Establecimientos gastrónomicos más buscados
Lugares de interés más visitados
Lo sentimos, no hay resultados para tu búsqueda. ¡Prueba otra vez!
Añadir evento al calendario
Hace más de una década, varios jóvenes decidieron mutar el gris de las calles de Ordes, en el interior de la provincia de A Coruña, por espacios llenos de color. Su pasión por el grafiti y el street art les llevó a montar un certamen en el que artistas llegados desde distintos puntos de Galicia, y de otras latitudes del planeta, llenaban de murales el pueblo durante un fin de semana.
"El primer año fue más bien una quedada con grafiteros gallegos para pintar juntos", recuerda Marcos Couso, artista conocido como Sokram, uno de los organizadores de este evento que traspasa ya fronteras. Fue así como en el 2007 arrancó DesOrdes Creativas, un festival de arte urbano que cada mes de agosto convierte espacios en desuso en obras de arte cargadas de mensaje. "Al principio todos participaban de manera gratuita, ya que no contábamos con ningún tipo de ayuda económica", cuenta Mou Mutante, compañero de aventuras de Marcos.
Una de aquellas primerizas fue la ilustradora ordense Diana Rodeiro, más conocida como Nana. Esta joven grafitera es una amante de los animales y la naturaleza, una temática siempre presente en sus obras, al igual que su fiel compañera, la perrita Montana. "Ella va conmigo a todas partes y es un personaje fijo que aparece en todos los murales que pinto", reconoce Nana.
Su estilo es fácilmente identificable, con dibujos que transportan a paisajes inspiradores y llenos de naturaleza que recuerdan a un edén. Ese paraíso a veces aparece devastado, como el que refleja en el mural Incendios nas Fragas do Eume, pintado para el festival en el 2012, donde un grupo de animales huye de las llamas de un fuego provocado por los humanos. Junto a ellos aparece Diana, la diosa de la caza y protectora de la naturaleza para los antiguos romanos.
Diana, la artista, reconoce lo difícil que es para una mujer hacerse hueco en este mundillo. "Desgraciadamente el machismo también existe aquí, pero afortunadamente cada vez hay más mujeres que se dedican a esto y que son francamente buenas". En su lista femenina aparecen la argentina AnimalitoLand –"a la que admiro y con la que pude pintar, una experiencia increíble"–, o las gallegas Xoana Almar o Lidia Cao.
Otro de los murales que lleva la firma de Nana se ve desde la casa del cura, pintado en la fachada que rodea el huerto de su vecina, la cual es testigo a diario de cómo un enorme felino blanco vigila a una Diana Cazadora agazapada entre la maleza de una selva. En su aljaba, en vez de flechas, asoman cuatro pinceles con los que se dispone a pintar, con toda probabilidad, a su perra Montana, que duerme tranquilamente junto al cuerpo del tigre blanco, en peligro de extinción.
En once años de vida DesOrdes Creativas se ha convertido en el festival de arte urbano más internacional dentro del circuito español. "Empezamos pintando sin pensar, por inercia, por diversión. Ahora buscamos los espacios que nos cede la gente del pueblo de manera gratuita y se los ofrecemos de manera consensuada a los artistas participantes", aseguran los organizadores.
Casi todos los rincones de Ordes están salpicados por el casi centenar de obras, algunas en sitios insospechados, como Pecado Orixinal, que realizó Sokram en 2012, en el que la cola de una serpiente gigante se desliza por las profundidades del río que cruza el pueblo y el cuerpo del reptil se eleva sobre la parte frontal de una antigua casa abandonada. "La manzana representa la avaricia por el dinero", explica el propio artista.
En el centro de la localidad, donde cada miércoles montan un mercado de artesanía, carnes y verduras de la tierra, se encuentra el muro primogénito con los grafitis realizados en la primera edición del festival. Llama especialmente la atención el mensaje de uno de ellos, que lleva la firma de Mou Mutante y X Pen, que se autorretrataron mutando en otra especie a consecuencia de la contaminación.
Si sales de Ordes, en dirección A Coruña, una mujer gigante se despide del visitante con un puñado de grelos en las manos o, quién sabe, igual lo está ofreciendo para que se lo compres. Esta obra, realizada por el gallego Yoseba Muruzábal (Yoseba MP) se titula A greleira dos 50 pés, de la serie de murales 'Fenómenos do rural', una forma de homenajear a la figura de la mujer rural gallega, a la que dota de poderes mágicos y sobrenaturales, como en esta versión del cartel de la película La Mujer de los 50 pies. La ubicación de la pintura tampoco es casual, porque la carretera que va a Santiago de Compostela está salpicada de numerosos puestos ambulantes donde se vende esta típica verdura gallega, en lo que se conoce como 'la ruta del grelo'.
