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Las calas que rodean la localidad de Salobreña son algunas de las más queridas por los granadinos por su cercanía con la capital. Un espacio de luz eterna y temperaturas agradables que tiene en el peñón la división de dos de sus arenales más amplios del municipio: la playa de La Guardia y la de La Charca. Su oferta se amplía con otros reductos como la cala el Caletón, la del Pargo o la del Cambrón, todas con aguas cristalinas en las que darse un baño refrescante o bucear el tiempo que se quiera.
Además, siempre conviene darse una vuelta por el casco histórico de Salobreña y descubrir su fantástico castillo árabe. A pesar de las numerosas remodelaciones a las que se ha visto sometido el inmueble, esta construcción del siglo XI sigue manteniendo el encanto particular que desprende su legado nazarí. Las opciones para degustar algunos de los manajares que ofrece esta parte del Mediterráneo, como la quisquilla de Motril, son diversas, aunque en 'Miba', 'La Roka' o 'La Bahía' (Soletes Guía Repsol) la velada se ve amenizada con algunas de las mejores vistas de la localidad
Si hay una playa popular entre los motrileños, esa es playa Granada. Su amplísimo arenal de más de un kilómetro de largo es perfecto para disfrutar de un día de playa sin masificaciones, además, el mantenimiento de las zonas naturales que rodean la playa es uno de los ejemplos en la localidad para fomentar el turismo de una forma respetuosa con el entorno.
Aquí se ubican diferentes empresas que ofrecen sus servicios para iniciarse en deportes acuáticos como el windsurf o paddle surf. Como aliciente, en esta zona se han establecido algunos de los mejores chiringuitos de la zona, donde poder darse un homenaje de gastronomía y pescado granadino o un buen cóctel con el mediterráneo de fondo.
La tranquila playa de Cantarriján, en Almuñécar, es una de las playas nudistas que mejores servicios tienen de toda la provincia. Sobre su superficie de arena oscura y grava se pueden alquilar hamacas y sombrillas o disfrutar de un refrigerio en algún chiringuito. A pesar de que su acceso no es de los más fáciles de la zona, suele ser una de las populares tanto entre quienes practican el naturismo como para quienes no lo hacen.
La pequeña cala de La Rijana y sus limpias aguas llenas de vida atraen cada año a decenas de turistas deseosos de practicar snorkel. El motivo es que las rocas que cobijan este pequeño arenal de 250 metros se hunden en el mar, generando una gran cantidad de oquedades que peces y crustáceos emplean para guarecerse. En las alturas, la antigua torre del siglo XVI domina la perspectiva sobre la playa, recordando los tiempos en los que en la costa granadina eran frecuentes las disputas.
Separada por unos siete kilómetros de la localidad de Albuñol, la playa de El Ruso es uno de los paraísos granadinos para quienes practican el naturismo. El camino hasta esta playa desde la carretera implica atravesar una espesa masa vegetal formada por juncos y aloe vera, un aspecto que hace que algunos de sus visitantes decidan llegar hasta ella a través del mar desde el vecino municipio de La Rábita. Una vez se han salvado los obstáculos, lo cierto es que los bañistas se encuentran en un oasis de intimidad.
La playa de Calahonda es una vasta superficie de arena grava ubicada en el término municipal de Motril. Su amplitud de más de un kilómetro permite extender la toalla sin miedo a pisar al vecino, uno de los factores por los que es elegida por decenas de familias cada verano. La profundidad de esta zona del litoral ha hecho que se bautizase a la playa con este nombre, dejando claro que apenas unos pasos después de entrar en el mar, los bañistas podrán dar rienda suelta a sus habilidades de buceo.A lo largo del paseo que recorre el litoral se distribuyen una buena cantidad de restaurantes y chiringuitos, ideales para las horas en las que el sol es más intenso y toca reponer fuerzas.
Inserta en pleno Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo, la playa Calaiza es uno de los secretos mejor escondidos de esta zona del litoral. Sus únicos accesos cruzando el bosque de pinos del espacio natural o a través del mar son los mejores aliados para quienes disfrutan de una jornada en la playa de una forma íntima. Además, es un territorio fantástico para practicar deportes acuáticos como el paddle surf o el snorkel.
La Joya de Motril lo es por varios aspectos. Con unas aguas claras y fondo suficiente para disfrutar de la biodiversidad marina, su complicado acceso hace que sea una de las preferidas para quienes practican el naturismo. En sus más de 200 metros de longitud es difícil encontrar una gran afluencia, con lo que se puede elegir si problema donde extender la toalla en su superficie de arena gruesa.