciga y Benijo. La otra opción, desde La Laguna, consiste en coger la carretera hacia El Monte de las Mercedes. Pasada la Cruz del Carmen, espera a encontrarte con una indicación que te marque el camino hacia Taganana. Otra cosa: si llegas con hambre, debes saber que se trata de una zona con buen pescado, sobre todo en 'El Roque de la Bodegas'.

Después del baño, en este municipio se puede degustar muy buen pescado.
Después del baño, en este municipio se puede degustar muy buen pescado.

Te puede interesar