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Secuoyas de la Sierra de La Sagra (Huéscar, Granada)

El bosque californiano de los gigantes de Granada

19/11/2024 –

Actualizado: 18/10/2022

¿Galifornia o Cadizfornia? Al norte de Sierra Nevada, en el término municipal que conforma la localidad de Huéscar en la Sierra de La Sagra, las cumbres blancas se diluyen en un territorio árido esculpido por farallones rocosos, cañones fluviales y cárcavas entre millones de formas de tonalidades ocres abrasadas por el sol. “Muchos lo comparan con el Valle de la Muerte de California”. Así lo explica Raúl Bustamante, arqueólogo y promotor de turismo en el Geoparque de Granada, entusiasmado ante el portento de las secuoyas.
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Más allá de Guadix la autopista A-92 da paso a la carretera N-342, que atraviesa en solitario este desierto que tiene en Gorafe su exponente y, en su extremo septentrional, un bosque tan profundo que esconde uno de los principales tesoros botánicos de Andalucía: las secuoyas de La Losa.

Secuoyas Granada

Sierras nevadas y desiertos solitarios

“Toda esta zona del altiplano (4.722 km2) tiene un pasado geológico común”, añade Bustamante. “Hasta hace 500.000 años, lo que hoy es una meseta, árida era una zona de lagos donde se conservan importantes yacimientos arqueológicos, entre los que destacan algunos de los restos de homínidos más antiguos de Europa, con 1,4 millones de años de antigüedad”. Desde 2020 esta zona semidesértica, copada de casas cueva, está protegida por la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO gracias al empeño de distintas instituciones como la Diputación de Granada, asociaciones municipales y universidades.

Secuoyas Granada

En el borde de esta antigua laguna, “considerada como uno de los mejores vestigios del Cuaternario”, según el arqueólogo, se yergue hoy la Sierra de La Sagra, donde acudimos atraídos por descubrir ese “trocito de California” de Granada, como defienden desde la oficina de Turismo. Porque en la Costa Oeste, como aquí, también hay una Sierra Nevada, donde se elevan picos de más de 3.000 metros de altitud que se pierden en un desierto, el del Valle de la Muerte, y protegen el santuario de las secuoyas -o un bosque que cuenta con los árboles más grandes del mundo- y que tienen aquí, en Granada, sus primos lejanos.

Secuoyas Granada

“La Sierra de La Sagra está en proceso de creación de parque natural”, cuenta Bustamante, camino de La Losa, mientras conduce por la carretera A-4301, que une la localidad de Huéscar (Granada) con la de Santiago de la Espada (Jaén). Entre las masas de encina, alcornoque y pino salgareño irrumpe el pico de La Sagra como uno de los principales techos de la meseta (2.384 metros de altitud), donde la nieve se mantiene hasta bien entrada la primavera.

Secuoyas Granada

En otoño se pasea el ciervo, protagonista durante la berrea, como lo hace la vaca bajuna, una especie característica de Sierra Nevada. Todo este entorno fronterizo, enclavado entre las provincias de Granada, Jaén, Albacete y Murcia, se convierte en punto de encuentro para excursionistas y senderistas. “Estamos en los límites del Geoparque de Granada”, apunta Bustamante justo antes de divisar sobre las copas de los árboles los gigantes de La Losa.

Secuoyas Granada

El capricho del Marqués de Corvera

En esta pequeña finca, situada junto al río Raigadas y en la cara oeste de La Sagra, se guarda “el conjunto de secuoyas más antiguo de España y uno de los primeros de Europa”, como explica el guía. “El cortijo ha pertenecido siempre a la misma familia”, aclara. El tatarabuelo del actual propietario, Rafael de Bustos Sagade, marqués de Corvera, es el que, en unos de sus viajes a México, trae las secuoyas y decide plantarlas aquí. “Algunas las coloca junto al río y otras en el cortijo”, comenta Bustamante.

Secuoyas Granada

Esto sucedió hace más de 150 años, fecha desde la cual los plantones han ido creciendo hasta convertirse en estos titanes botánicos que sobrepasan los setenta metros de altura. Entramos en un valle atrapado en esta zona montañosa, donde las lluvias son frecuentes al contrario que los fuertes vientos y las heladas. “Esto ha permitido que se desarrollen muy bien”, según el promotor turístico.

Secuoyas Granada

Las secuoyas se reparten por diferentes zonas de la Sierra de la Sagra, camufladas entre los pinos. Sin embargo, las de La Losa, lejos de ocultarse entre las coníferas, llaman la atención del visitante antes de atravesar las puertas del cortijo. “Es un jardín privado más que un bosque”, advierte Bustamante.