Uno de los primeros grafiteros que vino a participar en este festival sin dudarlo fue el vigués Liqen, uno de los más influyentes de España. El gallego no solo destaca por su trabajo tan meticuloso y personal, sino por su manera de trabajar el mensaje en cada una de sus obras, de una forma clara y directa, a la vez que potente, como dejó patente en su mural Buraco vermello. De Vigo también es Tayone, que decidió hacer una reflexión sobre la mala praxis de la gestión urbanística en Barrio no paraíso, con un edificio en construcción sin terminar.
La técnica de Sekone está basada en el hiperrealismo con tintes oníricos, especialmente en objetos a simple vista mundanos. La elegancia y el detallismo siempre están presentes en todas las obras de este gallego. Muestra de ello es la que pintó en 2013, homenaje al grafiti primigenio: "Si no hubiera vandalismo, no existiría el grafiti, ni los murales, ni los festivales dedicados a este tipo de arte", explica Sokram para describir el trabajo de su colega.
Miguel Peralta nació en Almería, pero desde hace años vive en Santiago de Compostela junto a su novia, la artista Xoana Almar, con la que montaron una cooperativa dedicada al arte, Cestola na cachola. Ambos realizaron en 2017 un mural que rinde homenaje a aquellas mujeres que antiguamente iban con cestas repletas de productos autóctonos para vender, en un estilo que evoca al arte más vanguardista de la cultura gallega.
Para tomar el relevo generacional en Ordes está Lidia Cao, que aprovechó la pared de una casa, situada a la salida de su pueblo, para rendir homenaje a la industria textil local, un negocio que desapareció hace años con la crisis económica. En Fiando a revolución se ve a una mujer mirando fijamente al que la observa mientras cose un pasamontañas, símbolo de la lucha obrera.
Las calles de este pueblo han dado cobijo, durante estos once años, a la creatividad de grafiteros de medio mundo, como el griego Ino (Roaming in the paradise, con Poseidón haciéndose un selfie), los italianos Erica Il Cane (amante de los animales, que protagonizan muchas de sus obras, como el enorme gato sobre un fondo azul que se contempla desde distintos puntos del pueblo), Blu (defensor del veganismo), Mister Thoms (centrado en la educación de los niños) o el argentino Francisco Bosoletti (que retrata a desconocidos).
Con raíces sevillanas, pero afincado desde hace tiempo en Miami, Axel Void no perdió la oportunidad para ampliar su serie Nobody en las calles de esta localidad coruñesa. Su obra Ninguén (nadie, en gallego) está protagonizada por el retrato de un hombre anónimo que se encontró en el archivo fotográfico local y que, a pesar de la lluvia que se hizo protagonista ese día, finalmente quedó perfecto.
Y es que cualquier rincón de este pequeño pueblo sirve de lienzo, incluidos los institutos. El grafitero de Barcelona Saturno, uno de los máximos exponentes europeos no solo en el street art sino también en la ilustración digital, utiliza la fachada de uno de los centros educativos para retratar a dos deidades de la imaginería fantástica, con un manejo del color extraordinario, que hacen alusión al mundo de los piratas y el mar, que tanto tiene que ver con Galicia. En la pared de otro instituto hay una obra gigante del madrileño Borondo, en el que aparecen un montón de sillas apiladas y que el artista definió in situ con la ayuda de un grupo de estudiantes del centro, a los que les hizo bajar sus propias sillas para colocarlas de este modo y hacerles bailar a su alrededor como si fuesen una tribu africana.
Una señal de tráfico de lo más original es lo que ha querido representar el grafitero Escif. El conocido como el Banksy valenciano pintó en el 2013 un original mural en el exterior de una granja de caballos para llamar la atención a los coches que pasan por este estrecho camino y que vayan más despacio, tras las quejas que le trasladó el propietario granjero. "Prioridad. Paso de caballos", reza la obra, de estilo escueto en la pintura pero muy contundente en el mensaje.
Igual de bonito que esta granja quedó el lavadero antiguo que todavía se mantiene en pie, donde aparece un mural psicodélico y extrasensorial pintado por los españoles E1000 y Peri. Las formas espaciales nos trasladan a otra dimensión. Como a otra dimensión se debió de sentir teletransportado uno de los grafiteros más internacionales de nuestro país, el asturiano SR. X, que se representó a sí mismo cayendo desde lo alto de un edificio, en una alegoría onírica, más bien una pesadilla.
La lista de artistas es larga, por lo que la recomendación es visitar este verano Ordes y disfrutar de la espectacularidad de ver en directo cómo se crea arte al aire libre. Además, es gratis.