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La Gomera: Sendero en el Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto

La Gomera: Viaje por su sorprendente mitología

Brujas, fantasmas y demonios que habitan en la Isla Mágica

Actualizado: 21/10/2019

Fotografía: Hugo Palotto

Bajo la apariencia verdosa y tranquila de La Gomera se esconde una dimensión paralela que produce más terror que el Mundo del Revés de Stranger Things. Apariciones misteriosas, brujas que se reúnen en el claro de un bosque, un demonio peludo de dos patas, fuentes con el poder de regalar un amor para toda la vida o leyendas de amores prohibidos componen la mitología de La Gomera, la bien conocida como Isla Mágica.
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Existen bosques en los que las historias fantásticas son propicias y, especialmente durante las noches, fáciles de creer. En el de La Gomera, una niebla densa se mueve rápido entre los árboles y cuando llega a la Laguna Grande, un claro enorme y pelado, se arrastra hasta un círculo formado por catorce piedras con una más grande presidiendo en el centro. Se trata del 'bailadero' más famoso de la isla, un espacio donde supuestamente se reúnen las brujas para realizar sus rituales. En un día lluvioso cualquiera, en el raso solitario el silbido agudo del viento le provoca a uno auténticos escalofríos.

La Gomera: Niebla en Laguna Grande en el Parque Nacional de Garajonay.
La Laguna Grande, conocida por el encuentro de brujas, vacía en una tarde de viento y niebla

Los 'bailaderos' se extienden por las Islas Canarias, rebautizados así por la tradición cristiana, y suelen coincidir con lugares de culto de los aborígenes isleños. Sin embargo, creencias locales han mantenido vivos el miedo y el misterio alrededor de estos espacios. Antaño, cuando algún niño se portaba mal se le amenazaba con meterlo en un saco y soltarlo en la Laguna Grande –que no tiene agua, por cierto, para aquellos que visualicen a través del nombre–, lo que, a poco que se conozcan las historias gomeras, resulta una versión mucho más aterradora del hombre del saco.

La Gomera: Sendero en el Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto
Algunos senderos del Parque Nacional de Garajonay esconden historias de encuentros con hechiceras.

Mensajeras de mal agüero

El pueblo habla de tres tipos de hechiceras en la isla. En el norte, había unas, tipo vampiras, "que robaban niños que luego aparecían sin una gota de sangre. De ellos obtenían su poder" supuestamente, según cuenta Carlos Jesús Pérez Simancas, investigador y guía turístico de La Gomera. "Se trataba de mujeres mortales que habían hecho un pacto para tener poderes, como volar, por ejemplo, y poder cruzar el Atlántico para ver lo que hacían sus maridos en plena emigración". Otra especie serían "mujeres blancas, muy pálidas, con formas alargadas y que solían estar cerca de lugares sagrados", continúa Carlos. Y las terceras eran "mujeres enlutadas que se aparecían en el monte y que siempre que lo hacían era para anunciar algo funesto", afirma el investigador. En sus apariciones "insistían hasta que las mirabas" como una certeza de que ellas ya habían entregado su mensaje del infortunio que estaba por llegar.

La Gomera: Vista del pueblo de Vallehermoso. Foto: Hugo Palotto
En el norte de la isla, en Vallehermoso, se creía en la existencia de brujas que secuestraban niños.

Estas son solo algunas de las historias para no dormir que uno puede descubrir recorriendo la ínsula canaria. Son muchos los ingredientes de La Gomera que han alimentado sus mitos y leyendas: fábulas aborígenes, el aislamiento de un pueblo principalmente rural hasta hace muy poco, una tradición oral muy fuerte y un bosque (el del Parque Nacional de Garajonay) que se nutre de una niebla densa para estar verde. El cóctel afianzó durante mucho tiempo creencias populares como el 'mal de ojo', brujas variadas, maleficios, ánimas que se aparecen en lugares concretos o un demonio peludo. Además, persisten leyendas de los antiguos aborígenes que enriquecen esta mitología.

La Gomera: Alto de Garajonay, el punto más alto de la isla. Foto: Hugo Palotto
Cima del Alto de Garajonay, dento del bosque donde acabó trágicamente la historia de amor de Gara y Jonay.

Cualquier viajero que llegue a esta isla mágica tiene un paso obligado por el Parque Nacional de Garajonay, ubicado en el corazón de esta tierra, cruce de caminos y un buen punto para seguir con estos asombrosos relatos. Su nombre –el del parque– se debe a la historia de amor de Gara y Jonay.