Secuoyas Granada

“El parque es muy pequeño. Son 30 los ejemplares que tenemos aquí, de los cuales podremos ver diez agrupados. El resto de secuoyas, cerca de cincuenta, se han plantado en el paraje de La Santa”, apunta, “pero estas solo tienen 35 años y mucho menos porte que los de La Losa”. Las visitas a este cortijo privado se hacen previa reserva telefónica (687 44 70 09) y se organizan en turnos de 15 personas y 45 minutos de duración los domingos. Los encargados de hacerlo son los de la asociación Cronos Patrimonio y Cultura de Huéscar.

Secuoyas Granada

‘Hiperion’ y las ‘mariantonias’

Ya en el entorno de La Losa, el visitante trata inútilmente de captar de un vistazo las dimensiones de las secuoyas, que se agrupan en el centro del parque. Mucho menos tratar de fotografiarlas. “Aquí contamos con dos especies diferentes'', explica Raúl Bustamante, “la secuoya gigante (Sequoiadendron giganteum) y la secuoya roja (Sequoia sempervirens)”. Ambas, de corteza blanda y rojiza, son plantas difíciles de quemar. A ras de suelo contemplamos los enormes troncos de un ejemplar arrasado por un rayo. En ellos se puede ver las líneas que determinan su edad como un mapa cronológico.

Secuoyas Granada

“¿Por qué las llaman mariantonias?”, pregunta una de las visitantes. Como explica Bustamante, hay dos teorías. La primera apunta a una derivación errónea de Wellingtonia, el nombre que le dieron los ingleses a esta especie de árbol que los americanos ya habían nombrado como “Washingtonia gigantea”, en honor a George Washington, primer presidente de los Estados Unidos. Para zanjar esta discusión entre América e Inglaterra, se decidió denominarlas científicamente como “Sequoia gigantea”, nombre dado por el botánico Endlicher Stephan.

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La otra versión, quizá más creíble, hace referencia a la esposa del marqués, propietario de la finca, que se llamaba María Antonia Sagade. Además, era precisamente ella la auténtica portadora del linaje de los Corvera y, ya puestos a hablar de nombres, el de esta esta conífera, considerada el ser vivo más alto del planeta tierra, le fue dado en homenaje al jefe cheroqui, Sequoyah.

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Sobre el terreno descubrimos las particularidades de esta especie botánica originaria de California y Oregón, donde fue descubierta en los años 30 del siglo XIX. Yosemite, Yellowstone, el Bosque Nacional Sequoia o Redwood son los principales enclaves protegidos donde se localizan las mayores concentraciones de secuoyas, que pueden llegar a vivir hasta 3.000 años y superar el centenar de metros de altura. El actual récord pertenece a Hiperion, una secuoya de Redwood de 115 metros de estatura y 7,9 metros de diámetro en su base.

Secuoyas Granada

Las de La Losa, aunque cuenten con “tan solo” 170 años de edad y casi 75 metros desde la raíz a la copa, nunca dejan de provocar el “efecto guau” al visitante que acude a este paraje, catalogado como “Arboleda Singular de Andalucía”.

Secuoyas Granada

Explorando la Sierra de La Sagra

“En conjunto, no vas a poder ver otras de este tamaño en España”, comenta Raúl Bustamante sobre estas secuoyas, cuyo tronco es tan grueso que hacen falta más de siete personas para rodearlo. “Existen otros lugares donde se pueden encontrar”. Por ejemplo en Cantabria, en el Monte Cabezón, se reparten por una superficie de 2.467 hectáreas donde fue plantada esta especie a centenares en los años 40; en Galicia en las proximidades del Monte Castrove, en Poyo, se introdujeron 500 de estos árboles en 1992, como se hizo en la Granja de San Ildefonso. “Son más, pero también son muchísimo más pequeños que los de aquí”, asegura Bustamante.

Secuoyas Granada

El bosquete de secuoyas de Huéscar es el principal exponente de una zona en vías de convertirse en reserva natural. Más allá de las mariantonias descubrimos, en la cara norte de esta montaña solitaria, el Observatorio Astronómico de la Sagra, situado a 1.530 metros sobre el nivel del mar y en un entorno donde la contaminación lumínica no existe. El pico de La Sagra no contará con la fama de El Capitán de Yosemite, pero tampoco con las masas de turistas que allí acuden. Aquí tan solo existe una carretera de asfalto, pero incontables pistas forestales ideales para los que planeen un fin de semana de aventura y de rutas de trekking, de mountain bike o algún circuito en vehículo 4x4.

Secuoyas Granada

Los que busquen un plan más tranquilo en familia, continuarán por la carretera que rodea la serranía hasta llegar al paraje de La Santa. Esta zona forestal, con varios merenderos y praderas soleadas, conserva una capilla que marca el fin de una romería compartida por los vecinos de Huéscar y los de Puebla de Don Fabrique.

SECUOYAS DE LA FINCA DE LA LOSA - Carretera de Huéscar a Santiago de la Espada, km 22. Huéscar, Granada. Tel. 687 44 70 09.

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