La Gomera: Detalle de telaraña en el Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto
Cuentan que en los montes de la isla se aparecían tres tipos diferentes de brujas.

Cuenta la leyenda que una princesa gomera, Gara, y un príncipe tinerfeño, Jonay, se enamoraron perdidamente nada más conocerse en la fiesta del trigo que se celebraba en la isla de la joven y a la que asistieron los vecinos jefes territoriales. "Tinerfeños y gomeros ven con malos ojos este amor" desde el principio, según se relata en el Centro de Interpretación del Parque Nacional. Sin embargo, ellos no desistieron y Jonay se echó al mar en Tenerife y cruzó a nado la separación que existe entre la dos islas para encontrarse con su amada. Juntos huyeron al monte pero, tras ser descubiertos por la familia de Gara, decidieron quitarse la vida lanzándose abrazados contra la afilada rama de un árbol. Son los Romeo y Julieta más famosos de Canarias.

La Gomera: Vista al fondo del Roque Cano desde la plaza de Vallehermoso. Foto: Hugo Palotto
Vista al fondo del Roque Cano desde la plaza de Vallehermoso.

Un fantasma pirata

Sin salir del parque nacional, si uno busca el amor para toda la vida puede visitar los Chorros de Epina. Un sendero sencillo, pese a que incluye escaleras, conduce a los siete caños con propiedades especiales y de los que hay que beber siguiendo unas reglas. "De izquierda a derecha beberán las mujeres de los chorros pares, mientras que los hombres deben hacerlo de los impares", reza una inscripción en el lugar. Eso sí, antes de iniciar el ritual hay que estar seguro porque el refranero popular garantiza que "si bebes de los sietes caños te casas antes de un año".

La Gomera: Chorros de Epina en el Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto
Los Chorros de Epina prometen amor para toda la vida.

También los roques, formaciones rocosas que se yerguen aquí y allá por la isla, tienen sus propias historias. En el Roque Cano, en el municipio de Vallehermoso, cuentan que se ha aparecido un demonio peludo de dos patas –mitad humano, mitad perro– conocido como el Hirguan. Carlos aclara que no es exclusivo de esta montaña porque se trata de "una especie de ser protector, no maligno, aunque después se cristianizó mucho" y se terminó asociando con una especie de dios del mal. Por esta razón, siempre que ha habido testimonios de su avistamiento ha sido a "la entrada de lugares sagrados donde los antiguos gomeros celebraban sus rituales". Cuenta el investigador cómo una guía le relató que hace un tiempo vio a un ser grande cuando trabajaba con unos turistas.

La Gomera: Chorros de Epina en el Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto
Para que las fuentes cumplan su promesa hay que seguir un orden a la hora de beber.

Si lo que se buscan son apariciones tradicionales (de fantasmas) lo mejor es visitar la Vega Abajo, en La Dama, una pequeña población de Vallehermoso donde dicen que en la playa de La Rajita un pirata mató a otro tras ocultar un tesoro y desde entonces el alma en pena se apareció en forma de luz a muchos de los que por allí pasaban. "Siempre se habla de la Luz de Mafasca (Fuerteventura), sin embargo, la Luz de La Dama fue vista de forma constante durante 36 meses" a principios de los años 80, relata Carlos, quien añade que casi el 100 % de los habitantes de los pueblos de Chipude, La Dama y los barrios colindantes aseguran haberla visto en aquella época. Parece ser que los avistamientos cesaron tras la construcción de una ermita.

La Gomera: Bosque con niebla del Parque Nacional de Garajonay. Foto: Hugo Palotto
La isla canaria también es conocida como La mágica. ¡Adivina por qué!

"Cuando los gomeros decimos que la Gomera es una isla mágica no es solo por la exuberancia o por su belleza, sino porque ha estado muy ligada a fenómenos de magia, brujería, visiones, sonidos espectrales, luces…", resume el investigador. Lo que está claro es que ya sean de fantasmas, demonios o hechizos, los relatos abundan en cada rincón gomero buscando sorprender incluso a los más escépticos. Un destino magnífico para adentrarse en las tinieblas de lo insólito.

La Gomera: Vista desde un mirador de la isla. Foto: Hugo Palotto
Una misteriosa luz aparecía en la costa de La Dama.

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